La Guardia Civil interviene una fiesta privada en Ibiza, en una imagen de archivo.

La Guardia Civil interviene una fiesta privada en Ibiza, en una imagen de archivo. Guardia Civil

Reportajes

Fiestas secretas en villas y barcos: "los piratas" que se han hecho con el negocio de la noche en Ibiza

Las administraciones contratan a detectives privados para acabar con este negocio paralelo en el segundo verano sin discotecas en la isla.

31 julio, 2021 00:56

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No hay discotecas, pero la fiesta continúa. Prometen invitados selectos, bebidas de primeras marcas y juerga ininterrumpida amenizada por los mejores DJ. A cambio sólo piden discreción y una entrada de entre 40 y 60 euros o incluso más. No se sabe la localización hasta que una furgoneta lleva al invitado hasta la puerta de una villa en medio del campo. Desde fuera, nada hace presagiar que dentro, en un sótano aislado acústicamente, hay centenares de personas bailando y bebiendo. No hay mascarilla, ni distancia de seguridad, ni test de antígenos. Sólo un fiestón como los de antes de la pandemia.

“Si estás por Ibiza, te van a llegar decenas de mensajes y propuestas para ir a celebraciones ilegales”. Es la 'ley seca' de la fiesta. Juergas fuera de control en villas privadas, locales sin licencia o barcos. Todo vale para sustituir la famosa vida nocturna de Ibiza, herida gravemente después de encadenar dos veranos con el candado echado.

“Ibiza sin discotecas es una jauría de piratas”, resume José Luis Benítez, gerente de Ocio de Ibiza. Las estrictas medidas del Govern balear contra el ocio nocturno –las discotecas llevan cerradas 22 meses consecutivos- han atraído hasta la Pitiusa mayor a empresarios con pocos escrúpulos que organizan fiestas privadas en casas particulares, villas en el campo, locales no aptos o yates.

DJ Oliver habla de que muchos de sus compañeros se han pasado a las fiestas ilegales para sobrevivir.

DJ Oliver habla de que muchos de sus compañeros se han pasado a las fiestas ilegales para sobrevivir. Cedida

No es un fenómeno nuevo, pero la pandemia ha dado alas a este estraperlo de la fiesta. “Esto ha existido siempre, pero antes se hacía todo en petit comité porque la mayoría de la gente prefería ir a una de las grandes discotecas, pero ahora hay cientos de casas así”, detalla DJ Oliver, uno de los músicos más prestigiosos de la isla con años pinchando en templos de la noche como Amnesia, Space o Pachá.

La pandemia no ha extinguido las ganas de salir de fiesta y, a falta de discotecas, muchos se apuntan a lo que sea. Hay ofertas de todo tipo, para todos los días de la semana y llegan a través de diferentes canales. Un grupo privado dentro de una red social, una propuesta de un relaciones públicas que acude a los hoteles en busca de turistas, un WhatsApp de un conocido… “Hay diferentes grupos de difusión de promotores de Ibiza o del extranjeros. Ellos alquilan la casa y luego en el subterráneo o un cuarto insonorizado, montan la fiesta. Sólo ves las furgonetas yendo y viniendo de esa villa”, detalla amargamente DJ Oliver.

Detectives privados

Las administraciones se ven impotentes para frenar la escalada de fiestas ilegales. Tanto es así que el Consell de Ibiza va a contratar a detectives privados para que echen una mano a la policía, que está desbordada por la proliferación de celebraciones fuera de la ley. La idea es que los investigadores, probablemente llegados desde fuera de la isla, rastreen las redes sociales para localizar el lugar de celebración de las fiestas y avisar a la policía. Además, también se infiltrarán en las viviendas como invitados para reventar las juergas desde dentro e intentar que no se celebren.

“Con la normativa que tenemos, no se puede entrar en una casa aunque la vivienda esté actuando como una discoteca”, recuerda el vicepresidente primero del Consell de Ibiza y conseller de Ordenación Turística y Lucha contra el Intrusismo, Mariano Juan. El Consell, en manos del PP, critica al Govern, una coalición de PSOE, Podemos y los nacionalistas de Més, por lavarse las manos y rechazar cualquier propuesta para solucionar el problema.

