
Raúl Batres, posando con uno de sus coches de lujo.
Auge y caída de Raúl Batres, el bróker que estafó 2 millones en España a 59 inversores y ahora ha sido detenido en México
El acusado, de 36 años y nacionalidad mexicana, prometía a sus inversores una rentabilidad del 5% cada trimestre sobre el capital invertido.
Más información: La Generalitat se persona como acusación particular en la causa de Francis Puig tras el ofrecimiento del juzgado.
Tras cinco años en busca y captura, Raúl Batres Martínez, nacido en 1988 en Pachuca de Soto, México, fue detenido en la tarde de este miércoles en un restaurante de lujo en San Pedro Garza García, en el estado de Nuevo León, al norte de su país natal, por estar acusado de liderar una estafa de falsas inversiones bursátiles en Cataluña. En 2020, huyó de España rumbo a México, tras ser investigado y buscado posteriormente por la Interpol por haberse presentado como un supuesto experto en mercados financieros.
Contaba con una orden de extradición emitida por España. Fuentes de la Fiscalía General de la República de México (FGR) aseguran a EL ESPAÑOL que el acusado tenía en su haber documentos fraudulentos y se identificaba como empresario. "Lo ubicaron por un cruce de datos con Interpol, pero al principio no sabíamos que era reclamado por España".
Actualmente se encuentra bajo custodia de las autoridades federales y, según otras fuentes próximas a la investigación, el Ministerio Fiscal maneja el caso con bastante cautela para evitar escándalos ya que "había hecho contactos con políticos locales para 'invertir' en proyectos". El mexicano "debería ser extraditado", pero aún se desconoce la fecha.
San Pedro Garza García, donde fue localizado, es un municipio contiguo a la ciudad de Monterrey conocido por su nivel de vida elevado y su perfil empresarial. En esta zona se concentran algunas de las firmas más importantes del país, así como residencias lujosas, centros comerciales de alto nivel y restaurantes exclusivos frecuentados por la élite económica del norte de México.
Su entorno urbano moderno y su relativa tranquilidad lo convierten en un lugar habitual de residencia o paso para empresarios; y en ocasiones, como en este caso, también para quienes intentan ocultarse bajo esa apariencia.
Captador de voluntades
Con una actitud cercana y amable, este presunto estafador logró engañar a 59 inversores y apropiarse de más de dos millones de euros. "Vino a mi casa cuando nació mi hijo, me preguntaba de vez en cuando cómo estaban mi mujer y los niños. Era un tipo muy majo y muy cercano y ahora, cuando descubres que se ha fugado con el dinero, te sientes profundamente indignado", comenta uno de los afectados.
Originario de México, se instaló en Barcelona y creó la BCN Trading Academy, una academia de trading —compra y venta de activos financieros para obtener beneficios— desde donde ofrecía cursos y asesoría personalizada a quienes querían iniciarse en el mundo de la inversión. Se adjudicó unos estudios en Canadá y una experiencia laboral en una compañía financiera en Londres que nunca tuvo.
Para captar a sus víctimas, Raúl Batres ofrecía una rentabilidad del 5% cada trimestre sobre el capital invertido, garantizando que ese beneficio provenía de un supuesto fondo de inversión que él mismo había creado. Dicho fondo nunca existió y el dinero ingresado era utilizado para abonar los intereses a los primeros inversores.

Vista de la Avenida Diagonal de Barcelona. EFE
"Su modo de proceder para captar la voluntad de los inversores era una apariencia de ostentación con gran cantidad de vehículos de alta gama, ropa, viajes, relojes, para generar confianza en los posibles inversores", confirma la denuncia conjunta.
Pasado el trimestre, el alumno tenía la opción de retirar sus beneficios o reinvertirlos para seguir acumulando beneficios. El principal atractivo que tenía era que Raúl aseguraba manejar un fondo que generaba rendimientos de entre un 10% y un 15% que, según él, le permitía repartir un 5% de rentabilidad de forma constante y sin riesgos entre sus clientes.
Cambio de actitud
Muchos, impresionados por su cercanía y la imagen de éxito que proyectaba, decidieron confiarle parte de sus ahorros. Algunos, convencidos de su supuesta capacidad para hacer crecer el dinero, llegaron a aportar cifras de hasta 400.000 euros.
Pero todo cambió a mediados de julio de 2020, cuando las dudas empezaron a surgir y comenzaron a darse retrasos en pagos a sus inversores. En agosto, paralizó completamente los pagos, desapareció junto a su mujer y cerró sus cuentas en las redes sociales de Facebook e Instagram, donde solía publicar fotos junto a su pareja. En esas imágenes, ambos disfrutaban de cenas en exclusivos restaurantes y compartían su vida de lujo.
"Comenzó a poner excusas por cualquier cosa y empezó a pedir más tiempo para hacer los pagos, y ahí fue cuando empezamos a desconfiar", esclarece uno de los perjudicados. Su comportamiento se volvió errático y anunció que los pagos, en lugar de ser cada tres meses, pasarían a hacerse cada seis. En agosto dejó de cumplir con los pagos y desapareció.
Con el paso de los meses, muchos de los damnificados han reconocido que el sistema que empleaba Raúl Batres era, como mínimo, dudoso. En lugar de recurrir a contratos de inversión convencionales, se establecían acuerdos de préstamo personal, en los que los inversores entregaban dinero directamente y él lo devolvía con un interés acordado del 5%. Algunos de estos pagos se hicieron en efectivo, lo que complica que las víctimas puedan recuperar su dinero a través de procedimientos legales.
"De pronto dejó de contestar a los mensajes y descubrimos que se había fugado". Un mes después de que se fugara, el dueño del apartamento decidió derribar la puerta debido al largo silencio de su inquilino durante todo el mes de julio. Al hacerlo, confirmó sus temores: el piso estaba desocupado. Ahora, España espera la extradición del presunto estafador.