Jesús J. G., conocido como Suso, junto a una foto pixelada de la difunta Nadia.
Tere, la madre del detenido por el homicidio con pastillas de su hijastra de 5 años: '¡Que lo lleven a la cárcel, aunque se muera!'
La Guardia Civil arrestó en Torrevieja por un homicidio a Jesús J. G. (1977), conocido como Suso. "A los asesinos hay que dejarlos en la cárcel y si no que se mate", según insiste la madre del detenido con adicciones a las drogas.
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Teresa bajó este martes por la tarde a tomarse algo con unas amigas y mientras estaba en una cafetería de Llano de Brujas, su móvil comenzó a sonar. La llamada era de su hijo, Jesús, para pedirle un favor que fue la antesala de la mayor desgracia que ha vivido esta jubilada en toda su vida: 'Mamá, sube a casa que la niña está durmiendo y yo me tengo que ir'. La mujer, siempre dispuesta a ayudar a su hijo, Suso, incapaz de romper sus lazos hacia ciertas sustancias y los juegos de azar, no lo dudó un segundo, subió a su piso para ver a la niña, un angelito de 5 años, y se la encontró echando espuma por la boca. La pobre Nadia agonizaba.
"¡Que se lo lleven a la cárcel y que no salga de allí!", tal y como sentencia Teresa, sin mostrar piedad hacia la sangre de su sangre, su hijo, Jesús J. G. (1977). "Esto es horroroso". "Están buscando a mi Jesús por matar a la niña a la que criaba como su hija".
Esta antigua vendedora de cupones de la ONCE no puede evitar romper a llorar mientras confiesa a EL ESPAÑOL el motivo por el que su hijo, de 47 años, está en la diana de una investigación de la Guardia Civil para esclarecer las circunstancias de la muerte de su hijastra: Nadia. La pequeña fue hallada con una sobredosis de pastillas en el piso que tienen Teresa y su marido, Eusebi, en la calle González Valentín de Llano de Brujas: una pedanía de la huerta murciana con 5.800 vecinos. "Se le ha tenido que ir la cabeza porque él se droga y así no puede ser".
- ¿Su hijo Jesús es adicto a sustancias estupefacientes?
- Tere: Sí, pero cuando está con su hija no hace nada, solo está pendiente de la cría. Menos hoy con lo que ha pasado. Mi hijo tiene problemas con las drogas desde hace más de veinte años.
‼️La violencia machista mata también a hijas e hijos. El asesinato de Nadia, de 5 años, en Llano de Brujas es una brutal expresión de la dominación patriarcal.
— IUVRM🔻🇵🇸 (@IUVRM) April 1, 2025
❌ No son casos aislados: es terrorismo machista.
✅ Urge más protección y recursos.
Todo nuestro apoyo a la familia. pic.twitter.com/nymu2GdnCl
Suso cumplirá 48 años el próximo jueves, pero no ha enderezado su conducta por más oportunidades que le han dado tanto sus padres como su expareja: Ramona, la madre adoptiva de Nadia. "No entiendo cómo ha hecho esto mi hijo, si quiere a la niña con locura". "Se la traía a mi casa porque estaban separados, siempre se la quedaba los viernes y se la devolvía el domingo a su madre", tal y como precisa Tere, completamente desolada, tras haberse encontrado con un hilo de vida a una chiquilla a la que ella también amaba. "De verdad que no puedo hablar".
El 112 recibió un aviso sobre las 17.30 horas y una ambulancia se desplazó al piso, pero los sanitarios no pudieron hacer nada por reanimar a la niña. Una portavoz de la Guardia Civil confirma a EL ESPAÑOL que hay una "investigación en curso" y que "la ingesta de pastillas" es una de las teorías que se maneja como la causa del fallecimiento. "Todas las hipótesis están abiertas, no se descarta que la ingesta de pastillas haya sido accidental o en el marco de un homicidio".
Una de las fotos que los allegados de Nadia han compartido por Facebook.
La autopsia deberá aclarar si a la pobre Nadia le administraron unas pastillas que la mataron. Lo único que está claro es que Suso desapareció del piso en el que sus padres le dieron cobijo después de que Ramona, la madre adoptiva de Nadia, decidiera romper su relación sentimental hace unos meses, cansada de su comportamiento y de sus 'aficiones'. A partir de ese momento, la imagen de Jesús J. G., de 47 años, comenzaba a circular entre las patrullas de la Guardia Civil, para localizarle al volante de un Mercedes con el que había huido en dirección a Alicante. Los allegados de la niña también empezaban a mover su foto en Facebook, pidiendo su difusión, para que le arrestasen como el autor de la muerte de la niña.
