Joselu, el hijo de Virucha que besa las espinilleras con la foto de su padrastro y empezó como portero

La vida personal de Joselu (Stuttgart, 1990) es, a todas luces, desconocida. Hace tan sólo unos días marcó los dos goles decisivos que llevaron al Real Madrid a la final de la Liga de Campeones de la UEFA y, sin embargo, poco o nada se sabe sobre él. "Es un chico muy humilde y tranquilo, que en ocasiones viene de vacaciones al pueblo, pero sobre todo es alguien muy reservado", dice Rosa, vecina de una de las vías principales de Silleda.

Las calles y plazas de este silencioso municipio de Pontevedra, a 40 kilómetros de Santiago de Compostela, fueron las primeras que vieron a José Luis Sanmartín Mato darle golpes a un balón, su pasión desde entonces: "Era un poco trasto, en este bar de la esquina rompió unos cuantos cristales jugando a la pelota", ríe un amigo de la familia, mientras toma café en la plaza que da de frente al nuevo ayuntamiento.

En la villa, de menos de nueve mil habitantes, todos los vecinos conocen a Joselu, el hijo de Elvira Mato López, a la que comúnmente llaman "Virucha". Pero él no nació en tierras gallegas, lo haría en Alemania, donde su madre y su padre biólogico habían emigrado muchos años atrás por cuestiones laborales. Es tras la separación de ambos progenitores que José Luis aterriza en Silleda, junto a su madre y hermana, cuando tenía solamente cuatro años.

Panorámica de una de las calles principales de Silleda, en Pontevedra. J.C.R.A

Elvira, de regreso a su lugar natal, comienza a gestionar el Bar Triana, en el centro del municipio. Mientras, establece una relación sentimental con Ramón Vázquez Barcala, una persona muy querida y conocida en Sidella; quien, según los vecinos, fue la persona que realmente siempre actuó como padre de José Luis y de su hermana Irene.

"Él tenía dos hijos de un matrimonio anterior, pero a los críos de Elvira los quería con locura. Cuando Joselu comienza a jugar en el Celta de Vigo, con 13 años, es Ramón quien le lleva tres días a la semana hasta allá, para entrenar. Salía de trabajar e iban y venían, por lo que si él es ahora futbolista es, en parte, gracias a Ramón", explica, emocionado, uno de sus amigos.

Ramón fallecería en el 2017 a causa de un infarto, pero dejó una huella muy difícil de borrar en Sidella: "Era una persona maravillosa, fue durante muchos años funcionario del Concello y aquí le queremos mucho", dice Paula Fernández, la alcaldesa de la localidad. Destacó por sus labores culturales y sociales en el ayuntamiento, donde fue desde jefe de prensa hasta adjunto a la secretaría. Aunque el gallego estudió la carrera eclesiástica en Lugo y la de Psicología en Madrid, su verdadero amor fue la pintura, a la que dedicó varias exposiciones y libros.

Desde su pérdida, Elvira no reside en Silleda. Joselu, aunque reservado, ha realizado algún homenaje a su padre: cuando en 2023 se estrenó con la Selección Española, besó sus espinilleras después de marcar un gol. "Siempre las beso. Llevo a mi padre en la de la derecha, que en paz descanse. En la izquierda, a mi mujer, hijos y madre. Es lo que siempre me da fuerzas", explicó ante los medios de comunicación, en aquel entonces.

El campo de fútbol de la SD Sidella se llama 'Joselu Mato' desde hace un año. J.C.R.A

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Empezó de portero

Un día después de que Joselu fuese el protagonista de la sorprendente hazaña en el Estadio Santiago Bernabéu, el Bar Maril, el lugar donde se juntan todos sus amigos de la infancia para ver sus partidos, permanece cerrado: "Es que se fueron todos para Madrid, al partido, y todavía no han llegado", explica la madre del dueño. "Ni llegarán", dice su acompañante.

Justo por delante de la Casa do Concello camina, con una camiseta del Real Madrid, Rodrigo: un vecino de la generación de Joselu con el que compartió vestuario en sus inicios, cuando ambos jugaban en la Sociedad Deportiva Sidella. "Él empezó de portero. Pero a lo mejor íbamos perdiendo 4 a 0, él salía de jugador y te metía tres o cuatro y empatábamos el partido. O, incluso, lo ganábamos", recuerda, de cuando tenían entre siete y nueve años. "Desde entonces siempre fue jugador", concluye.

Después, Joselu se marcharía al Celta de Vigo, aunque continuaría viviendo en Sidella y estudiando en el Colegio María Inmaculada. Hasta que su fichaje por el Real Madrid, a los 19 años, le transportaría hasta la capital, donde comenzó su sueño como futbolista profesional, pasando por Alemania (Hoffenheim, Entracht de Frankfurt, Hannover), Reino Unido (Stoke City, Newcastle United) y nuevamente España (RC Deportivo de La Coruña, Deportivo Alavés, RCD Espanyol y, finalmente, Real Madrid CF).

Rodrigo, que jugó al fútbol con Joselu en el equipo del municipio, posa frente a la Casa do Concello. J. C. R. A

Aquel campo de fútbol municipal en el que ambos jugaron juntos ahora lleva el nombre de Joselu Mato. "Fue una decisión que tomamos hace más de un año, en reconocimiento a su carrera, que es sin duda un ejemplo para los niños y las niñas de nuestro municipio", explica Mónica González, la concejala de deportes. Dentro de él se encuentra una placa conmemorativa que el futbolista inauguró el 23 de junio de 2023.

Aquí se continúan disputando los partidos de la SD Silleda y también los de la Escuela de Fútbol de Silleda, cuyos menores participantes llegan hasta aquí a diario leyendo el nombre del que es, para ellos, "un ídolo". "Cuando le hicimos el homenaje hace un año, estuvo por aquí con todos los niños en el campo de fútbol, fue una fiesta", explica Raúl Sanmartín, presidente de la Peña del Real Madrid de Silleda. "Él de pequeño sólo quería la pelota, y ahora es un orgullo para todos los del municipio", concluye.

Raúl Sanmartín, presidente de la Peña del Real Madrid en Silleda, posa en el campo de fútbol Joselu Mato. J.C.R.A

Joselu, inaugurando la placa homenaje en el campo de fútbol de Silleda en junio de 2023. Cedida.

Las calles que al mediodía lucían vacías se llenan conforme cae la tarde en Silleda. Los parques se completan de menores, ahora sí, y de padres, que aprovechan para hablar en los bancos. En el Bodegón de Esther, un bar-restaurante muy popular de la localidad, todavía se pelean por leer la prensa deportiva del día anterior. Un cartel de la pared dice así: "Toda persona que permanezca con el periódico más de 20 minutos deberá continuar leyéndolo en voz alta para que se enteren las demás personas que están esperando por el mismo".

Hoy no es ironía. En la portada de prácticamente todos los rotativos hay un claro protagonista y todos quieren verlo. Es el mismo chico que paseaba cerca de aquí con un balón bajo el brazo. Pero esta vez aparece en una imagen con más de 80.000 personas coreando su nombre. "Hay que ver lo que ha hecho este chico", dice alguien. Y el resto asiente.