Izaskun Gamen, con su hijo Iñigo.

Izaskun Gamen, con su hijo Iñigo. Foto cedida por Estudio F8

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Izaskun Gamen, la madre soltera que pide baja por maternidad y paternidad: su lucha contra Belarra

"La ley ni nos cuida ni nos protege", cuenta a EL ESPAÑOL. Argumenta que la legislación actual es insuficiente para que madre e hijo puedan 'volar' solos. 

16 febrero, 2023 02:50
Madrid

"Mi día normal es anárquico. Todavía sin horarios, sin una regulación en las tomas ya que se recomienda lactancia a demanda. Cosas cotidianas como una ducha o comer sentada se han convertido en lujos. Faltan manos y un poco de descanso. Pero compensa con creces. Mi día es siempre la crianza de Iñigo. Mi antiguo yo, de momento, está en stand by".

Así es la vida de Izaskun Gamen (Tudela, 1981), madre del pequeño Iñigo -de tal sólo tres meses de edad-, y técnica de museos, que batalla contra la desigualdad de las familias monoparentales expuesta en la Ley de Familias de Ione Belarra, secretaria general de Podemos.

Gamen quiso formar parte de la asociación de Madres Solteras por Elección (MSPE) para que Navarra financiase las fecundaciones in vitro -fruto del que nació su hijo Iñigo-. Lo consiguió, aunque fue después de su embarazo, por lo que tuvo que costeárselo ella. Ahora, su otro objetivo es ampliar el período de la baja por maternidad de 16 a 32 semanas, el mismo tiempo que se le concede a una familia biparental. "Cada día que pasa soy más consciente de esta falta de tiempo para la crianza. En 16 semanas nos tenemos que recuperar del parto, aprender a dar de mamar (en el caso de lactancia materna), aprender a criar, conocer a nuestros retoños y adaptarnos para volver al trabajo. En la semana 17 tenemos que ser supermadres, trabajadoras y amas de casa y apartarnos de nuestros pequeños para dejarlos en manos desconocidas. Una locura conciliarlo todo en un tiempo tan corto de vida de un ser. Vivimos en una sociedad, en la que la ley ni nos cuida ni nos protege", lamenta esta madre soltera.

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En España, una de cada diez familias están formadas sólo por el padre o la madre de los hijos. Algo que se traduce en casi 2 millones de hogares, de los cuales ocho de cada diez están encabezados por mujeres. El informe Madre no hay más que una: monoparentalidad, género y pobreza infantil del Gobierno de España, asegura que "ser madre en un hogar monoparental simple supone, por ejemplo, dificultades añadidas a la crianza y a la relación con el mercado laboral. El riesgo de pobreza para niños, niñas y adolescentes en hogares monomarentales simples es 20 puntos superior (47,3%) al riesgo medio en España (27,4%). El riesgo es aún mayor para los niños, niñas y adolescentes en núcleos monoparentales con otros convivientes (52,3%)".

Según Gamen, la Seguridad Social alega que "el permiso es intrasferible", pero que, al menos en Navarra, y en la Administración Pública, "cuando fallece la madre, el padre disfruta de la doble licencia": "En caso de fallecimiento de la madre, el padre podrá hacer uso de la totalidad o, en su caso, de la parte que reste de la licencia", exponen en el informe Licencias, permisos y vacaciones en las Administraciones Públicas de Navarra.

Ella también señala que, aunque el pasado septiembre se aprobó en el Parlamento el permiso doble a trabajadores de la Administración Pública, "que es donde el Gobierno de Navarra tiene competencia", todavía "no se ha hecho efectivo" y la ley foral "no ha cambiado". "En otras comunidades, como Aragón o País Vasco, sí se contempla y es efectivo para trabajadores de la Administración", asegura.

Desamparo, desigualdad y desprotección

La actual Ley de Familias de Belarra permite 16 semanas de prestación para la madre, y otras 16 para el padre. Sin embargo, las familias monoparentales no pueden disfrutar de las 32 semanas en total que sumarían ambos progenitores, por ello, madres y padres solteros piden prolongar la licencia. "Se tiene que cambiar la legislación. En el anteproyecto de la Ley de Familias no se contempla a pesar que el 2020 se hizo una moción al Senado para disfrutar de 26 semanas", explica la madre de Iñigo. Además, ella expone que las solicitudes enviadas al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) son sistemáticamente rechazadas.

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El pasado 9 de febrero, varias entidades como Familias Monoparentales (FAMS) se reunieron en el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 para conocer el estado de tramitación de la Ley de Familias. "No hay expectativas de cambios sustanciales. FAMS considera inexplicable la imposibilidad de acuerdo, cuando fue el propio partido socialista el impulsor de la Moción de Apoyo a las Familias Monoparentales aprobada en el Senado en octubre de 2020 en los términos que demanda la federación", declara FAMS. "De ser así, el Gobierno dará salida a un Proyecto de Ley con importantes vacíos que, de no corregirse a través de las enmiendas de los distintos grupos políticos, implicará la perpetuación de discriminaciones a las que se ve sometido nuestro modelo familiar y que afectan a las familias más vulnerables", sentencia.

Izaskun Gamen, con su hijo Iñigo.

Izaskun Gamen, con su hijo Iñigo. Foto cedida por Estudio F8

El Tribunal Supremo ahora estudia si las familias de un solo progenitor tienen el derecho de ampliar el período retributivo de 16 semanas a 26 o 32. Una decisión que no se hará pública hasta dentro de unos meses. MSPE conduce a estas familias españolas en la lucha por la igualdad y también por acabar con la discriminación que se observa tanto en estas familias, como por regiones. "Diferentes Tribunales de Justicia Superiores como los del País Vasco, Cataluña Madrid, Aragón o Extremadura, entre otros, abogan por el bien superior del menor y conceden este doble permiso. Pero en zonas como Navarra o Canarias no. Esto crea una desigualdad de los menores, dependiendo de la comunidad donde nazcan", declara Gamen.

Por otro lado, a finales de enero, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) denegó la ampliación de la baja por maternidad de 26 semanas a una madre soltera, además de las 16 que ya acumulaba. 

"Es que 16 semanas de maternidad es muy escaso para cualquier madre. En la mayoría de países europeos le dan más importancia a la crianza. Para un menor disponer tan solo de cuatro meses con su mayor figura de apego es escasísimo. Es la etapa en la que se crean los vínculos y que va a repercutir en el resto de su vida. Con 16 semanas, en el caso de una familia monoparental, en la que debemos trabajar para mantenernos, nuestros hijos deben comenzar la guardería. No existe otra alternativa para alargar esta etapa primordial para los peques y para nosotras, en la que todavía nos estamos conociendo y adaptando", sostiene Gamen.

Por todo ello, y por las futuras madres, Gamen combate desde la asociación. "Es necesaria una red de apoyo para las mujeres y las familias que han pasado por lo mismo. Hacemos tribu y reivindicamos los mismos derechos que otras familias", concluye.