Javier Cárdenas y Belén Benítez junto a sus 15 hijos.

Javier Cárdenas y Belén Benítez junto a sus 15 hijos. Cedida

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Así viven los Cuevas, la familia con 15 hijos premiada en Andalucía: "Todo depende de Dios"

Javier Cuevas (47 años) y Belén Benítez (45 años) son el matrimonio de Granada que ha forjado esta. Él es arquitecto técnico; ella, ama de casa.

9 junio, 2023 01:59

Uno más uno son 15. Quién les iba a decir a los Cuevas Benítez que era tan fácil ser felices. "Somos un modelo de familia cristiana, abierto a lo que Dios nos dé. Dios la ha ido construyendo", dice Javier Cuevas (47 años), al otro lado del teléfono, sobre su familia. Escucha y asiente también durante la conversación su esposa, Belén Benítez (45 años). La Junta de Andalucía les acaba otorgar el premio ‘Familia numerosa’ en la tercera edición de los Premios Familias Andaluzas: el matrimonio tiene 15 hijos, la mayor de 21 años y el más pequeño de 14 meses: todos conviven bajo el mismo techo. 

Él es arquitecto ténico y ella es ama de casa. Viven en Granada, en dos pisos colindantes con siete habitaciones, siendo una de ellas la de matrimonio. "En un ala, por ejemplo, están las chicas y el otro ala es para los chicos. Hay habitaciones donde hay dos camas y alguna con tres", cuenta Cuevas, que reconoce que cada vez los pisos se hacen más pequeños y es complicado gestionar una familia de 15.

Ayuda a la organización de la casa que cada vez se haga el mobiliario más móvil. Luego, se organizan como pueden y no les va nada mal. Todos echan una mano en las labores del hogar que comanda la madre. "Belén renunció a su vida profesional por el modelo de familia que tenemos; trabaja en casa, que no es poco el trabajo que tiene", dice Javier el otro lado del teléfono. 

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La "disciplina" es clave para la organización de los 15 niños. Hay muchos adolescentes en casa, pero es que ahora mismo copan todos los rangos de edad hasta la adultez más temprana.

Los mayores van transmitiendo a los pequeños lo que han aprendido durante años. "No hay que hacer una fuerza especial", comenta Javier Cuevas. "Aprenden todos de todos. Los sientas en la mesa y digamos que adquieren lo que ven. Los niños son esponjas que van captando lo que van viendo a su alrededor".

Ese es uno de los secretos de esta familia: comen todos juntos cada día. "Ahí en la mesa cada uno va contando sus cosas y vamos comentándolas. Es como una escuela de vida", expone.

La Junta de Andalucía decidió premiarles por ser la familia más numerosa conviviente de la región. Ellos ya rehusaron recibir el galardón el año anterior. Este año les insistieron de nuevo y decidieron aceptar. Sin embargo, lo recibieron como una mención, sin hacer tampoco alardes ni celebraciones: lo ven algo normal. 

"Sabíamos que nos llamarían y dijimos que era que no. Requiere mucho tiempo desplazarnos hasta Huelva, era lunes y nos pillaba atareados. Dijimos que buscaran otra familia. Rehusamos el premio, pero nos dijeron que es la familia que más hijos tiene convivendo en casa. Al final vinieron a Granada a entregárnoslo", cuenta. Lo hicieron el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Granada, Antonio Granados, y la delegada territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Matilde Ortiz.

Para ellos no es "nada especial, solo un reconocimiento que se haga eco de que hay familias que lo hacen de otra manera". Mientras, creen que en la sociedad el tema de tener hijos "se traduce en dinero. Vas por la calle y es una calculadora", esgrime.

Dios y vivir al día

Obviamente, es imposible que, con tal cantidad de hijos, los Cuevas Benítez puedan permitirse un capricho. "Yo tengo amigos que se van de viaje, nosotros sabemos que renunciamos a eso", comenta el padre de esta familia.

La familia Cuevas Benítez recibiendo el premio.

La familia Cuevas Benítez recibiendo el premio. Junta de Andalucía

La economía familiar es lo que más llama la atención, por supuesto, en un mundo donde lo que se valora por encima de todo es el dinero. Heredar no es una palabra de moda en este tipo de familia por la calidad de los productos que se hacen ahora. Sin embargo, el verbo que se conjuga en este domicilio granadino es el de compartir.

Tener 15 hijos supone comprar 15 pares de zapatos distintos. "Los zapatos tienen que compartir. No pasan de unas manos a otras porque tienen fecha de caducidad rápida", ejemplifica.

También en material escolar se gasta bastante dinero en esta casa. "Los libros de texto son lo menos porque están subvencionados. De todas formas, en el colegio lo entienden y si hay que pagar algo nos dan facilidades también", apunta. 

Aquí se vive al día, sin pensar demasiado en el mañana. El día pasa y mañana llegará uno nuevo en el que Dios dirá. "Vamos viendo según las necesidades", comenta Cuevas. Explica que a veces hay que decirles a los pequeños que deben esperar para comprarse algo porque en ese momento no se lo pueden permitir. "Eso también les ayuda a no ser impacientes y a aprender que no se puede tener todo cuando uno quiere", viene a decir Cuevas al respecto.

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No todo ha sido fácil, claro está. "Hemos tenido dificultades y yo he llegado a estar en el paro. Esto es una aventura, porque hay momentos de precariedad. Pero, afortunadamente, Dios ha provisto siempre", comenta Cuevas.

"Nosotros vivimos al día, no nos proyectamos. Es verdad que tenemos muchos gastos y vivimos al día", explica. 

A pesar de que solo ostentan un sueldo, reconoce que hay ayudas. "Sobre todo de la declaración de la renta, que te puedes deducir según el número de hijos y te devuelven un dinerillo", apunta, con lo que pueden permitirse algunas necesidades o caprichos. Cuevas asegura, no obstante, que ahora no es difícil criar a los niños, que más complicado era cuando lo hacían "nuestros padres y abuelos".

De todas formas, para Javier el hecho de que haya niños y familia es una alegría y lo compensa todo.

Un niño más

Para esta familia, de Dios dependerá que llegue o no el 16. Tanto Belén como Javier son conscientes de que conforme pasan los años es más difícil. Sin embargo, no cierran puertas.

Cada llegada de un nuevo niño es una alegría para la familia. "Todo el que viene a su casa es bienvenido", apunta. 

Generalmente, la anunciación la hacen todos juntos. Siempre avisan a sus pequeños, los reúnen y lo comunican. "Normalmente hay aplausos y lo celebramos", apunta el padre de familia.

Al fin y al cabo, esta familia granadina celebra la vida. El devenir de los Cuevas Benítez y cuántos acabarán por convivir bajo el mismo techo es una incógnita. Tal y como ellos mismos refieren: Dios dirá...