María con sus hijos Andrés, Cristian y Claudia, en el centro de menores.

María con sus hijos Andrés, Cristian y Claudia, en el centro de menores. E.E

Reportajes

La lucha de María contra los Servicios Sociales: se llevan a su hijo trans de 14 años por querer suicidarse

Andrés, que antes era Andrea, se sentía culpable por querer cambiar de género. La Junta de Andalucía señala a su madre. Hablamos con ella.

18 marzo, 2023 03:07

Llega enero de 2023 y a María le dicen que su cáncer de útero ha evolucionado a pasos agigantados, y que hay que intervenir de urgencia. La enfermedad le está devorando. Ella se pasa hasta el 12 de febrero ingresada en un hospital de Sevilla y acompañada de su hijo Andrés, el que antes era Andrea, de 14 años. Su otra hija de cuatro años, Claudia, está en casa de su amiga. Su otro hijo de 11, Cristian, está con su padre.

Cuando María regresa por fin a su casa, con sus tres hijos y recién curada del cáncer, su mundo empieza a parecer menos feo. El 16 de febrero la madre de María, que vive en Rumanía, la llama alteradísima preguntando por su nieto trans, Andrés. Y le transmite la mala noticia: "¿Que está pasando con Andrés? Se ha presentado la Interpol en mi casa y me dice que a mi nieto le han trasladado a un centro de menores. ¿Qué ha pasado?". El mundo de María se desmorona.

Y así, sin previo aviso y a más de 3.000 kilómetros de distancia entre Rumanía y Sevilla, es como María Muresan se entera de que le están quitando a su hijo.

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"Andrés estaba en el instituto, como todos los días. Le escribí a las 11:20 de la mañana y me dijo: 'Mamá, me está llevando la policía', y yo recién salida del hospital por lo del cáncer y con el ginecólogo diciéndome que, si no me hubiera operado en enero, me hubiera muerto, literal. Y ahora me dice mi hijo que se le están llevando. Yo le dije: 'Hijo, no lo hagas, que eres menor y yo soy tu única tutora legal', a lo que me responde: 'Ya estoy montado en el coche'. Y yo: 'Pero Dios mío, qué ha pasado, diles que me llamen'. Lo último que me dijo fue: 'Me quitan el móvil mamá, no me dejan hablar contigo'. ¿En qué mundo vivimos para que la Junta de Andalucía se lo lleve y no me deje hablar con mi hijo?", sostiene la madre vía Zoom a EL ESPAÑOL.

María, cuyo nombre real es Mioara pero prefiere que la llamen así -y nosotros lo hacemos-, se desplazó de inmediato al instituto del menor para saber qué estaba pasando. Allí lo único que le explican es que los Servicios Sociales afirmaron que la madre del menor estaba informada de que se lo llevaban. "Y eso es mentira. Conmigo no se había puesto en contacto nadie", apunta.

A ella no le explicaron los motivos por los que le separaban de su hijo, según cuenta. El día siguiente, el 17 de febrero, la Delegación Territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad llama a María pidiéndole que a las 12 de la mañana se persone para hablar de lo ocurrido. A las 12:00, clavada como un reloj, allí está María. Lo que no sabía es que su mundo podía desmoronarse todavía más.

"Me metieron en una habitación con cámaras, con una abogada y con un psicólogo. Me dijeron que yo tenía una cita con ellos el 15 de febrero, y a mí no me había llegado nada. No me habían notificado nada. Y me dan unos papeles para que los firme. Yo quería leerlos, pero me la jugaron: me dijeron que eran unos papeles para que la Junta no me quitara también a mis otros dos hijos. Y yo firmé porque confié en ellos. Pero cuando me asignaron a mi abogado José Antonio Sires, me dijo que pidiera otro abogado urgentemente porque también me los iban a quitar, cuando yo supuestamente había firmado unos papeles para lo contrario. Y lo pedí, y empezaron a amenazarme y a aterrorizarme mentalmente con quitarme también a mis otros dos hijos".

Cristian y Claudia, visitando a su hermano Andrés en el centro de menores.

Cristian y Claudia, visitando a su hermano Andrés en el centro de menores. E.E

Apunta a este periódico el abogado Sires que "lo primero que hemos hecho ha sido presentar la demanda al Juzgado de Familias para oponernos a ese desamparo provisional que ha dictado la Junta de Andalucía". 