“No es competencia nuestra, pero ya que nos han dejado solos, lo tendremos que solucionar solos”, lamenta Juan, que incluso se ha planteado cortar la luz de las viviendas mientras se celebra la fiesta porque entiende que en ese momento ya no es una casa particular, sino “una discoteca encubierta”.

Este tipo de fiestas ilegales mueve cada vez más dinero. Las entradas han multiplicado su precio y se espera que sigan así, una vez parece confirmado que las discotecas tampoco abrirán este verano. Los organizadores, llegados en su mayoría del extranjero, se mueven en la economía sumergida y pueden pagar sueldos más altos.

Las últimas fiestas en las discotecas de Ibiza fueron en septiembre de 2019.

Las últimas fiestas en las discotecas de Ibiza fueron en septiembre de 2019. Amnesia

Por eso, por ejemplo, es difícil encontrar camareros profesionales en Ibiza porque en una sola jornada en este tipo de fiestas ganan 500 o 600 euros limpios, es decir, una tercera parte de su sueldo mensual en un establecimiento legal. Lo mismo sucede con los pinchadiscos que, después de meses y meses metidos en sus casas sin trabajar, encuentran una vía de ingresos libre de impuestos.

“Son cosas que han venido para quedarse”, lamenta Benítez, “porque si no se ataja ahora que hay un problema grave de salud, cuando sólo sea una cuestión de impuestos o seguridad, tú me dirás…”.

Las administraciones quieren “meterle mano”, pero no saben cómo. Y mientras tanto, los empresarios y trabajadores ‘legales’ sienten que están “pagando el pato”. “Se ha demostrado que los rebrotes no son culpa del ocio, porque en Baleares ha estado cerrado y sigue habiendo repuntes”, insiste Benítez, que considera que con el ocio abierto “se podría haber controlado mucho más cumpliendo las medidas”.

“Si abres las discotecas, esto de las fiestas ilegales masivas se corta”, subraya DJ Oliver desde el estudio de grabación que tiene en su casa, donde ahora se pasa horas y horas “para sacar algo de dinero” porque lleva 18 meses sin trabajar, pagando la cuota de autónomos y sin ayudas.

Las discotecas ibicencas cerraron en octubre de 2019 y nadie sabe cuándo volverán a abrir. Estaba previsto hacerlo justo esta semana, después de una larga espera y varias pruebas piloto exitosas tanto en Ibiza como en Mallorca. Pero el brutal crecimiento de la incidencia de coronavirus en Baleares ha dado al traste con la previsión.

El megabrote provocado en Mallorca por estudiantes en viaje de fin de estudios y la explosión de casos en Menorca tras los botellones que sustituyeron a las suspendidas fiestas de Sant Joan han provocado, como si fuera un efecto mariposa insular, una oleada de contagios en Ibiza. De hecho, esta misma semana la capital de la Pitiusa mayor tenía el dudoso honor de ser la ciudad española con la Covid más desatada gracias a un incremento porcentual de la incidencia de la pandemia del 348 %.

Interior de la sala principal de la discoteca Amnesia, que lleva 22 meses sin abrir.

Interior de la sala principal de la discoteca Amnesia, que lleva 22 meses sin abrir. Amnesia

Ibiza empezó más tarde esta nueva oleada, así que el departamento de Salud teme que será la última en salir. “Podría tardar un poco más en superar esta ola”, aseguraba hace unos días el portavoz del comité de gestión de enfermedades infecciosas de Baleares, Javier Arranz.

Después de haber impuesto las restricciones más duras de España para salvar la temporada turística, el Govern balear no quiere volver atrás, pero tampoco quiere avanzar en la desescalada. “Descartamos abrir las discotecas por ahora”, confirma la consellera de Interior, Mercedes Garrido.

La próxima revisión de las medidas será a principios de agosto, así que como pronto se levantaría la mano a finales de mes o a principios de septiembre, cuando las discotecas ya deberían haber tenido su mejor momento y se acercan al cierre de temporada.

