Iván Fernández posando junto a su nuevo libro

Iván Fernández posando junto a su nuevo libro Cedido

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El colaborador de EL ESPAÑOL Iván Fernández Amil publica 'Innovadores', sobre personajes que cambiaron la Historia

El historiador reflexiona en su nuevo libro cómo remover las conciencias de los lectores para despertar en ellos un espíritu innovador.

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"Cuanto peor, mejor para todos". Amén. Suena a Platón, pero fue Mariano Rajoy quien, sin pretenderlo, articuló esta frase cargada de sabiduría. De eso trata el nuevo libro de Iván Fernández Amil, colaborador de EL ESPAÑOL. Una recopilación de deslices históricos que acabaron por transformar el mundo. El libro Innovadores es la prueba de que en el camino hacia el éxito se coleccionan muchas piedras. Cuanto peor sea el tropezón, mejor será el aprendizaje.

Tropezarse en la vida es fácil, pero tropezarse con el libro lo será aún más, ya que Ediciones B lo publica este 10 de julio. Un paso adelante en la carrera del escritor, que con esta entrega ya acumula cuatro libros a sus espaldas. Pese a que la autoría tenga su nombre, Iván Fernández Amil también se considera lector de su propio libro, ya que le ha ayudado a desarrollarse como persona.

"De cada historia que se expone en el libro he aprendido algo. El denominador común entre ellas es esta moraleja. Lo peor no es tener miedo, sino tener miedo de intentarlo". Cada uno de los 50 capítulos de esta entrega narra la historia de genios que en un principio fueron incomprendidos, pero que con el tiempo cambiaron el curso de la historia. Personas que no se dejaron llevar por el torrente de lo establecido y dieron un volantazo con vistas a la revolución.

Decisiones triviales que resetean civilizaciones. A Henry Ford no le tembló el pulso a la hora de subir el salario a sus trabajadores. Podría parecer contraproducente, pero esto terminó por cubrirle de oro. El TAC no existiría de no ser por la mano innovadora de Los Beatles. Estas son solo algunas de las historias que figuran en el libro. Todo forma parte de un dominó de acontecimientos que puso en marcha un revolucionario, un innovador.

Iván ve en el libro un reflejo de su persona . Él se define como un ingeniero industrial contador de historias, y asegura que las historias son el motor de la industria. "El libro me recuerda a mis inicios, cuando empecé en esto tenía un poco de vértigo. A mí me decían ¿cómo vas a vivir de contar historias? lo que eres es un cuentista", bromea Iván.

No obstante, Iván tenía algo claro: "Lo que mueve el mundo son las emociones: el amor, el miedo, el odio… y lo que más remueve las emociones de las personas son las historias. Las marcas viven de vender historias a los consumidores, un estilo de vida. Yo me di cuenta que había un hueco sin cubrir, y me arriesgué lanzándome al vacío a un mercado poco conocido: crear historias para las empresas".

Grafismo del libro de Iván Fernández Amil

Grafismo del libro de Iván Fernández Amil Cedido

Intentar llenar de agua la piscina de una industria que estaba vacía, una tarea de alto riesgo que Iván estuvo dispuesto a asumir. Tal y como cuenta: "Si estás convencido de algo y ves que puede haber luz, tira para adelante."

La labor de documentación se ha extendido durante más de tres años, en los que Iván ha seleccionado cuidadosamente los innovadores más ejemplares para "activar nuestra resiliencia". Este cataloga el libro como histórico, de autoayuda y empresarial. "Toca muchos palos, muchas secciones". Son muchos los estantes bienvenidos para colocar el libro de Iván.

El libro cuenta con un prólogo escrito por el Doctor Diego González Rivas. El cirujano, famoso por su aparición en La Revuelta, es además amigo íntimo del escritor. Tal y como aporta el escritor: "Yo le conozco desde que éramos pequeños, éramos vecinos allí en Galicia. Como vivíamos puerta con puerta nos juntábamos todos los veranos, y Diego ahora es uno de los cirujanos más famosos del mundo".

Iván considera a Diego "el ejemplo perfecto de innovador", ya que se trata una persona que ha construido su éxito en silencio, sin necesitar de validación externa. El escritor lo tiene muy claro: "En una época donde prima la visibilidad de las redes sociales, la sociedad asocia el éxito a ser famoso y a tener muchos likes. Eso no es éxito, éxito es construir la mejor versión de ti mismo sin importar lo que diga el resto. Es morir sin que se te quede la espina de cumplir tus sueños. Diego ahora es famoso, pero ya era exitoso antes, y sé lo que ha sufrido para llegar a donde está".

Es tal la estima que le guarda a su amigo Diego, que Iván tiene previsto escribir sobre él en unos años: "Tengo la convicción de que, en 20 años escribiré sobre él, pero no como Diego González Rivas, sino como el Nobel Diego González Rivas". Su mutua admiración les sigue acercando aunque ya no convivan puerta a puerta.

El padre del libro Innovadores también piensa que es necesario inculcar más cultura del éxito en España. A ojos de Iván, la filosofía del tropiezo española choca frontalmente con la de otros países: "Creo que es algo cultural, en España tendemos a infravalorar nuestros triunfos".

Iván apunta que la fórmula del éxito puede estar determinada por la cultura: "Me da la sensación de que en España el éxito es de lo que se puede prescindir. Que la meta de muchos sea ser funcionario para vivir desahogado es más que legítima, pero a mi me chirría mucho. En la cultura anglosajona existe el refuerzo positivo, pero en la cultura latina los errores se condenan. Se crea el miedo a equivocarse, y las personas tienden a envolverse en la comodidad, sin atreverse a innovar".

La enseñanza definitiva que más desea inculcar Iván es abrazar a el fallo: "Google tiene un departamento dedicado exclusivamente a fallar, para mejorar su sistema. El empleado que encuentre el peor error es premiado. De eso se trata, de diagnosticar el error y actuar en consecuencia. Esa es la mejor forma de aprender, y nosotros somos máquinas programadas para tropezarse . No hay que tenerle miedo a eso, y muchas personas han hecho de su tropiezo una revolución."

Sea como sea, Iván espera despertar la conciencia de los lectores que se tropiecen con su libro, y que la compra de su libro sea la mayor innovación de sus carteras.