Salvador, este martes, tras quemarse a lo bonzo en la céntrica calle Santa Florentina de Cartagena.

Salvador, este martes, tras quemarse a lo bonzo en la céntrica calle Santa Florentina de Cartagena. P. L.

Reportajes

El sanitario quemado a lo bonzo en Cartagena no es uno más: suben un 247% las bajas por salud mental

En 2023 se registraron 597.686 incapacidades laborales relacionadas con trastornos mentales. Los datos dentro del área de salud son alarmantes.

15 febrero, 2024 02:46

El pasado martes Salvador se quitó la vida en la céntrica calle Santa Florentina, cerca de la Plaza Juan XXIII de Cartagena. Se prendió fuego ante la atónita mirada de los transeúntes. Tenía 55 años y era enfermero. Estuvo trabajando en el Hospital Santa María del Rosell de la ciudad portuaria y se encontraba de baja por depresión. 

Se desconoce si la incapacidad temporal de Salvador estaba relacionada con alguna incidencia profesional o con su supuesta depresión. No obstante, el trágico suceso ha puesto en el punto de mira a los trabajadores sanitarios, así como las bajas por patologías mentales. Y es que en 2023 se registró récord histórico de incapacidades laborales relacionadas con "trastornos mentales y de comportamiento", como lo cataloga el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones: 597.686 en total. Esto supone un incremento del 13,6 por ciento con respecto a 2022. 

Dentro del área de salud, la situación es aún más alarmante. Se tratan de puestos de trabajo muy ligados al estrés. Las exigentes y largas jornadas laborales sin casi descanso y con una gran carga psicológica y emocional ocasionan graves problemas de salud para estos trabajadores. Salvador no es el primer profesional sanitario —ni, desafortunadamente, el último— dado de baja por problemas ligados a la salud mental. 

Un incremento del 247 por ciento

Según el último informe elaborado por Mutual Médica, en 2023 se registraron 173 bajas que cumplieron los requisitos para recibir una prestación por patologías mentales. En 2022 fueron 70. Esto supone un incremento del 247 por ciento. Dentro de las bajas por patologías mentales, la mayoría de los casos se deben a trastornos de ansiedad, seguidos por depresión, trastornos adaptativos y, por último, estrés.

De los 173 expedientes, el 78,6 por ciento (136 expedientes) de los trabajadores finalizaron su baja en el 2023. El resto, un 21,4 por ciento, siguen aún recibiendo su prestación por incapacidad laboral temporal, según los datos obtenidos de la mutualista. 

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Los sanitarios no siempre tienen que tener el rol de cuidadores, sino que también pueden ser cuidados y deben pedir ayuda cuando lo necesiten. "La profesión médica es una de las profesiones que más destacables cifras de suicidio tiene", señala Ángel Luis Rodríguez, responsable de salud mental del sindicato AMYTS, a este diario.

Dentro del área de salud, expresa que existen especialidades cuyas cifras destacan por encima de otras, como es el caso de psiquiatría, oncología por su relación directa con enfermedades terminales y anestesiología, puesto que "pueden acceder fácilmente a fármacos que ocasionan lo que se conoce como muerte dulce".

Paloma Repila, portavoz del Sindicato de Enfermería SATSE, opina que estas patologías mentales pueden afectar a cualquier profesional sanitario que trabaje de cara al público, "que es el 90 por ciento". "Sobre todo a aquellos que tienen que tomar decisiones emergentes, como, por ejemplo, en Urgencias, o quienes trabajan en quirófanos, por la complejidad de estos. También los enfermeros, que son los profesionales que más cerca se hallan del paciente y de sus familiares, los cuales son un importante foco de presión".  

Síndrome del trabajador quemado

Repila asegura que el tema de la salud mental enlazada con los trabajadores sanitarios viene de lejos. "Siempre hemos tenido ese grado de estrés, de burn out, de síndrome del profesional quemado", expresa. Además, insiste en que la pandemia ha servido de catalizador "de todos los problemas que veníamos sufriendo y que siempre han estado ligados a la sobrecarga laboral". Prosigue en que "debemos tener en cuenta que, en estos momentos, nos están atendiendo personas que estuvieron en activo en aquel entonces. Y personas que se formaron durante aquellos meses, que sólo han conocido un sistema colapsado y en periodo de batalla"

La portavoz lamenta que este acontecimiento ha originado la presencia de profesionales que arrastran, en muchas ocasiones, un síndrome postraumático: "Existen estudios, tanto a nivel nacional como internacional, que hablan de un síndrome que se acerca al 60-70 por ciento de los profesionales sanitarios, así como de un 30 por ciento de este tipo de trabajadores con problemas de salud mental". 

Rodríguez, al preguntarle por qué se producen estas situaciones, señala que en muchos hospitales no existe una evaluación real de los riesgos laborales ni una planificación seria para evitarlos. "Esta última tiene que ser efectiva. No como se hacen en muchos sitios, que intentan cumplir con una normativa, pero luego en el espíritu de la norma no se lleva a cabo", lamenta. Además, insiste en que la labor de los compañeros es fundamental: "Debemos estar todos sensibilizados, debemos saber escuchar, ofrecer ayuda, denunciar lo que observamos y, por supuesto, nunca minimizar lo que los compañeros nos cuenten". 

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Con él coincide la sanitaria, que alega que muchos trabajadores, debido al Covid, han tenido verdaderos problemas neurológicos, cognitivos y físicos que "les han hecho entrar en una depresión muy profunda". "Después nadie quiere hacerse cargo de esa evolución y de ese seguimiento que precisan", espeta. 

Repila piensa en Salvador. "Cuando ocurre una cosa así es que hemos fallado como sociedad", expresa. Los problemas mentales no se evalúan como puede tasarse una prótesis de rodilla o un dolor de espalda, y de este modo "perdemos a gente. La dejamos atrás, le damos de lado". 

Valoración de salud preventiva

En estos días se está celebrando la Mesa de Diálogo Social, cuyo objetivo es implementar la Estrategia Española de Seguridad y Salud que ha realizado el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social junto al INNST sobre riesgos psicosociales, para que estos aparezcan de una manera fundamental en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Repila señala que lo importante es la realización de evaluaciones de puesto. Es decir, exponer qué requisitos tiene un puesto para cubrirse y también los factores psicosociales que pueden afectar a ese tipo de empleo laboral, hacer una valoración de salud preventiva del trabajador. 

Así pues, desde los sindicatos piden la realización de una valoración rutinaria de salud ya integrada que también contemple los aspectos psicológicos del trabajador: "Cuando empiezas a trabajar en una empresa normalmente te realizan controles rutinarios de salud que, dependiendo de cuál vaya a ser tu puesto, consisten en una analítica, ver el peso, una serie de parámetros biométricos, de cuestiones físicas. Pero nadie te pregunta cómo estás a nivel psicológico". 

De la misma manera, expresan que a los trabajadores se les debe intentar adaptarlos al puesto. "Habrá personas que no puedan estar en una UCI, pero pueden trabajar en puestos de trabajo más relajados o ligados a cuidados más básicos e intermedios", expresan. Y concluyen en que las enfermedades mentales hay que tratarlas igual que se tratan las físicas.