Ignacio de Hoces, lugarteniente de Buxadé, junto a la cruz carlista (d) y la de la Orden de Santiago (i); a la derecha, Iván Espinosa de los Monteros, al que De Hoces podría sustituir como portavoz en el Congreso de los Diputados

Ignacio de Hoces, lugarteniente de Buxadé, junto a la cruz carlista (d) y la de la Orden de Santiago (i); a la derecha, Iván Espinosa de los Monteros, al que De Hoces podría sustituir como portavoz en el Congreso de los Diputados Arte / E.E.

Reportajes

Ignacio de Hoces, el noble caballero 'carlista' de Vox favorito para sustituir a Espinosa en la portavocía

El diputado electo por Badajoz, afín a Jorge Buxadé y al 'ala dura' del partido, se postula como el candidato más fuerte para ocupar el cargo.

12 agosto, 2023 02:47

El viraje de Vox hacia posturas tradicionalistas cada vez más radicales se consumó esta semana con la dimisión de su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, y su sustituto en el Congreso, Juan Luis Steegmann. El golpe de timón de la nave ultraderechista contra el ala liberal, pergeñado y ejecutado en la sombra por Jorge Buxadé con el beneplácito de Santiago Abascal, ha revuelto aún más las ya enturbiadas aguas sobre las que navega, nadie sabe si con rumbo fijo o a la deriva, la formación política, tocada pero no hundida tras los malos resultados obtenidos el 23-J.

Permitir la decapitación de Espinosa de los Monteros presupone la buena disposición de Abascal a dejarse abrazar por la facción más reaccionaria de Vox, y que Ignacio de Hoces Iñíguez sea uno de los potenciales candidatos para sustituirlo como portavoz parlamentario confirma la mutación del partido hacia posturas aún más conservadoras en detrimento del liberalismo.

Según señalan a EL ESPAÑOL fuentes cercanas a Vox, la salida de Espinosa de los Monteros se debió, entre otras razones, a que Buxadé y Abascal planearon conmutarlo por De Hoces en la portavocía de la Cámara Baja. El agravio se habría sumado al distanciamiento ideológico del ya exportavoz con el 'sector duro' de la formación –representado por Gabriel Ariza, Kiko Méndez-Monasterio, Buxadé, Ignacio Garriga y el propio De Hoces–, quienes han devorado poder e influencia a pasos agigantados en torno al líder, y a su propio agotamiento psicológico, fruto de los problemas de salud de algunos de sus familiares cercanos. "Lo medité en noches de hospital", confesó durante su despedida, justificando la partida "por motivos personales" y sin hacer referencia alguna a su posible relevo.

Ignacio de Hoces (d) en una fotografía junto a otros miembros de Vox, entre ellos Jorge Buxadé (i)

Ignacio de Hoces (d) en una fotografía junto a otros miembros de Vox, entre ellos Jorge Buxadé (i) EFE

De momento, Vox ha filtrado los nombres de varios candidatos que podrían sustituirle. Por un lado se encuentra el presidente de la delegación asturiana y diputado por esa región, José María Figaredo (1988), quien en 2022 fue el reemplazo de Macarena Olona en la secretaría general del partido tras el fiasco de las andaluzas. Otro nombre que suena con fuerza es el de la cordobesa Pepa Millán (1995), de 28 años, portavoz en el Senado entre julio de 2022 y mayo de 2023 y número 5 en las listas por Madrid. Les siguen la abogada Rocío de Meer, cabeza de lista por Almería; la empresaria María Ruiz, número 2 por Madrid, y Jacobo Coco González-Robatto, cabeza de Vox en Granada. Los cinco aspiran a ocupar el trono recién abandonado.

Sin embargo, la hoja de ruta inicial de los de Abascal señalaba a Ignacio de Hoces Iñíguez como el perfil favorito para liderar la portavocía. Toda esta lista de nombres podría ser una simple cortina de humo para desviar la atención temporalmente de la crisis interna provocada por el intento de 'dedazo' de Buxadé. Sea como fuere, si finalmente De Hoces no saliese elegido, sí seguirá siendo, frente a los focos o en la sombra, uno de los pesos pesados del 'nuevo Vox', parte indiscutible de la santísima trinidad del poder orgánico gracias a sus estrechos vínculos con Abascal y su número dos.

