De izquierda a derecha Javi Miralles, Alfredo Mayo, Héctor Miguel y Rubén Calvo, los 4 miembros de los 'RockCampers' de ¡Boom!.

De izquierda a derecha Javi Miralles, Alfredo Mayo, Héctor Miguel y Rubén Calvo, los 4 miembros de los 'RockCampers' de ¡Boom!. Cedida

Reportajes

La vida 6 años después de los RockCampers de Boom: en qué gastaron el bote de más de 2 millones de euros

El 8 de junio de 2016 Rubén, Héctor, Javi y Alfredo se llevaron el bote del concurso de Antena 3 invirtiéndolo en libros, casas o ayudar a sus familias.

23 octubre, 2022 02:35

Cuando se llevaron el premio hace seis años, Los RockCampers entraron en la historia de la televisión porque era el importe más alto entregado nunca en un concurso (2.326.500 €), hasta que Los Lobos les superaron con sus casi siete millones de euros.

Los cuatro amigos, que se juntaron para ver si se llevaban “por lo menos mil euros cada uno”, al final consiguieron ser el segundo equipo que más dinero ha ganado en el concurso de Antena 3, que ha desaparecido de la parrilla diaria del canal para dejar su hueco al magazine de Sonsoles Ónega.

EL ESPAÑOL ha contactado con Rubén Calvo, Héctor Miguel, Javier Miralles y Alfredo Mayo para que nos cuenten a qué destinaron los más de 300.000 euros que les correspondió a cada uno del premio y hacer un balance del final del concurso de Juanra Bonet.

Los 'Rockcampers', posando con Juanra Bonet, presentador de ¡Boom!.

Los 'Rockcampers', posando con Juanra Bonet, presentador de ¡Boom!. Atresmedia

Una celebración secreta

El día que grabaron el programa en el que se llevaron el bote, los cuatro amigos se fueron a celebrarlo al Hard Rock Café de Barcelona, ya que pegaba mucho con el nombre del equipo, Los RockCampers, y, además, era de los pocos sitios que estaban abiertos un lunes por la noche en la ciudad.

“Cuando fuimos a cenar el día que nos llevamos el bote, la camarera que atendía nuestra mesa nos reconoció del concurso y le tuvimos que mentir diciéndole que estábamos celebrando el cumpleaños de Rubén. No podíamos contar que nos habíamos llevado el premio puesto que todavía no se había emitido el programa, pero estábamos eufóricos, difícil que no se nos notase”, recuerda Alfredo.

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Al día siguiente, todavía sin el dinero del premio en los bolsillos, los cuatro acudieron a comprar libros a la librería Gigamesh, que está especializada en literatura fantástica y de ciencia ficción, algo que les gusta mucho, donde cogieron un carrito cada uno y “arramplamos con un montón de frikadas”, señala Javier.

–¿A qué destinaron el dinero del premio?

Javier: El grueso del premio lo destiné, como casi todos, a vivienda. Antes de presentarme al concurso estábamos mi mujer y yo pensando en cambiarnos de casa, acabábamos de ser padres, nuestra familia estaba creciendo y se nos quedaba pequeña la que teníamos. Gracias al bote pudimos irnos a una más grande y en la zona que nos gustaba de Valladolid. Mi pequeño capricho sí que lo tenía claro, quería una Vespa. En cuanto tuve el dinero del premio en mi cuenta me compré una amarilla, que era una ilusión que había tenido siempre. También invité a un viaje por Italia a mis padres y a mis suegros.

Héctor: Lo primero que hice fue pagar la reserva para un libro, pero no uno normal se trataba de una copia facsímil del Manuscrito Voynich, del que dicen ser el libro más raro del mundo. Una editorial española consiguió los derechos de la Universidad de Yale (donde lo tienen guardado en su biblioteca de libros raros) para elaborar artesanalmente unas réplicas exactas del mismo que son ahora una pieza de colección y yo tengo la fortuna de tener una. También me compré un dron semiprofesional y el curso para poder pilotarlo. Fueron mis dos caprichos con el premio.

