Una ambulancia pasando por delante del Hospital Virgen del Castillo de Yecla.

Una ambulancia pasando por delante del Hospital Virgen del Castillo de Yecla.

Reportajes

La cesárea mortal de Ana destapa otro caso de fallo en la monitorización fetal en el hospital de Yecla

María cuenta que su bebé acabó en la UCI: "A raíz del problema del monitor, mi hijo estuvo tragando el meconio y todos los pulmones se le infectaron".

21 abril, 2023 09:46
Murcia

María no olvida su paso por el paritorio 1 del Hospital Virgen del Castillo de Yecla: "El monitor fetal no registraba bien mis contracciones y le bajaron las pulsaciones a mi hijo". Casi pierde a su niño por esa incidencia en el aparato y esta madre lo quiere hacer público después de conocer que en ese mismo hospital, Ana y su pareja, Nacho, han denunciado a la ginecóloga, al matrón y a las enfermeras, por la muerte de su bebé, tras una cesárea de urgencia que le tuvieron que practicar al no detectar las alteraciones de su frecuencia cardiaca, por un supuesto fallo técnico en la monitorización y una supervisión del parto presuntamente negligente.

"Me ha dado una llantina impresionante el caso de Ana, al recordarme lo que yo pasé", tal y como asegura María. Esta yeclana, de 32 años, aporta un nombre falso porque tuvo la suerte de que su hijo se salvó y ella no emprendió acciones legales contra el Virgen del Castillo, como han hecho Ana y Nacho, logrando que el Juzgado de Instrucción número 2 de Yecla cite a declarar como investigada a la ginecóloga que se ocupó de su parto y a todo el personal sanitario que la asistió.

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"Fallos puede tener todo el mundo, pero en temas como estos, todo debe estar al cien por cien. Vas con toda la confianza del mundo a dar a luz y por culpa de aparatos que no son aptos, te viene una cosa así", según reflexiona esta madre, antes de relatar su experiencia a EL ESPAÑOL, con el objetivo de pedir a la Consejería de Salud que invierta en equipos en el Virgen del Castillo para que no se repitan casos como el suyo y como el de Ana y Nacho. "Ese servicio está para que nazcan bien los bebés, le diría a los políticos que traigan a ese hospital aparatos que funcionen bien".

Nacho y Ana, en la habitación que le habían preparado a su difunta hija, Paula.

Nacho y Ana, en la habitación que le habían preparado a su difunta hija, Paula. Cedida

María acudió al centro hospitalario yeclano, el domingo 3 de julio, porque se le fisuró la bolsa amniótica antes de salir de cuentas. El lunes 4 de julio la llevaron al paritorio, le pusieron oxitocina y un monitor fetal: un aparato que juega un papel clave en el parto porque su transductor se coloca en la barriga de la embarazada, informando sobre la frecuencia cardíaca del bebé. Tales datos se reflejan en una pantalla y se imprimen en papel, mientras se escuchan los latidos del bebé. Esta información de bienestar o sufrimiento fetal guía las decisiones que adopta el equipo médico.

- ¿Qué ocurrió en el paritorio?

- María: El aparato no notaba bien mis contracciones. Era imposible que saliesen tan bajas porque el dolor que sentía no era normal. El matrón entró y dijo que el monitor estaba dando fallos y que se guiaba más, por cómo estaba yo, que por los resultados que sacaba la máquina. No cambiaron el monitor hasta que yo no aguantaba más y le pedí a mi marido que buscara a alguien para que me pusieran la epidural. Cuando entró la ginecóloga, me volvió a reconocer y se dio cuenta de que ya estaba dilatada de 6 centímetros y medio: la bolsa amniótica se había roto y llevaba suciedad el bebé.

- ¿Qué le pasaba al monitor?

- Cuando llamaron a la ginecóloga, dijo: '¿Qué ruido hace el monitor ese? Hay que cambiarlo. Si no funciona bien, hay que traer otro'. El monitor fetal pitaba y un matrón dijo que el aparato estaba roto. El matrón decía que se fiaba más de mí que de esa máquina. Mi marido me miraba y me preguntaba: '¿Estamos en un hospital o dónde estamos?'

Este es el primer paralelismo entre el relato de María y el de Ana y Nacho. De hecho, así lo expone el letrado de la pareja, David Fernández, en la querella que ha dado pie a la apertura de diligencias en los juzgados yeclanos: "La monitorización del feto puso de manifiesto el grave sufrimiento fetal que estaba padeciendo, y el comportamiento totalmente omisivo, tanto de la ginecóloga denunciada como del resto del equipo médico, ante las continuas llamadas de atención por parte de los padres por la ausencia de latido de la bebé, y que éstos se achacaban a un fallo técnico".

Ana, el viernes 3 de marzo, en la sala de monitores del Hospital Virgen del Castillo de Yecla.

- ¿Qué consecuencias tuvo para su bebé esa incidencia técnica en el monitor fetal que le pusieron en el parto?

- María: A raíz del problema del monitor, como me hicieron esperar tanto tiempo en el paritorio, mi hijo estuvo tragando el meconio y todos los pulmones se le infectaron. Cuando me pusieron otro monitor, se dieron cuenta de que le estaban bajando las pulsaciones a mi bebé y en menos de un minuto estaba en el quirófano para hacerme una cesárea.

- ¿Usted temió por la vida de su hijo durante la cesárea?

- Claro, cuando me dijeron que sus latidos estaban bajando.

