Alexia, la diseñadora británica que se vuelve ‘concierge’ y cobra 500 € por reservar una hamaca en Ibiza.

Alexia, la diseñadora británica que se vuelve ‘concierge’ y cobra 500 € por reservar una hamaca en Ibiza. Diseño: Arte EE / iStock, cedida

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Alexia, la diseñadora que se forra reservando hamacas en Ibiza: puede ganar hasta 5.000 € al día

Las playas de España se llenan de servicios de temporada que ocupan la arena y hay quien recibe un buen mordisco por ello.

6 agosto, 2023 01:58

Atrás quedan los años en los que Ibiza era una isla de pescadores. Allí se vive las 24 horas. Pero a muchos, sobre todo los que acuden cargados de billetes, les cuesta seguir el ritmo ibicenco. Salir de fiesta no se combina muy bien con poder disponer de una tumbona en primera línea de playa (o piscina). Al menos, hasta que han aparecido los concierges.

Es una figura que ha nacido como respuesta a un turismo de alto standing muy presente en la isla. Son asistentes del lujo. Según Idealista, el metro cuadrado en Ibiza en junio de este año estaba en los 5.691 euros. Es el segundo municipio de España donde es más costoso hacerse con una vivienda y es también uno de los más caros donde pasar unas vacaciones. Por eso, Alexia Parmigiani, de 46 años, vio una oportunidad de negocio: te guarda una hamaca y, a cambio, recibe unos 500 euros por ello. Calderilla para gran parte del turismo que acude a Ibiza.

La británica no se ha dedicado siempre a ser la concierge de los ricos. En Londres, en Reino Unido, era diseñadora de accesorios de moda. Tenía su propia marca: Alexia Fashion. Pero se dejó encandilar por Ibiza, una isla que comenzó a visitar cuando tenía 20 años. Pronto se vio embaucada por el clima y la vida sin freno que mantenía la isla.

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La mujer, hija de una británica y un italiano, comenzó a idear cómo llevar los servicios de concierge a Ibiza hasta que, hace cinco años, decidió mudarse con su familia. "Siempre me ha atraído la increíble energía, la música y la gente amable de Ibiza. La isla es emocionante y especial y me encanta vivir aquí", confiesa.

Entre los servicios que atiende la británica está el de Hold My Sunbed. Alexia se ayuda de un ventilador mientras vigila las tumbonas para que ninguna persona pueda hacerse con la que ha reservado su cliente. Lo suyo le ha costado. Como cuenta puede tener hasta 10 clientes en un día y, según recoge un artículo de Business Insider, cada reserva de hamaca puede llegar a costar unos 500 euros. Es decir, si consigue esa decena de clientes, el monto al final del día podría llegar a los 5.000 euros. Cuando se le pregunta sobre las playas en las que trabaja, la mujer solo responde que "en las mejores".

Alexia, la diseñadora británica que se vuelve ‘concierge’ y cobra 500 € por reservar una hamaca en Ibiza

Alexia, la diseñadora británica que se vuelve ‘concierge’ y cobra 500 € por reservar una hamaca en Ibiza

Lo que hace Alexia es hablar con los encargados de las tumbonas y negocia las mejores para su clientela, a la que trata de conseguir la primera línea. Aunque, precisa, no es solo el trabajo de las tumbonas.

"Puedo estar atendiendo las solicitudes de los clientes, organizando viajes en barco u otras reuniones o asegurándome de que nuestros huéspedes experimenten lo mejor que la isla tiene para ofrecerles", explica Parmigiani. Unas horas de trabajo que puede llevar a cabo en una jornada laboral, aunque también "un día normal de trabajo puede ser de 24 horas".

No trabaja sola. Desde la empresa Queen of Clubs, con sede en Reino Unido, ponen en marcha un amplio catálogo de servicios para el turismo de alto standing en Ibiza y enfocado, claramente, a los extranjeros. Su fundador es Filippo Torriani, quien, como cuenta Alexia, lleva en el negocio de los viajes toda su vida.

Tan pronto te reservan un día en un yate como preparan todos los desplazamientos y reservas durante una estancia en la isla. No falta ningún detalle, y sus concierges tienen que estar atentos en todo momento para asegurarse de que no ocurre ningún problema. Como reconoció Alexia en una entrevista a Business Insider, se puede llegar a cobrar otros 1.500 por la disposición de un concierge fuera del horario laboral.

Vista general de varios barcos fondeados en la playa de Talamanca, en Ibiza, Baleares (España).

