El percebeiro David Lema en la costa de Muxía donde permaneció durante días el Prestige

El percebeiro David Lema en la costa de Muxía donde permaneció durante días el Prestige Laura Mateo

Reportajes

En Muxía, la zona cero del Prestige: "Compararlo con la crisis de los 'pellets' es engañar a la gente"

Ecologistas, voluntarios y partidos políticos apelan al espíritu del 'Nunca Mais' surgido en Galicia tras la catástrofe medioambiental de 2002.

13 enero, 2024 02:31
Ismael Monzón Laura Mateo

Cuentan las leyendas locales que Santiago Apóstol había desistido ya de predicar el Evangelio por estas tierras, cuando una barca de piedra se le apareció entre los riscos que hoy esculpen la Costa da Morte. A bordo iba la Virgen María y en ese mismo lugar, unos cuantos siglos después, los cristianos levantaron el Santuario de la Virgen de la Barca. No es que nadie crea de verdad en ese mito fundacional, ni que deje de creer. Pero los marineros son gente supersticiosa y esa mañana, cuando apareció por allí un buque de más de 200 metros de eslora vomitando fuel, le pidieron a la Virgen de la Barca que se llevara el meigallo a otra parte. Ni la santa pudo con ello y en cuestión de días 77.000 toneladas de chapapote fueron inundando las costas gallegas

El pasado noviembre se cumplieron 21 años de aquello. David Lema ya trabajaba entonces en el mar, recogiendo percebes entre unas rocas desde las que se divisaba perfectamente el Prestige. El vertido las tiñó de negro y él se tiró casi un año sin trabajar. “Después nos empezaron a criticar porque habíamos recibido ayudas, pero de un día para otro nos quitaron nuestra vida, nos quitaron nuestro trabajo. A mí me dieron 1.200 euros por cada uno de los 11 meses que estuve sin salir al mar, aunque no había compensación para aquello. No te puedes imaginar el desastre que fue, había chapapote por todos lados, una locura”, recuerda. 

Él fue uno más de quienes se ensuciaron las manos para recoger una pequeña parte de la inabarcable marea negra. “Vinieron muchos voluntarios, algunos días llegamos a tener aquí a más de 1.500 personas. Nosotros, percebeiros, éramos capaces de llegar a algunas zonas más inaccesibles de entre las piedras que ellos no alcanzaban. Así que hacíamos una hilera y entre todos sacábamos cubos enteros de fuel”, cuenta. No hay imagen que ilustre mejor aquel espíritu del ‘Nunca Mais’ que la de los voluntarios formando una cadena humana con sus monos blancos manchados de negro. “Comparar todo eso con esta crisis de los ‘pellets’ no tiene ningún sentido, no hay manera de equiparar una cosa y otra”, sentencia.

En Muxía, la zona cero del Prestige. Laura Mateo EL ESPAÑOL

La sala de operaciones de aquel dispositivo se formó en la lonja, donde tiene su oficina la Cofradía de Pescadores de Muxía. Por aquí pasó hasta el rey Juan Carlos, una vez que las autoridades políticas se pusieron en marcha tras una errática gestión de la crisis. La pesca es la actividad que da sentido a este pequeño pueblo de unos 4.500 habitantes, convertido en símbolo de la catástrofe del Prestige.

Nacho Castro, gerente de la Cofradía hoy y en aquel momento, fue quien se encargó de coordinar la llegada de los voluntarios que llegaban incluso de otros países. “Para hacernos una idea del despliegue, en total pasaron por aquí más de 100.000 personas. El ejército después se dejó la piel. Eran kilómetros y kilómetros los que había que limpiar. Murieron aves, hubo ecosistemas enteros afectados y toda la actividad marítima quedó parada”. 

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“Aquello fue una catástrofe ecológica y medioambiental brutal. Esto [la crisis de los 'pellets'], desde mi punto de vista, no es más que un incidente. Ni lo calificaría de accidente, es un incidente marítimo de tercer o cuarto orden. Con esto no quiero restarle importancia a lo que ha pasado, pero no es comparable, no es comparable. Y quien lo quiera comparar está engañando a la gente”, valora.

Realmente nadie que viviera ese drama o que lo hubiera escuchado por sus mayores, porque el Prestige se quedó grabado en la memoria colectiva de los gallegos, se atreve a equiparar la magnitud de uno y otro fenómeno. Pero en los discursos de estos días el nombre del fatídico barco se repite como un ejemplo de lo que no debería volver a ocurrir. 

David Lema pasea entre las rocas, con el faro de fondo

David Lema pasea entre las rocas, con el faro de fondo Laura Mateo

'Outra Mais'

La candidata del BNG a las próximas elecciones gallegas, Ana Pontón, dijo este viernes en el parlamento autonómico que el PP volvió a tirar del “manual del Prestige” con un “recital de mentiras” y una “confrontación inútil con el Gobierno central” que ha llevado a la inacción. De las banderas negras del ‘Nunca Mais’ se ha pasado a otra formada por pequeñas bolitas blancas en las que se lee ‘Outra Mais’. 

“Yo en la política me declaro agnóstico. No me vas a poder definir ni de izquierdas ni de derechas, porque creo en la democracia como mejor sistema, pero no en ningún partido. Lo que sí te digo es que aquí hay una clara intencionalidad política y que no estaríamos hablando de esto si no hubiese elecciones el próximo 18 de febrero”, afirma Nacho Castro. 

