
José Cobo fue creado Cardenal por el papa Francisco en septiembre de 2023. Efe
El cardenal Cobo, horas antes de su primer Cónclave: "Sería bueno un papado de 10-15 años, que no sea demasiado largo"
El arzobispo de Madrid explica a EL ESPAÑOL cuáles son los criterios que el Colegio Cardenalicio tiene en cuenta para elegir al próximo Pontífice. "La procedencia puede ser un dato, pero no es el criterio fundamental".
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Este miércoles, el cardenal español José Cobo (Jaén, 1965) entrará por primera vez en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor del Papa Francisco. "Es una gran responsabilidad, pero lo vivo con optimismo porque la pluralidad de la Iglesia es impresionante", confiesa con entusiasmo a EL ESPAÑOL en Roma.
Es uno de los más jóvenes purpurados del Colegio Cardenalicio, lo que, asegura, le provoca "un gran alivio" porque en principio le aleja de las quinielas de 'papables'. "No creo que nadie lo quiera", expresa entre risas sin perder la sencillez que desprende.
Fue nombrado arzobispo de Madrid en junio de 2023 y, sólo tres meses más tarde, elevado al rango de cardenal por el Papa Francisco, con quien comparte su visión reformista de una Iglesia abierta a las minorías. Unas reformas "valientes" que provocaron unos ataques al Pontífice "sin precedentes" por parte del ala más conservadora, pero de las que asegura "no hay vuelta atrás".

El cardenal español José Cobo rompe el silencio previo al Cónclave: "Hay sectores de dentro y fuera de la Iglesia que tratan de influir"
PREGUNTA.– Este es su primer cónclave. ¿Cómo está viviendo las congregaciones de cardenales? ¿De qué están discutiendo?
RESPUESTA.– En las congregaciones estamos analizando los retos que tiene el nuevo Papa y vamos marcando perfiles. Como somos muchos, vamos pidiendo la palabra y cada uno interviene con su tono. Se trata de ir construyendo entre todos un cuadro donde cada cardenal aporta su color.
P.– ¿Hay tensiones en las reuniones?
R.– No. Desde fuera se quiere ver como si fuera un Parlamento, con conservadores, progresistas... pero no es así. Son personas, y cada uno de ellos tiene sus opiniones. Venimos de distintos sitios, con distintas responsabilidades. Simplemente van exponiendo la visión que tienen del futuro y qué problemas son los fundamentales.
P.– No son partidos políticos pero está claro que existen distintas visiones de lo que debe ser la Iglesia. ¿Esas divisiones están emergiendo durante las intervenciones?
R.– Sí, pero no es ningún tabú. Uno de los dones del Papa Francisco fue poner sobre la mesa las diferencias y que se puedan hablar como en cualquier familia. No es esa polarización a la que estamos más acostumbrados en el mundo político. Son diversos subrayados: unos insisten más en unos temas y otros, en otros. Pero no hay enfrentamiento.
P.– Supongo que seguirán los medios de comunicación y hablarán con gente en estos días previos a encerrarse en la Capilla Sixtina ¿Se sienten presionados?
R.– Me siento impresionado por la relevancia que hay al respecto. Es un momento para valorar la función de la Iglesia y el significado del papado de Francisco como un punto de referencia mundial. Lo vimos en su funeral, que fue una buena foto de lo que ha sido su pontificado. Mucha gente de distintas realidades y muchos líderes políticos. Esto nos dice también que frente a los discursos negativos, la misión de la Iglesia es dar un poco de luz y crear puentes, que eso es lo que significa ser Papa, el Pontífice, el que crea puentes. Puentes entre distintas realidades en nuestro mundo que está viviendo una situación complicada de violencia, guerras y enfrentamientos.
P.– La semana pasada se difundió un bulo que aludía a un problema de salud del cardenal Pietro Parolin, presuntamente lanzado desde medios ultra conservadores de EE.UU. que fueron siempre bastante críticos con Francisco. ¿Existen presiones externas para que prevalezca un candidato en lugar de otro?
R.– Yo no percibo maniobras, pero sí percibo que hay sectores dentro y fuera de la vida de la Iglesia que quieren influir y apoyar a personajes porque creen que sus intereses van a estar más libres a través de esa persona. Pero cuando vamos al aula, vamos todos rezados. Luego nos vamos juntos a misa para que no se nos olvide que por encima de las ideologías, de las opiniones de cada uno, hay un vínculo de fe.

José Cobo (c) rodeado de un grupo de cardenales del Colegio Cardenalicio, quienes elegirán al próximo Papa en el Cónclave del 7 de mayo.
P.– En Francia fue muy criticado que el presidente Emmanuel Macron almorzara con los cardenales franceses el día del funeral del Papa. Se percibió casi como una injerencia política. En España no ha pasado, pero tampoco vino Pedro Sánchez, claro. Por cierto, ¿qué le pareció su ausencia?
R.– Creo que la figura de los Reyes se valoró muchísimo y nuestra nación estaba muy bien representada, que es un reconocimiento al interés que Francisco siempre tuvo por España. La peculiaridad de que viniera o no el presidente no sé valorarla... Lo importante es la foto general. La cantidad de líderes y realidades políticas que congregó el Papa dice mucho de su pontificado. En un mundo tan polarizado y convulso, Francisco fue un referente moral.
P.– ¿Cómo definiría el pontificado de Francisco?
R.– Ha sido el pontificado de las sorpresas que ha introducido las reformas que ahora mismo necesitábamos.
P.– ¿Cree que existe el riesgo de que las reformas iniciadas por Francisco se paralicen o incluso haya un retroceso?
R.– Creo que no. Cada papado es como una escalera, nos apoyamos en el anterior para subir al otro. Creo que hay reformas que no tienen marcha atrás. El nuevo Papa deberá abrirse a esta corriente que ya está iniciada.
P.– Algunos cardenales dicen que se ha ido quizá demasiado lejos en algunas cuestiones, como por ejemplo la bendición a las parejas homosexuales o la comunión a los divorciados vueltos a casar…
R.– No es ni cerca ni lejos, es misión. Decía el entonces cardenal Ratzinger [Benedicto XVI] en 1967 que lo contrario en la Iglesia a conservador no es progresista, es misionero. Cuando uno es misionero tiene que dar respuestas a veces atrevidas a temas controvertidos, pero la Iglesia ha hecho otras reformas en las que todos estamos de acuerdo.

