El juez de menores Emilio Calatayud, en una imagen reciente.

El juez de menores Emilio Calatayud, en una imagen reciente. Alfredo Aguilar/Ideal

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El juez Calatayud: "Es una vergüenza que no haya en 45 años un Pacto Educativo que dure una generación"

El juez de Menores más famoso de España cuenta a EL ESPAÑOL que hay menores "que con 16 años no saben ni leer y te dicen que es que aprueban por ley". Culpa a las asociaciones profesionales de jueces, en parte, de la situación de descrédito generada en el ámbito judicial "porque hay asociaciones de jueces progresistas y conservadores".

29 enero, 2024 02:01

Dos anuncios de esta semana pasada marcan, en principio, la conversación mantenida por EL ESPAÑOL con el juez de Menores Emilio Calatayud. Por un lado, el anuncio del Gobierno de aprobar un plan económico para reforzar la enseñanza de Matemáticas y Lengua, al albur de los malos resultados españoles obtenidos en el Informe Pisa. Por otro, que el Consejo Escolar de Estado haya regulado, unánimemente, el uso de teléfonos móviles en los centros educativos. Prohibidos en Primaria y limitados en Secundaria.

-Buenos días, don Emilio. ¿Cómo está usted?

-Pues mejor que el país.

Reponde tajante, rápido. Lo estima así porque el juez de menores más famoso de España, tanto por sus sentencias como por sus declaraciones sin filtro, se encuentra de baja médica. Ha perdido 10 kilos. "Estoy de baja, pero en cuanto pueda me incorporo. Tengo 68 años y me quiero jubilar a los 70. Yo me voy a jubilar como juez de menores con las botas puestas".

Emilio Calatayud atiende a este periódico en una semana en la que, además, ha participado en las dos sesiones celebradas en el Parlamento de Andalucía dentro del grupo de trabajo creado para garantizar la protección de menores ante la pornografía infantil. 

Sus 43 años dictando sentencias le otorgan un papel valiosísimo a la hora de valorar cómo, a su juicio -valga la redundancia fácil- ha cambiado la delincuencia juvenil. "Cada vez los niños están peor. Antes el choricillo era de clase social baja, y era honrado, básicamente porque seguía unas reglas, unos códigos de honor. Ahora son mayoritariamente de clase media y clase media alta. Pijos. Chicos y chicas". Los motivos son más graves: acoso, hijos que agreden a padres, delitos sexuales... "La culpa la tienen las redes sociales y los padres, que los justifican mucho".

Los datos conocidos del acceso de los menores a contenidos pornográficos a través de los móviles también los aborda. "Antes, para comprarte una revista Playboy, pasabas el filtro del quiosquero, que te lo daba o no en función de la visual que te echara. Si llevabas pantalón corto no te lo daba, claro. Ahora con 8 años tienen acceso directo al Playboy en vivo, en directo y con violencia".

El juez recuerda una de sus polémicas. Artificiales, estima. "A mí me la liaron hace un tiempo por decir que las niñas se fotografían como putas y suben las fotos a sus redes sociales. Lo que cortaron fue que a continuación dije que los niños se fotografían como putos".

Calatayud controla su tema. Recuerda en primer lugar que fue fumador. Una droga, como considera que son también los móviles. Le llama la atención estar en una terraza y ver cómo los padres le dan los teléfonos a niños de cortísima edad para que se distraigan. Por ello, reflexiona. "En mi vida se me ha ocurrido darle a mi hijo de dos años un celta o un bisonte. Para quien no conozca estas marcas, darles un un cigarro a un niño de dos años. Entonces, ¿por qué se le dan los móviles?"

-¿A qué le echa la culpa de dónde estábamos a dónde estamos?

-¿A qué le echo yo la culpa de la situación actual? Pues que José Luis Rodriguez Zapatero nos quitó el derecho a la corrección de los menores, algo que consintió luego Mariano Rajoy. Eso nos ha llevado a que no se reconoce la autoridad de los padres, de los maestros...

En clase -"nada nuevo"- también se ha perdido el principio de autoridad. "Yo soy partidario de que se use la tarima en los colegios", apunta. La tarima, que regala 50 centímetros que son una muestra, sobre todo psicológica, sobre quién está por encima de los alumnos. No obstante, sintetiza que en realidad todo vino rodado porque "la autoridad sobre los niños se perdió en el momento que los padres les preguntan qué les apetece comer. Al niño no se le tiene que preguntar nada". 

Móviles, colegios...

Ante la decisión unánime del Consejo Escolar del Estado para limitar el uso de terminales móviles en los centros educativos, Emilio Calatayud valora a este periódico que "la medida llega tarde. Se lo dije la semana pasada a los políticos del PP (de la Junta de Andalucía). Que no vale de nada quitar los móviles cuando se les dan tareas a través del Classroom (un programa informático de Google) porque para acceder a ese programa o a otros siguen necesitando el móvil. Yo entendo que haya padres que quieran tener controlados a sus hijos. Pero los niños, a lo sumo, deben tener un teléfono de llama-cuelga".

-Don Emilio, los datos del Informe Pisa han sido, nuevamente, demoledores.

-Es que lo de la ley nueva... Hay que suspender. No hay motivo para pensar que se les protege si no se les hace suspender (porque de los errores se aprende). Yo se lo digo a mis chorizos.