Fotos con la catástrofe del Prestige

Fotos con la catástrofe del Prestige Laura Mateo

Y prosigue, con la seguridad de quien se ha puesto muchas veces delante de los periodistas. “Este tipo de incidentes se repiten a diario en el mar y es más factible que se produzcan cerca de nuestras costas, porque por aquí pasa la mayor autopista de tráfico marítimo de Europa. Claro que los ‘pellets’ son contaminantes y hay que limpiarlo, pero no saquemos esto de quicio y dejemos las comparaciones con lo que pasó en 2002 porque es una falta de respeto a todas las poblaciones del litoral y es reírse de nosotros”.

En la sala en la que nos recibe cuelgan, gastados por el tiempo, multitud de cuadros con fotos de la famosa marea negra. “Nosotros, como Cofradía, también formamos parte de la plataforma ‘Nunca Mais’, pero cuando vimos que aquello tomaba un cariz político decidimos salirnos”, explica. Fue entonces cuando llegaron las críticas porque habían abandonado el movimiento, una vez conseguidas las ayudas económicas. Ahora, sin efectos aparentes en la actividad pesquera durante las últimas semanas, temen que la gente deje de consumir pescado y marisco gallego ante la “alarma social”

David Castro, gerente de la Cofradía de Pescadores de Muxía

David Castro, gerente de la Cofradía de Pescadores de Muxía Laura Mateo

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Política y sociedad civil

Quien no abandonó la plataforma ‘Nunca Mais’ fue Viki Rivadulla, una artista local que pintó un mural en la lonja con una marinera desafiando las olas y trabaja como funcionaria en el Ayuntamiento de Muxía. “Lo que pasó con el Prestige es irrepetible, no vamos a eso. Pero sí veo una analogía con la respuesta de la Xunta en cuanto a falta de información y falta de coordinación, porque con querer restarle importancia a lo que ocurre tuvimos que ser nosotros quienes saliéramos a limpiar las playas”, sostiene. El pasado 7 de enero la concejal del BNG Mercé Barrientos organizó una movilización ciudadana para retirar ‘pellets’ de la playa de Nemiña, en el Concejo de Muxía, y Viki asistió junto a otras “30 o 40 personas”. 

Viki Rivadulla en el paseo marítimo de Muxía

Viki Rivadulla en el paseo marítimo de Muxía Laura Mateo

“Una de las quejas que yo recojo de mis vecinos es que la Administración no ha aprendido nada de lo que ocurrió con el Prestige. Se echan mierda los unos a los otros y la sociedad civil gallega, una vez más, va por delante de los políticos. No comparo una situación con otra, pero se intenta transmitir la idea de que son unas bolitas y no pasa nada, cuando no es así”, subraya la concejal nacionalista. Y con “las bolitas” y el primer informe de la Xunta que calificaba los ‘pellets’ como “inocuos” quienes se ponen al frente de la limpieza de las playas recuerdan de nuevo los “hilitos de plastilina” con los que describió Mariano Rajoy, entonces vicepresidente y portavoz del Gobierno, los primeros restos del vertido del Prestige. “Los ‘pellets’ son contaminantes y ser negacionista con esta cuestión es situarse en el plano del absurdo”, sentencia la edil del BNG. 

Los colectivos que han enarbolado este discurso tratan de mantener viva la cuestión con una manifestación en Santiago de Compostela prevista para el próximo domingo 21 de enero. El lema será “En defensa do noso mar” (En defensa de nuestro mar), un mensaje con el que tratan de ofrecer una imagen desideologizada. Sin embargo, una de las cabezas visibles de esta convocatoria es el biólogo Xaquín Rubido, quien presentó la iniciativa esta semana y en su día fue portavoz del movimiento ‘Nunca Mais’. “Se trata de una manifestación para proteger nuestras costas, pero es inevitable que la gente que tenga guardada la banderola negra de ‘Nunca Mais’ la saque de nuevo para protestar”, reconoce al teléfono Rubido.

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“El mar tiene un significado muy profundo en Galicia por razones históricas y culturales, configura el paisaje y es parte de nuestro ADN. Y eso tiene un punto afectivo, que quedó muy tocado con la catástrofe del Prestige. Aquello dejó una huella en el sustrato colectivo y sirve para explicar que la gente saliera tan rápido, por iniciativa propia, a limpiar los ‘pellets’. No hay una comparación posible por el volumen y la naturaleza del vertido, pero sí que existe una continuación en la manera de actuar”, opina el biólogo. 

Los marineros descargan en el puerto tras terminar de faenar

Los marineros descargan en el puerto tras terminar de faenar Laura Mateo

Todo esto es el relato sociológico, el mensaje con el que tocar la tecla de la movilización ciudadana. Quienes continuaron con la lucha del ‘Nunca Mais’ vuelven a entrar en escena y a aquellos a quienes se lo contaron están ante la oportunidad de vivirlo también por sí mismos. Aunque detrás de todo ello existe una lectura política. “La negativa de la Xunta a elevar el nivel de alerta tiene que ver con cálculos electorales y esto provoca indignación en la gente. Rechazamos las mentiras que han utilizado y esa forma de actuar poco transparte”, declara el exportavoz del movimiento contestatario. 

Junto a aquel peñón en el que se erigió el Santuario de la Virgen de la Barca donde se acercó el Prestige antes de ser desplazado mar adentro para hundirse definitivamente, ahora un monolito quebrado por la mitad recuerda esa herida. Y, como pasa con las rocas que el mar va moldeando lentamente, es un trauma que sólo el paso del tiempo, de mucho tiempo, terminará por cerrar.

Una barca en el puerto de Muxía

Una barca en el puerto de Muxía Laura Mateo