Lugarteniente de Buxadé

Ignacio De Hoces es uno de los hombres fuertes del exfalangista Jorge Buxadé; su 'confesor', protegido y lugarteniente, tan capaz de articular junto al vicepresidente de Acción Política las listas electorales del 23-J como de hacer llamar a su despacho a otros diputados para amonestarlos. Según señalan fuentes internas de Vox, se caracteriza por "la transparencia y la naturalidad" a la hora de tomar decisiones; otras voces, por el contrario, aseguran que carece de la experiencia necesaria para ponerse en las botas de su predecesor y que es uno de los responsables de la bunkerización del partido.

De Hoces ha sido asesor del partido en el Congreso desde 2021, es vicesecretario nacional de acciones político-institucionales y, desde el 23-J, suma a su inventario el título de diputado nacional electo, ya que en los pasados comicios sustituyó al liberal Víctor Sánchez del Real como cabeza de lista por Badajoz. La formación verde obtuvo en las urnas un único diputado provincial, lo que le garantizó su escaño en la Cámara Baja. Es, actualmente, uno de los nombres con más poder dentro del organigrama nacional.

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Abascal lo considera un hombre de máxima confianza, aprecio que se materializó en octubre de 2022 cuando el líder de la formación de extrema derecha le encargó reconstruir el partido en Badajoz tras la dimisión en bloque de la cúpula regional por "desavenencias y encontronazos" con Bambú. Ignacio De Hoces fue uno de los encargados de doblegar a María Guardiola en las negociaciones entre el PP y Vox y de delimitar, junto a Ángel Pelayo, una estrategia de pactos beneficiosa para ambos en la Junta de Extremadura

Fue allí, durante un mitin de campaña, donde De Hoces confesó su vinculación con tierras pacenses. Frente a los micrófonos, secundado por Santiago Abascal, reconoció que su familia está vinculada a Talarrubias, 'la siberia extremeña', por parte de sus abuelos maternos. Se refiere a Francisco Iñíguez Celestino y María Francisca de Nogales Márquez de Prado García. Un dato aparentemente inocuo que, no obstante, confirmó su vinculación con el carlismo.

Un noble caballero 'carlista'

Ignacio de Hoces nace en Madrid en diciembre de 1983 en el seno de una familia adinerada por cuyas arterias bombea la sangre azul de la nobleza. Se licencia en Historia y Derecho; también es doctor por partida doble en Ciencias Políticas y de la Administración y en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Desde hace seis años figura como académico de la Real Academia de Jurisprudencia y, durante diez, desde 2011 hasta 2021, es responsable del área jurídica del Consejo Económico y Social (CES), el órgano consultivo del Gobierno en materia socioeconómica y laboral.

Su padre es José Ramón de Hoces y Elduayen y su madre Lourdes de Iñíguez y Nogales, duques de Hornachuelos. El primero heredó el título en 2004, tras la muerte de Francisco de Asís de Hoces y Cubas, abuelo paterno de Ignacio. Honorable designación nobiliaria, la del Ducado de Hornachuelos, que vio la luz en 1868, en las postrimerías de la Primera República, gracias a la orden del general Francisco Serrano y Domínguez. No obstante, Ignacio de Hoces, previsiblemente, no heredará la nombradía de su padre, ya que tiene tres hermanos, de los cuales dos son mayores que él.

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El primogénito es Lope de Hoces, director de Recursos Humanos en Planasa, una empresa mayorista de recursos agrícolas. El segundo es José Ramón de Hoces, quien ostenta el título de Caballero de la Orden Militar de Alcántara y es, además, consejero secretario del Consejo de Administración de El Corte Inglés. Su hermano pequeño, Francisco de Asís de Hoces, trabaja en el departamento de Administraciones Públicas de Indra. Por el momento, el único título conocido que mantiene Ignacio de Hoces es el de Caballero de la Orden de Santiago, un reconocimiento de la orden religiosa y militar al noble linaje de quien la recibe. 