"Tere contaba que Ramona, la novia de su hijo, lo echaba de casa cada dos por tres porque estaba con la coca y el juego", según afirma una amiga de Teresa, la madre de Jesús. "También decía que tenía que esconder el Orfidal para que Suso no se lo comiera". "Su hijo la estaba matando psicológicamente, pidiéndole dinero con amenazas". Tal calvario no se le merecían ni Teresa ni su esposo, Eusebi, un matrimonio que hizo las maletas y se marchó de Murcia a Baleares para deslomarse trabajando, con el objetivo de criar a sus dos hijos sin que les faltara de nada.
"Creo que Eusebi fue jefe de sala en un restaurante en Mallorca o Menorca, y su mujer, Tere, en los últimos años, era vendedora de la ONCE porque tiene problemas de visión". De vuelta a la capital del Segura se instalaron en Llano de Brujas, para disfrutar de una merecida jubilación, pero su hijo, Jesús, no se alejaba del mal camino. "Trabajaron mucho para sacar adelante a sus hijos". "Suso le quitaba la vida a su madre pidiéndole dinero y llegando de madrugada [de fiesta]". "A la madre la iba a enterrar"
Lo mismo hacía Suso con Ramona, la mujer con la que empezó una relación años atrás, un bellezón de gran corazón, como así lo demuestra la adopción de la hija biológica de su prima: Nadia, una princesa con un cuerpecito menudo y una cabellera llena de rizos hasta el infinito, a la que le encantaba bailar. "Tere nos contó que Ramona rompió el noviazgo el pasado verano y Suso se fue a vivir con sus padres", según apunta esta amiga de la madre de Suso. "Tere decía que estaba bien que Ramona lo echara de su casa, pero luego era ella la que se comía el pastel".
Suso, sonriente, con la pequeña Nadia en brazos.
A pesar de la ruptura, Ramona permitía a Suso seguir pasando tiempo con la niña a la que ambos cuidaron juntos durante una etapa de sus vidas, como así lo demuestran las fotos en común de los tres, publicadas desde mayo de 2020 en Facebook: "Suso se portaba genial con la niña, se la llevaba al parque, le compraba cosas, la sacaba a pasear en bicicleta…". Prueba de ello son los numerosos vídeos que Jesús tiene en sus redes sociales, donde aparece cogiendo en brazos a Nadia, besándola, mientras ven juntos unos dibujos de Pocoyó. Incluso la llama con cariño: 'Mi princesa hermosa' o 'Mi negra'.
Este martes, Suso estaba con su hijastra en el piso que tienen sus progenitores en Llano de Brujas. Un dato que corrobora su padre, Eusebi: "La niña venía una vez a la semana porque era la hija de su expareja". La investigación abierta por la Guardia Civil pretende esclarecer si la menor consumió pastillas que podrían ser ansiolíticos, de forma accidental, o si su padrastro se las suministró para vengarse de Ramona, por romper la relación, en un caso de violencia vicaria. "Todas las hipótesis están abiertas", según insiste la portavoz del Instituto Armado.
"Dicen que él estuvo de fiesta desde el lunes y había vuelto este martes a las 8 de la mañana", tal y como apunta esta amiga de la madre de Suso. "Por la tarde, Tere se bajó a tomar café con unas amigas, su hijo le llamó, le dijo que la chiquilla estaba durmiento y que subiera al piso porque él se tenía que marchar". Tenía claro que la familia de la menor y de la Guardia Civil iban a poner precio a su cabeza.
El estado de las facultades mentales de Jesús también lo deberá aclarar la investigación, a través de un informe pericial psicológico, ya que Jesús había publicado un reel montando en bicicleta con Nadia, acompañado de una locución donde explica que cuando uno tiene una "depresión" le "duele de una forma completamente diferente a cualquier dolor físico".
Por desgracia, la pequeña Nadia será la única de esta triste historia que ya no podrá volver a sentir nada: ni dolor, ni felicidad, ni cariño.... A las 22.49 horas de este martes, Suso ponía fin a su huida en Torrevieja donde era detenido por la Guardia Civil como presunto autor de un homicidio. A su madre, Teresa, poco le importa ya el futuro de su propio hijo porque ha dictado sentencia: "A los asesinos hay que dejarlos en la cárcel, aunque se muera, y si no que se mate. A mí me da igual".