500 millones de euros

Una parte del ocio nocturno ibicenco se ha reinventado para poder salir del paso. Ushuaïa abre sus puertas este sábado 31 transformando su gran pista de baile en un restaurante con animación musical. Después de 21 meses en el dique seco, el famoso hotel-club de Sant Jordi cambia los DJ por chefs, como ya ha hecho el Grupo Pachá que, aunque mantiene cerrada su discoteca, organiza cenas con espectáculo musical en restaurantes como Cabaret Lío o el Hotel Resort Destino, o Amnesia, con la Cova Santa.

Pero la mayoría del ocio nocturno sigue cerrado. Las grandes discotecas aguantan porque tienen mucho músculo financiero gracias a las ganancias previas a la pandemia. De hecho, algunas mantienen decenas de empleados todo el año pese a no sin abrir desde octubre de 2019. Pero para otros trabajadores, directos e indirectos, la situación es dramática porque encadenan meses sin empleo y sin ayudas.

El sector del ocio nocturno genera el 35 % del empleo en Ibiza y su peso en el Producto Interior Bruto (PIB) de la isla ronda el 35%, con una facturación anual de 500 millones, según un estudio del catedrático de Economía de la Universitat de les Illes Balears (UIB), Carles Manera. El gasto de un turista musical o del ocio duplica al de una familia media que escoge Ibiza para disfrutar del sol y la playa.

Nadie ha hecho cálculos de lo que puede suponer tener cerradas las discotecas dos veranos seguidos. “Se verá en un futuro, porque sin ellas somos un destino igual a muchos, sin un elemento diferenciador. Y con discotecas los pisos se alquilan más caros y más rápido, hay más restaurantes de nivel, hay más excursiones…”, apuntan los empresarios del ocio. “A Ibiza le falta vida sin discotecas. Es su principal atractivo y da de comer a mucha gente directa o indirectamente”, añade DJ Oliver.

Mientras tanto, la economía ibicenca aguanta como puede el envite y, de hecho, la isla es uno de los destinos turísticos con menor caída de visitantes respecto de 2019. “No se acaba el mundo sin discotecas. Las echamos de menos, pero sobreviviremos”, apunta al Diario de Ibiza el vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB), José Antonio Rosselló. Pero al revisar la microeconomía, la situación es mucho más oscura. Hay más de 10.000 trabajadores temporales menos que en un mes de junio normal y el desempleo triplica al del mismo mes de 2019.

Los grandes grupos de ocio nocturno diversifican sus negocios para amortiguar las pérdidas. En la imagen, el Hotel Pachá

Los grandes grupos de ocio nocturno diversifican sus negocios para amortiguar las pérdidas. En la imagen, el Hotel Pachá Pachá

Uno de los colectivos que más sufre el cierre de las discotecas es el de los DJ. “Somos los apestados: sin poder trabajar y sin ayudas”. Sólo el 20% de los pinchadiscos está trabajando este verano, según los datos aportados por Dipef (Associació de DJ i Productors d’Eivissa i Formentera). Esta entidad se creó recientemente a raíz de un polémico acuerdo del Govern que les prohibía 'ex profeso' trabajar, aunque después fue modificado tras las protestas.

Empresarios, DJ y otros trabajadores reclaman al Govern que abran el ocio nocturno para vacunados con doble pauta o que recurran al pasaporte Covid. “No hay excusa para 2021. Tendríamos que haber sido un poco más previsores y haber creado una burbuja desde el primer minuto de este año. ¡Que somos una isla!”, lamenta Benítez.

“En otros sitios tienen todo abierto y están mejor. Es para pensar mal y creer que los políticos están usando la pandemia para cambiar el turismo”, desconfía DJ Oliver mientras prepara en su estudio la primera sesión tras la pandemia, el 14 de agosto. En Andorra. “¿Que con qué canción empezaré? Lo tengo claro: un tema inédito de Sandy Rivera”, desvela sin dudar un segundo. El tema no tiene nombre porque saldrá en noviembre, cuando Ibiza vuelva a hibernar con la esperanza de volver a tener un verano como los de antes.