A Ignacio de Hoces se le conocen estrechos vínculos con las familias nobiliarias más insignes de España, aquellas que aún se hacen llamar "gentes de bien". El 28 de febrero de 2015, tal y como reconoce Numen. Revista de Excelencia, magacín presidido y dirigido por Rafael Gonzalo de Aguilar Poyatos, conde de Bobadilla, Ignacio de Hoces acudió a la presentación de la asociación cultural Summa Nobilitatis, presidida por el propio conde. Durante el 'concilio' se arengó a los asistentes a "enfatizar el potencial que tiene España como nación cuando permanece unida" y a reagruparse contra los "enemigos de la unidad de España". En la charla se evocaron también los valores del catolicismo, "génesis de la caballería cristiana" y fuente de todas las convicciones (conservadoras) occidentales, y se llamó a empuñar la fe como "arma contra el 'todo vale'".

Un antiguo compañero de De Hoces en la Facultad de Derecho confirma que ya desde su ingreso dejaba entrever su ideología. "Le debí conocer en 2002 o 2003. Se percibía que había cierto elitismo en él. También decía que se movía en esferas carlistas y que quería entrar en la Real Academia de Jurisprudencia", donde finalmente acabó haciendo carrera.

Políticamente, siempre "ha sido cercano a partidos carlistas, como la Comunión Tradicionalista". La propia CT lo corrobora, situándole tanto a él como a su padre, el duque de Hornachuelos, en una misa corpore insepulto en la parroquia de Talarrubias, Badajoz, en 2017, durante el funeral del histórico carlista José Arturo Márquez de Prado y Pareja, tío segundo de Ignacio de Hoces. Márquez de Prado fue jefe de la Secretaría Política de la Comunión Tradicionalista y delegado nacional de Requetés, una organización paramilitar carlista de principios de siglo XX que participó en la Guerra Civil a favor del bando franquista.

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El Círculo Cultural Antonio Molle Lazo, asociado a la Comunión Tradicionalista, también lo ubica en 2010 en la bautizada como 'Cena de Cristo Rey' o 'cena de hermandad', un encuentro de simpatizantes carlistas que, bajo el lema reinaré en España, y con más veneración que en otras partes, animaba a todos sus presentes a "redoblar la exigencia militante y la consagración a la lucha por la Unidad Católica de España". Un encuentro que culminó con una ringlera de los vivas de rigor: Dios, Patria, Fueros, Rey legítimo. Según señala la propia asociación, entre los asistentes destacaba la presencia mayoritaria de miembros de la Juventudes Tradicionalistas y de la Agrupación Escolar Tradicionalista (AET), a quienes se había sumado un joven Ignacio de Hoces.

La influencia ideológica y familiar de estos círculos de poder llevó a que su tesis doctoral versara sobre el carlismo. Concretamente, sobre la figura del político coruñés e histórico carlista integrista Cándido Nocedal y Rodríguez de la Flor (1821-1885). El trabajo, presentado en la Facultad Ciencias Políticas y Sociología de la UCM, se tituló Cándido Nocedal (1821-1885): del liberalismo progresista al tradicionalismo carlista. Una monumental hagiografía de 795 páginas en la que De Hoces diseccionó los vaivenes ideológicos de Nocedal, un verso suelto de la política española que transitó del Partido Progresista al Partido Moderado hasta acabar abrazando la Comunión Carlista.

El notable proyecto doctoral de Ignacio de Hoces fue premiado por el jurado de la XVII Edición del Premio Internacional de la Historia del Carlismo Luis Hernando de Larramendi. El propio De Hoces presentó el texto en la Universidad CEU San Pablo el pasado 26 de abril de 2023, convertida ya su tesis en un libro de historia editado por Doce Calles.