Continúa subrayando que para él, "es triste" que un niño de 16 años "no sepa ni leer. A mí me vienen al juzgado y les digo: 'ponte a leer el articulo 155 del Código Civil', que es el que recoge las obligaciones de los hijos. Porque el de los derechos se lo saben. Pues... es que no saben ni juntar las letras. Pero niño, ¿tú en qué curso estás?, les pregunto. Y me responden que en tercero o cuarto de la ESO. ¡Pero si no sabes leer! Y me responden que es que aprueban por ley. Así que yo los condeno a aprobar la ESO, y si no la aprueban, los condeno por desacato a la autoridad". 

-¿Y cómo se arregla esto?

-Me da vergüenza cómo en 45 años de democracia los políticos no han sido capaces de hacer un pacto por la educación que dure no ya una legislatura, sino una generación.

Condenas ejemplares

Fue el único juez de menores de toda la provincia de Granada desde 1998 a 2006, cuando se abrió un segundo juzgado. Por sus manos han pasado más de 25.000 menores de edad. Ha visto de todo. ¿Sus sentencias mayoritarias? A estudiar. "Lo mejor que me pasa es que me paran hoy adultos que antes eran chavales y me dan las gracias por esas sentencias. Mis chorizos, con el tiempo, me dan las gracias. A muchos, porque son muchos, no los recuerdo, claro".

Sobre su fama, subraya que "yo soy el primer sorprendido. Quizá es porque digo las cosas como son, como las veo. Si está la cosa mal, pues lo digo. Mi reflexión es que en general hoy hay muy mala educación. No es tanto el machismo y el feminismo. Entre personas debe haber respeto. No hay valores, honestidad ni honradez". 

-¿Qué es lo peor que le ha dicho un menor en el juzgado?

-Y lo que me dicen todavía. Que soy un hijo de puta.

Sin embargo, abunda en que sus sentencias ejemplarizantes, con el tiempo, maceran. Se entienden. Maduran. Y se las agradecen. "Yo he condenado a bastantes a sacarse el carnet de conducir, precisamente por tenerlos que juzgar por conducir sin carnet. ¿No te gusta conducir? Pues en seis meses lo tienes que tener. 'Si te gusta conducir te poner legal', les decía. Si no se lo sacan, pues condenados por desobedecer a la autoridad. De ellos, cinco hoy son taxistas y un sexto es conductor de autobuses ALSA".

El juez Emilio Calatayud, ataviado con su toga, en una imagen de archivo.

El juez Emilio Calatayud, ataviado con su toga, en una imagen de archivo.

Recuerda con especial cariño un caso. "Era un chaval que que no recuerdo por qué estaba siendo juzgado. Le pregunté que qué quería ser de mayor y me respondió que peluquero. Le condené a que en nueve meses tenía que sacarse el título de Peluquería, y que al primero que tenía que pelar, ya con el título en la mano, era a mí"

-¿Y le cortó el pelo?

-Bueno que si me lo cortó. Temblando, pero me lo cortó.

¿Y los menores que hacen gamberradas? "Recuerdo uno que las hizo en la noche de Halloween y se metió en el cementerio. ¿A tí qué te gustan los muertos y los cementerios? Pues como te gustan los muertos y los cementerios, a limpiar de noche el cementerio con el sepulturero y los de mantenimiento".

La separación de poderes

Los antiguos cigarrillos celtas, aquellos que nunca jamás les habría dado a su hijo menor, no tenían filtro. Eran los llamados celtas cortos. El juez Calatayud no es celta porque nació en Ciudad Real, pero ni tiene filtro ni se corta. Sobre la política española, obviamente, tampoco.

"Lo que veo es que se están cargando la mejor época de España desdeñando la Transición. Yo viví todo aquello. Estuve en Madrid de 1972 a 1977. Viví el asesinato de Carrero Blanco, la enfermedad de Franco, su muerte, la Movida Madrileña y el referéndum para aprobar la Constitución. Durante el Golpe de Estado (de Tejero) ya estaba yo de juez en Tenerife".

Por ello, manifiesta que cree "firmemente" en la reforma que se hizo "y en la capacidad de perdonar que tuvieron políticos como Carrillo o Fraga, y luego, el Rey. ¿Ahora? Ahora es, como dice mi mujer, que para lo que me queda en el convento, me cago dentro". 

Sobre el indulto y la amnistía, y las crísticas a os jueces, afirma que "si se aprueba la amnistía, como juez tendré que pedir perdón por todas mis sentencias porque seré un prevaricador. Ya nos han llamado machistas con toga y fachas". Y zanja, demoledor: "A mí que no me cuenten historias que yo levanté el cadáver de Luis Portero"

Como con los menores, Emilio Calatayud apunta y dispara. "Tengo clara la separación de poderes. Y todo lo que está pasando es culpa de las asociaciones profesionales, que son un reflejo de la sociedad. Las asociaciones profesionales son las que lo han permitido. ¿Quién juega en las altas esferas de la Justicia? Los que pertenecen a asociaciones profesionales. ¿Qué es eso de jueces progresistas y conservadores? El 65% de los jueces no pertenecen a ninguna asociación. Y de ellos, a las altas esferas no llega ninguno".