Las incidencias que narra María en el control de las constantes vitales de su bebé, son similares a lo ocurrido nueve meses después, en el mismo hospital, cuando Ana y Nacho alertaron en "cinco ocasiones" a los sanitarios de que dejaron de escuchar la frecuencia cardíaca de su bebé, pero el personal no hacía nada porque supuestamente achacaba la ausencia de latidos a un fallo técnico del monitor fetal. De modo que cuando se paró definitivamente el corazón de Paula, tuvieron que practicarle una cesárea de urgencia a Ana que no evitó la muerte de su hija.

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El meconio que tragó el hijo de María se corresponde con las primeras heces eliminadas por el bebé, pero ese proceso se produjo dentro del útero de esta madre, por su deficiente monitorización, y esa agua sucia le causó la infección al bebé. Así lo cree también Antonio, nombre ficticio para el marido de María: "Dijeron de antemano que el monitor no funcionaba muy bien, daba problemas, y el matrón decía que se fiaba más de sus sensaciones que del aparato". 

Este yeclano, de 33 años, afirma que sufrió mucho durante el parto de su esposa en el Hospital Virgen del Castillo: "Cuando veían que daba fallo de lectura hicieron traer otro monitor de otro paritorio, y entonces, entró la ginecóloga, le hicieron la prueba del PH al bebé para ver lo sucio que estaba y en unos minutos, estaba en el quirófano para que le hiciesen una cesárea". A partir de aquí es donde difieren las historias de María y Ana: en el final de sus respectivas cesáreas. La de María salvó a su hijo, pero la de Ana no evitó la muerte de su hija, Paula.

"Leo la noticia [de la causa judicial de Nacho y Ana] y podíamos haber sido nosotros dos: se me hiela la sangre. Podría ser nuestro pequeño el que no saliera con vida del parto", sentencia Antonio, debido a que su esposa, María, al igual que expone Ana en su denuncia, aguardó muchas horas en el paritorio, con un monitor supuestamente defectuoso y sin supervisión médica. De hecho, Ana fue sometida a una cesárea de urgencia tras diez horas de espera, cuando Nacho salió corriendo del paritorio para alertar a la ginecóloga de que el corazón de su hija había dejado de latir.

Nacho, besando la tripita de Ana. Al lado, una de las ecografías de Paula, la hija que han perdido tras una cesárea de urgencia en el Hospital Virgen del Castillo de Yecla.

Nacho, besando la tripita de Ana. Al lado, una de las ecografías de Paula, la hija que han perdido tras una cesárea de urgencia en el Hospital Virgen del Castillo de Yecla.

- ¿Por qué se ha visto usted representado en el caso que investigan los juzgados de Yecla por la muerte de la bebé de Ana y Nacho?

- Antonio: A mi mujer y a mí nos pasó algo parecido. Por culpa del monitor roto, mi bebé tragó meconio. Las causas fueron las mismas: un monitor que no funciona bien, nos dejaron solos, desde las ocho de la mañana a las tres de la tarde, mientras mi mujer dilataba por la oxitocina. Y cuando se dieron cuenta de que el monitor no iba bien, trajeron otro, y vieron que el bebé tenía un pulso muy bajo. Entonces, practicaron la cesárea de urgencia. Mi hijo tenía una infección en los pulmones, nació con las manos y los pies oscuros y se lo tuvieron que llevar sedado a la UCI de La Arrixaca.

En concreto, el 5 de julio, el recién nacido tuvo que ser trasladado de urgencia, en una ambulancia, desde Yecla a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia. "Cuando se llevaron a mi bebé, vino un pediatra y me dijo: 'Va muy sedado, no sabemos si aguantará el viaje'", recuerda María, sobre las palabras que empleó el médico para informarle de que la vida de su hijo corría peligro.

"El trato que recibí fue pésimo. El pediatra me hablaba de forma borde y no me transmitía cercanía al día siguiente del parto. Al final, hace falta un poco de empatía porque me estaban diciendo que mi nene estaba mal y no sabían lo que tenía. No me insultaron como a Ana, pero no tuvo humanidad ni tacto", reflexiona María, estableciendo otro nuevo paralelismo con la denuncia de Ana que el juzgado ha admitido a trámite.

Prueba de ello es la parte de la demanda donde Ana expone al juez que le pidió a la ginecóloga que la sometiese a una cesárea, para traer al mundo a Paula, debido a que no dilataba, y esta fue la respuesta de la doctora: 'Vas a parir de manera natural, sí o sí. Tú como estás gorda y tienes caderas anchas, tienes que parir por tus partes: sí o sí'.

Aquel viernes 3 de marzo, murió Paula, en una cesárea que supuestamente llegó tarde, tras diez horas de espera con una monitorización presuntamente defectuosa que no detectó las paradas cardiacas que sufría la bebé. Nueve meses antes, el 4 de julio, nació el hijo de María y Antonio, en otra cesárea que se tuvo que practicar de urgencia por otro monitor defectuoso que no alertó de que los latidos del bebé estaban bajando. El niño se salvó, aunque tuvo que ser evacuado de urgencia a La Arrixaca donde permaneció ingresado tres semanas: una en la UCI y dos en planta.

"Se lo llevaron a Murcia porque en Yecla no hay Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal: una vez que el crío llegó a La Arrixaca empezó a remontar", tal y como resume María. "Cuando me dieron el alta del Virgen del Castillo, la supervisora de la planta de maternidad vino a pedirme disculpas, pero con eso no se soluciona. Yo le dije que si con mi experiencia podía ayudar a otras personas a que no les pasara lo mismo, pues mucho mejor, pero por desgracia veo que esto sigue ocurriendo".