
Jesús en su invernadero de flor cortada en Chipiona inundado tras las fuertes lluvias. Cedida
La 'cara B' de las lluvias en el campo: Jesús es agricultor en Cádiz y ha perdido todos sus cultivos de flor cortada
Unos 350 agricultores están afectados por las intensas lluvias de estas semanas en Chipiona que han dejado daños en el 40% de la producción de flor cortada.
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"Con el agua por la espinilla". Así es como Jesús Martínez, agricultor autónomo desde hace sólo 2 meses, describe la situación de los invernaderos de flor cortada en Chipiona. Como él, otros 350 propietarios han visto cómo las lluvias de la borrasca Martinho han destrozado sus tierras. Justo en la época más importante del año, en vísperas de las fiestas de primavera.
Los trabajadores han contabilizado más de 400 hectáreas inundadas en la costa noroeste de Cádiz, con cultivos en los que hay "más de medio metro de agua". Según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), un 40% de la producción de flor cortada se ha perdido en este paraje.
Martínez es productor de paniculata y eucalipto. De sus 15.000 metros cuadrados de tierras, 12.000 están afectadas. En conversación con este periódico lamenta que "aquello está completamente intratable". "He tenido que despedir a 3 trabajadores porque ahora no hay nada que hacer, la cosecha está perdida", dice.
Vídeo | El estado de los invernaderos de flor cortada en Chipiona tras las borrascas.
Sólo en Chipiona y Sanlúcar de Barrameda se produce el 60% de las flores de Andalucía, la principal productora de España. Y por el momento, los primeros recuentos dejan pérdidas de hasta 80.000 euros en fincas de 3 hectáreas como la de Francisco José Díaz. "Tengo 2 hectáreas de paniculata afectadas y de ahí nada se puede aprovechar, todo es para la basura".
También Joaquín Diaz, productor de margaritas, explica que ahora "no se puede trabajar". "Hay que esperar a que baje el nivel del agua o drenarla". Principalmente porque, al contrario de lo que se pueda pensar, la lluvia no ha llegado a tocar las plantas. Todas estas flores crecen en invernaderos aclimatados. "El agua ha entrado por el suelo", cuentan los agricultores.
Esto es debido al alto nivel freático que tienen los campos de Chipiona. Es decir, la proximidad que tiene la superficie de esta zona con los acuíferos del subsuelo. Lo que hace de este enclave un territorio fácilmente inundable.

El agua alcanza la altura de las rodillas en algunos cultivos de flor cortada en Chipiona tras las fuertes lluvias Cedida
Desde COAG valoran pérdidas millonarias para el conjunto de la región. Sin embargo, el responsable del sector de la flor cortada, Luis Manuel Rivera, no se aventura a dar una cifra concreta porque "seguimos haciendo recuento de daños". Rivera prefiere valorar la gravedad del desastre al decir que "hay compañeros que están cayendo en depresión por ver sus tierras de esta manera."
Los agricultores tienen la esperanza de que las administraciones intervengan y rescaten la economía de la flor en Chipiona. El Ayuntamiento ha aprobado por unanimidad la solicitud de la declaración de zona catastrófica a la Junta de Andalucía y al Gobierno central. Una petición que ya "se está estudiando" desde la Consejería de Agricultura.
Esta condición de zona catastrófica permitiría a los pequeños y medianos productores acceder a ayudas estatales. De modo que se facilitaría un alivio económico para afrontar y reparar los daños por el temporal.
A esa solicitud se le une la de preparar un plan hidrológico para la costa noroeste de Cádiz. Debido a que "esto va a seguir pasando", lamentan los trabajadores. En una reunión con la delegación territorial han pedido un sistema de canalización del agua hacia la playa para evitar este tipo de catástrofes.
Pero pese a la desgracia, en COAG garantizan convencidos el abastecimiento de flores para Semana Santa y las fiestas de primavera. No porque los daños no sean tan graves, sino porque en Chipiona hay tanta extensión de territorio cultivada con flores que "es imposible que la demanda no esté cubierta.
El problema -dice Luis Manuel Rivera- es que probablemente los campos no van a volver a estar operativos para poder sembrar hasta dentro de 4 o 5 meses. De manera que "ya no es sólo la producción que perdemos ahora, es la cosecha que no podemos preparar para el resto del año".
Sin canales que puedan drenar todo el agua acumulada, a pesar de tener la playa a escasos kilómetros, la única solución es esperar. Así lo expresa, resignado, Joaquín Díaz diciendo que "ahora lo que toca es ir a un banco, pedirle dinero y endeudarse para poder seguir adelante. Como ya hizo mi padre y ahora haré yo".