Vista general de varios barcos fondeados en la playa de Talamanca, en Ibiza, Baleares (España). Germán Lama EP

Están pendientes de todo: de fotografiar la cuenta para que los clientes sepan lo que han pagado, de comprobar que la mesa VIP reservada en un club es la correcta y de que no pierdan tiempo ante eventualidades que puedan surgir.

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La otra cara de la moneda

El agua cristalina y la temperatura cálida que destilan las Islas Baleares resultan un cebo difícil de resistir para multitud de turistas cada año. Especialmente de aquellos que vienen de países donde las nubes nublan la mayoría de los días. Solo en 2022 recibieron 13,2 millones de extranjeros, el doble que comunidades como Madrid y unos tres millones más que toda la comunidad de Andalucía, según los datos recogidos en el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

En el mes de junio, y de acuerdo con las últimas estadísticas del gobierno balear, la gran mayoría viajó desde Reino Unido (636.955). Entre ellos y los alemanes lideran el turismo extranjero en estas islas. En lo que va de 2023, los británicos se han dejado 1.512,24 millones de euros solo en el sexto mes del año. En Ibiza, en concreto, el desembolso total en ese mes alcanzó los 371,36 millones. Es todo un motor económico.

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Pero de ese jardín de oro no solo brotan millones en recaudación turística. En ocasiones también se traduce en una ocupación mayor de lo permitido por la Ley de Costas. Y no solo por un turismo masivo, sino por servicios de temporada como hamacas o chiringuitos que complican, cada vez más, el espacio disponible en las playas públicas.

Una playa plagada de hamacas.

Una playa plagada de hamacas. Manuel Lorenzo Efe

La normativa apunta que, en los tramos naturales de las playas, “la superficie de cada una de esas ocupaciones será la mínima posible” y “no podrá, en ningún caso, exceder del 10% de la superficie de playa en pleamar”, según recoge el artículo 68. Asimismo, los establecimientos de comidas y bebidas no podrán exceder los 70 metros cuadrados y la distancia entre uno y otro no puede ser inferior a 300 metros. En las playas urbanas, la restricción es menor: pueden ocupar hasta un 50%.

Aunque se cumpla la normativa, lo cierto es que las playas más usualmente más visitadas se han llenado de servicios para turistas. Es el caso de playas como la de La Carihuela, en Málaga. En internet, se multiplican los comentarios negativos en cuanto al espacio disponible que dejan hamacas y chiringuitos privados.

Entre las reseñas de TripAdvisor, los usuarios apuntan que “está llena de zonas de hamacas que cada vez dejan menos sitio para la gente que no quiere pagar por ellas”. Otro apunta algo parecido: “Entre la gente que pasea y las hamacas y las sombrillas no hay mucho espacio para jugar con tus hijos”. Como él, otro de los usuarios reitera: “El arenal de la playa no parcelado, todo o casi todo ocupado por las hamacas y la zona libre abarrotada”. “Esta playa está diseñada para las hamacas”, comenta otro más. Los comentarios sobre la ocupación turística de esta playa no cesan.

Hamacas y chiringuitos de la playa La Carihuela, en Málaga.

Hamacas y chiringuitos de la playa La Carihuela, en Málaga.

Ya en 2017, medios locales informaron de que los inspectores levantaron aquel verano una veintena de actas de infracción contra adjudicatarios que excedían los límites establecidos por la ley. Aunque es verdad que no es el único caso, ni tampoco la única comunidad en la que ocurre esto.

Esta picaresca también puede verse en Cataluña, la comunidad que recibe más turistas al año. Hay algunos casos conocidos. Por ejemplo, según publicó El Confidencial, en la localidad de Sitges, al menos cuatro playas exceden la superficie ocupada por los servicios de temporada. De acuerdo con los datos solicitados, llegan a ocupar hasta el 72,8% en calas como la de Aiguafreda, es decir, siete veces más de lo que permite la normativa de Costas.

Entre lo abarrotadas que están algunas playas y la sobreocupación que existe en muchas de ellas, se han dado multitud de situaciones en las que los bañistas más madrugadores aprovechaban esas primeras horas de la mañana para clavar su sombrilla y asegurarse un sitio el resto del día. Muchas han dado lugar a que algunos ayuntamientos hayan decidido ponerle un precio a esa decisión. Y nada desdeñable.

Sin ir más lejos, en las localidades de Algarrobo, Vélez y Málaga se han aprobado multas de hasta 300 euros para quien deje sus enseres en la playa con el único fin de guardarse un sitio. Aunque esta cantidad se queda en nada si se compara con el monto que se puede llegar a pagar en localidades como Cullera, en Valencia, donde las multas oscilan entre los 750 euros y los 3.000 euros.