Ignacio de Hoces en una imagen de archivo

Ignacio de Hoces en una imagen de archivo Europa Press

Una tercera fuente que prefiere mantener el anonimato sitúa a Ignacio de Hoces como discípulo de Miguel Ayuso Torres, el jurista, filósofo y coronel ultra que llamó "pseudoconstitución sin principios" a la Constitución Española y "cruzada que rehízo una patria" a la sublevación nacional contra la Segunda República; un acérrimo del tradicionalismo integrista que fue, como el requeté José Arturo Márquez de Prado y Pareja, jefe de la Secretaría Política de la CT.

"Lo conoce y no se avergüenza nada de él", aseguran a EL ESPAÑOL las fuentes internas de Vox. "Cree que es una buena persona, pero no tiene contacto con él desde hace años". Respecto a sus vinculaciones con la Comunión Tradicionalista, niega que De Hoces sea carlista, aunque reconoce que se ha movido en todos los círculos anteriomente mencionados, "pero igual que orbitó en otros espacios de la derecha sociológica".

Las piezas comienzan a encajar. Según la Agencia FARO, afín a la Comunión Tradicionalista, Miguel Ayuso e Ignacio de Hoces participaron el 13 de abril de 2013 en el seminario de Derecho Natural y Filosofía del Derecho en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, donde participaron también la Unión Internacional de Juristas Católicos y el Consejo de Estudios Hispánicos 'Felipe II'. El título del encuentro no deja lugar a dudas sobre el contenido del debate: ¿Libertad de religión o de la religión? La mesa estuvo presidida por el profesor Miguel Ayuso y entre sus asistentes acudía un joven Ignacio de Hoces, que entonces sumaba 29 años.

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Profesor y discípulo ya habían coincidido en 2010 en la mencionada Cena de Cristo Rey y lo harían de nuevo en el funeral del boina roja y tío segundo de Hoces Márquez de Prado y Pareja. Además, él mismo utilizó un texto de Ayuso publicado en la ultraderechista y afín al nacionalcatolicismo Revista Verbo, de la que Ayuso es director, como fuente para otra de sus tesis, esta vez para la Universidad Católica de San Antonio de Murcia

Nostálgico de FN y lector de Franco

Una segunda fuente que lo conoció durante sus años universitarios confirma que Ignacio de Hoces Iñíguez era un acérrimo defensor de las tradiciones y la patria, hasta el punto de haberle escuchado decir: "Me dolería más la ruptura de España que la muerte de mi abuelo". "Era muy radical", asegura a este diario. "Como anécdota, un día contó que en una cena estaba en casa de Jaime Mayor Oreja. Su novia de entonces era su hija Isabel. Estaban todos cenando y Mayor Oreja hizo un comentario al que Ignacio respondió con un: '¡Eres un rojo!'. Mayor Oreja lo echó de casa. '¡A mí nadie me llama rojo, y menos en mi casa!', le soltó".

La misma fuente sugiere el acercamiento de De Hoces hacia posturas cercanas al integrismo: "Hablaba mucho del carlismo y de que añoraba la Fuerza Nueva de Blas Piñar. Tampoco paraba de mencionar el testamento de Franco. Decía que lo tenía como lectura de elegía de noche y que era uno de los mejores documentos que existían. Afirmaba que el PP era más peligroso que el PSOE, porque al PSOE se le ve venir de frente pero al PP no, ya que es una izquierda encubierta. Un día incluso puso en duda el número de muertos del Holocausto".

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No obstante, fuentes internas de Vox niegan la mayor y lo señalan como un "tradicionalista" y para nada "un radical", y aprovechan para recordar que una de sus bisabuelas, de origen alemán, tuvo que huir de los nazis y que "le repugna todo lo que tenga que ver con el nacionalsocialismo".