Desde aquel fatídico 16 de febrero, María sólo ha visto a su hijo Andrés dos veces. La primera vez fue una semana después de su 'secuestro' y duró 15 minutos. Los 15 minutos más agridulces de María y Andrés. "Nada más verme se echó a llorar. Me preguntaba que qué tal estaba yo con lo del cáncer, porque sabe que no estoy bien y que me han vaciado por dentro. Yo le decía: 'Cariño, mamá está bien, tus hermanos están bien, tú no te preocupes. Aprovecha y aprende cosas buenas con la gente del centro, que mamá va a hacer todo lo posible para sacarte cuando antes de aquí'. Ahora sólo podemos hablar los martes y durante 10 minutos. Peor que un preso. Tienen más derecho los que están en la cárcel que los que estamos fuera, porque ya ves tú lo que se puede hablar en ese tiempo, nada. Pero, aún así, yo me conformo ahora mismo con escuchar su voz y saber que está bien. Y voy a luchar con uñas y dientes para hacer justicia por mis tres hijos", defiende María.

Por si fuera poco, el día 20 de febrero María recibió una notificación de una carta certificada que hasta el día siguiente no pudo recoger, indicando y escrita a bolígrafo, "como si fuera una tarjeta de El Corte Inglés: 'Pásese a lo largo de la mañana por el Servicio de Protección de Menores'. Y encima esta 'notificación' aparece firmada el mismo día en la que ya había sido retirado su hijo del centro escolar", apoya Sires.

Intento de suicidio de Andrés

Este pasado viernes 17 de marzo, 30 días después de que apartar a María de su hijo, por fin la Junta de Andalucía le ha explicado la razón por la que le quitaron a Andrés. "Dice que consta un intento de suicidio del menor. Es cierto que lo hizo, pero fue por su situación de cambio de género. Si hubieran consultado o indagado... Pero la Junta presupone que fue culpa de la madre. Una barbaridad", señala a este periódico el abogado.

Andrés intentó quitarse la vida a través de la ingesta de medicamentos en mayo de 2022. Su madre lo achaca a la situación que estaba viviendo el menor debido a su cambio de género. "Que le quede claro a la Junta que yo acepto a mi hijo. Yo he parido una niña, que es Andrea, pero quiere ser Andrés, y yo le acepto como es. Andrés es Andrea. A mí no me molesta ni me afecta, mi hijo es mi hijo, si quiere ser un niño, bienvenido sea", declara la madre a este medio. 

María con su hijo Andrés.

María con su hijo Andrés. E.E

En la reunión "bastante tensa" con la Junta, defiende Sires que el expediente de los otros dos hijos mejores "no lo van a tratar con la envergadura con la que han tratado el asunto de Andrés. Lo van a catalogar como desprotección y no como desamparo. Entendemos que ello es debido a que van a 'regular' la situación que han tomado con Andrés".

Además, este viernes también se han reunido con el Consulado de Rumanía en Sevilla que, al igual que María y Sires, ve "irregularidades administrativas por parte de la Junta". "Vamos a unificar nuestra defensa con ellos y van a intervenir directamente ante la Junta para devolver al menor con su madre inmediatamente". 

María no se rinde

Cada día que pasa María sin su Andrés, es un día perdido. No entiende por qué la Junta tiene "más derechos" que ella, si ella es "quien le ha dado la vida". 

Según avanza la conversación, la voz de María es más temblorosa, e inestable. "Todavía tengo a mis otros dos hijos en peligro y la pequeña no puede vivir sin mí. Desde que se llevaron a Andrés ha vuelto a hacerse pipi en la cama y llora por las noches", lamenta. El jueves 9 de marzo fue la segunda y última vez que María pudo verle, y fue con Cristian y Claudia. 

— ¿Y qué pasó?

— Cuando nos fuimos, mi hija se derrumbó porque quería estar con su hermano Andrés. (Y empieza a llorar). A mí eso como madre me duele, porque yo no he hecho nada malo, yo no soy una criminal. 

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(María sigue llorando y se tapa la cara). No puede más. "No tiene perdón de Dios lo que me está haciendo la Junta de Andalucía. No me parece justo. Yo he hecho lo posible y lo imposible para dar lo mejor a mis hijos. Lujos no les he podido dar, pero he luchado tanto por ellos, para que vivan bien y sean felices. ¡Felices! Yo no soy ni terrorista, ni criminal, ni maltratadora de menores, ni vendo drogas ni nada de nada. Soy una ciudadana normal que lleva en este país 18 años, que ha tirado para adelante sin la ayuda de ninguna pareja ni de la Junta. ¡Yo sola y siendo madre soltera con tres hijos! Y que ha estado trabajando de cualquier cosa: auxiliar de veteriana, camarera, cuidadora de niños, he estado en karaokes, he vendido castañas… de todo".

Así, María justifica que no hay "ninguna razón" para que le hayan quitado a Andrés, y quiere sacarlo ya de aquel centro de menores en el que lleva más de un mes. "Andrés cumple 15 años el 5 de abril y no queremos que esté ahí. Así que por eso queremos agilizar el proceso. Por favor, queremos justicia, porque yo soy una ciudadana más, madre soltera, y olé yo y la madre que me parió. Y aunque me esté matando, puedo con esto y con más. Así que voy a luchar por mis hijos", sentencia.