El arzobispo de Madrid, José Cobo, preside la misa funeral por el eterno descanso del Papa Francisco, en la Catedral de la Almudena, a 29 de abril de 2025, en Madrid. Europa Press
P.– En Madrid, usted tuvo que tirar de las orejas a varios sacerdotes que se negaban a aplicar la 'Fiducia Supplicans'
R.– Lo que planteé es que se estudiara bien el documento, pero respeto que luego cada sacerdote decida cómo hacer las cosas porque es quien conoce a las personas de su parroquia. Lo bueno en la Iglesia es que no tenemos guardia civil, nos fiamos, y cuando hay diferencias lo hablamos, que es lo que yo hice.
P.– ¿Por qué no se podría bendecir a una pareja homosexual y sí se puede bendecir a una mascota?
R.– Eso es evidente. El tema no es la bendición, porque la doctrina es clara. El tema es cómo queremos dialogar con todo el planteamiento de la homosexualidad, que en sí no es ni buena ni mala, igual que la heterosexualidad. Se bendice a las personas, a cualquier persona. Y se bendice a las personas, especialmente, cuando quieren hacer un camino. La Iglesia no es para los perfectos sino para los que nos reconocemos pecadores.
P.– No sé si había visto antes voces tan críticas contra un Papa desde dentro de la propia Iglesia. Algunos le han llegado a calificar de hereje...
R.– Yo me crié con Juan Pablo II y crecí con Benedicto y, francamente, no lo había visto. También creo que es un mundo mucho más polarizado el que le ha tocado vivir a Francisco. El Papa ha sido muy valiente ante determinados temas que han enfadado a mucha gente dentro y fuera de la Iglesia. Y los enfados se traducen en decir que es hereje, pero eso el que lo decide es el propio Papa, no los que le critican.
P.– ¿Cree que existe el riesgo de un cisma si resultara un Papa progresista?
R.– No. En la Iglesia, gracias a Dios, no vivimos la polarización ni un paralelismo de lo que es un Parlamento. En el cónclave lo estamos viendo. Creo que la mayoría de los cardenales lo que quieren es construir. Tenemos pluralidad, pero la Iglesia es experta en armonizar la diversidad, y eso no es cisma, eso es que tenemos diferencias pero sabemos que en lo fundamental estamos de acuerdo.

El cardenal Cobo durante su nombramiento en la basílica vaticana de San Pedro, en septiembre de 2023. Europa Press
P.– Francisco le creó cardenal a usted y a prácticamente al 80% de los purpurados que votarán a su sucesor. ¿Qué impacto puede tener esto en el perfil del nuevo Papa?
R.– Francisco ha nombrado a personas distintas. Antes el obispo de un sitio era siempre cardenal y eso el Papa no lo ha hecho. Por eso este será el cónclave más universal porque él ha dado voz a las minorías dentro de la Iglesia. Eso va a hacer también más complejo llegar a una mayoría, pero lo conseguiremos.
P.– ¿El criterio geográfico cuenta? Porque algunos cardenales dicen que es el momento de un Papa africano o asiático, que son por otra parte las dos regiones del mundo donde más crecen los católicos.
R.– La procedencia puede ser un dato, pero no es el criterio fundamental. Se vota a una persona que sea vínculo de unidad no que aporte las especificidades de un continente o de una zona.
P.– Entonces, ¿el próximo Papa podría ser un europeo? ¿O incluso un italiano, como dicen en Italia, que están seguros que les toca casi por derecho?
R.– Sí, claro. Los italianos siempre han querido un Papa italiano, pero en lo que vamos a fijarnos es en la persona.
P.– ¿Y si los cardenales decidieran apostar por usted?
R.– Esa es una hipótesis que ni siquiera he pensado. Pero algo que sí creo, y que se está definiendo en las congregaciones, es que no tenemos que posibilitar un papado demasiado largo. Un papado de 10-15 años es un buen papado para los retos que tenemos ahora mismo. Eso a los jóvenes nos ha tranquilizado mucho [risas].
P.– ¿Cómo desearía que fuera el próximo Papa?
R.– Un Papa que coge el impulso de la Iglesia de estos años anteriores; que sea valiente y creativo y se enfrente a los retos de cómo hacer a la Iglesia dialogar ante un mundo apasionante.
P.– ¿Tiene ya un favorito? ¿Ha pensado a quién va a votar?
R.– No. Bueno... Siempre tienes algún nombre en la cabeza, pero iremos viendo según las votaciones porque se necesita una mayoría amplia y a veces hay que renunciar un poco a los tuyos para acercarse más a otros.