Su juventud la pasaba yendo de su domicilio en Aravaca a la facultad, donde habitualmente se dejaba ver con su compinche de aquella época, Nicolás Martín Bayliss, hoy profesor de filosofía y autor de artículos de opinión en medios como La Gaceta de la Iberosfera, cuyo director editorial es, no sorprende ya, Hermann Tertsch. También, aseguran las fuentes, solía acudir a misa todos los domingos, con la peculiaridad de que se trataba de misas tridentinas, una rareza prohibida en 2021 por el papa Francisco. Eran misas donde el cura miraba hacia Cristo y le daba la espalda a la gente. Las mujeres se tapaban la cara con un velo. El tipo de gente que había en esos círculos... era como remontarse a 1700. Daba miedo".

Ignacio de Hoces posa en una escuela de equitación

Ignacio de Hoces posa en una escuela de equitación Europa Press

El 'lío' de los carlismos

Parece necesaria una pincelada histórica para comprender el 'lío' de los carlismos, tan vinculados a la trayectoria de De Hoces. Este movimiento político e ideológico tiene tres ramas: el carlismo tradicional, el socialista y el integrista. Nace a principios del siglo XIX como movimiento antiliberal que busca el restablecimiento del Antiguo Régimen. Si bien en otros países de Europa no triunfó, en España tuvo gran presencia gracias a su adaptación al catolicismo social.

"Es un carlismo que podríamos denominar como derecha radical o derecha pura, que sobrevive por sus reivindicaciones monárquicas y se considera un movimiento corporativo", asegura José Luis Orella, profesor titular de Historia de la CEU San Pablo. "Cuando Franco unifica todas las derechas, el carlismo va a ser una de las familias que se integren dentro de lo que sería el Régimen, y habrá gente que ocupe sus cargos en el ámbito catalán y en el vasco".

¿De dónde salen los carlistas de hoy? Su baza principal es la reivindicación de lo que consideran la rama legítima de los Borbones, la iniciada por Carlos María Isidro de Borbón. Pero esa rama se extingue en plena Guerra Civil con la muerte de Alfonso Carlos. Los "herederos legítimos" pasan a ser los Borbón-Parma, entonces liderados por Javier Borbón-Parma, quien en los 70 abdicó en su hijo, Carlos Hugo, quien llegó a enfrentarse directamente a Franco y jugó un papel destacado en la Transición.

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"Carlos Hugo produce una crisis dentro del carlismo porque evoluciona de las posiciones de derecha dura o extrema derecha, propias del carlismo tradicional, a posiciones socialistas autogestionadas. Básicamente, al socialismo de Tito en Yugoslavia. El carlismo, de forma oficial, adopta una vertiente socialista y federalista", asegura Orella. El cambio de rumbo provoca una nueva escisión entre el sector progresista y el ultraconservador, representado este último por Sixto de Borbón-Parma. Los carlismos llegaron a enfrentarse –con dos muertos en el camino– en mayo de 1976 en los sucesos de Montejurra.

"A partir de ahí hay dos corrientes. Por un lado está la oficial de Carlos Hugo, socialista y federalista, que en sus inicios comienza a tener concejales pero que rápidamente entra en quiebra. Sus dirigentes acaban militando en el PSOE de Euskadi, en el PNV, en Eusko Alkartasuna (escisión del PNV) e incluso en ETA. Hay una dispersión tremenda. ¿Qué pasa con los grupos tradicionalistas? Se van escindiendo, aparecen diferentes, y en torno al 1984, en El Escorial, crean la Comunión Tradicionalista Carlista, que supone una refundación del carlismo en su sentido derechista".

La Comunión Tradicionalista, sin la coletilla de 'Carlista', sería un movimiento posterior del carlismo que va mucho más allá en sus posiciones ideológicas. Es más reaccionario que la propia CTC, ya de por sí conservadora. No es una escisión, sino un grupúsculo que orbita en torno a la CTC. "Miguel Ayuso y sus discípulos se mueven en los ámbitos del integrismo religioso. Intentan ser portavoz político de sus intereses sin lograrlo. Sin embargo, mientras el carlismo histórico fue un movimiento popular y rural, la CT es elitista, integrista y fue muy crítica al magisterio de Juan Pablo II".