Alfredo: Me compré una casa a tocateja, sin hipoteca, y, otras personas no lo considerarán un capricho, pero para mi poderme comprar un coche nuevo, que nunca había tenido uno y siempre iba de prestado con el de mis padres, sí lo fue. También compré un ordenador, porque me gustan mucho los videojuegos y una televisión grande, porque me encanta el cine. Soy muy de deportes de aventura y antes a lo mejor podía ir como mucho a un viaje al año a unas cuevas o a escalar, ahora me apunto a todos los que me apetecen.

Siempre que me ha hecho falta, mis padres y mi hermana me han ayudado mucho económicamente, así que dediqué el resto a ayudarles esta vez yo a ellos con deudas y gastos que tenían. A mi madre le metí en el buzón un sobre con dinero sin explicarle nada y la pobre pensó que era de alguien que lo había perdido y lo quería devolver. También recuerdo que mis amigos no pagaron ni una caña en todo el 2016, todas fueron por mi cuenta. Poder hacer eso con la gente que quieres da mucha satisfacción. Soy de la opinión de que el dinero está para disfrutarlo con la gente que quieres, no para acumularlo.

Rubén: Yo es que no he gastado el dinero del premio, lo que he hecho ha sido organizar mi vida un poquito. Soy bastante desastre con los temas económicos así que pedí asesoramiento a profesionales y seguí sus consejos. Durante el programa decía: “Tengo que cambiar de coche si nos llevamos el bote”, y al final he tardado tres años en hacerlo. Si me he dado algún capricho, me fui a Estados Unidos para visitar Florida y Luisiana con unos amigos.

Javier Miralles, uno de los cuatro ganadores, en la actualidad.

Javier Miralles, uno de los cuatro ganadores, en la actualidad. Cedida

–¿Cuánto se quedó Hacienda del premio?

Javier: Nos llevamos un bote total de 2.326.500 €, Hacienda se quedó un 50% aproximadamente y luego dividimos lo restante entre los cuatro. Al final limpio nos quedamos cada uno 320.000€. Durante el concurso bromeábamos diciendo que si ganábamos, la mitad sería para nosotros y la otra mitad, para Montoro, que era el ministro de Hacienda en aquel momento.

Héctor: Prácticamente la mitad, entiendo que hay que pagar impuestos y estoy a favor de ello, pero si lo comparas con un premio de la lotería ahí se paga ‘solo’ el 20% y entre los cuatro pagamos más de un millón de euros en impuestos.

–¿Cómo cambió sus vidas el paso por ¡Boom!?

Javier: Cuando estábamos concursando me reconocían continuamente por la calle, un trayecto de diez minutos tardaba más de media hora por ir saludando, haciéndome fotos… era una pasada, la repercusión de salir en la tele es tremenda. Nos llamó incluso el alcalde de Valladolid para que diéramos el pregón de las fiestas, fue un honor. Yo estaba de viaje por Grecia y me cogí un avión solo para llegar a tiempo de dar el pregón de mi ciudad con mis compañeros, eso es algo tan único como haber ganado el bote de ¡Boom!

Héctor: No ha sido un cambio trascendental, sí que los primeros meses me sirvieron para saber lo que sentía una persona famosa, a casi cualquier lugar donde iba había alguien que te saludaba o directamente se giraba al pasar y luego cuchicheaba con quien le acompañaba y me señalaban. Es una temporada que recuerdo con cariño. Después el cambio para bien es que, si bien la cantidad ganada no es suficiente como para decir “voy a vivir la vida” y dejar de trabajar, sí que es un colchón y te permite ver el futuro con más tranquilidad y desahogo económico.

Alfredo: Vengo de una familia humilde en la que los caprichos no eran la norma. Pasé de tener 800€ en la cuenta a cientos de miles. Es como si me hubiesen dado mi sueldo de varios años de una tacada. Menos mal que nos pasó a todos ya siendo adultos y con la cabeza amueblada, si me llega a pasar con veinte años, no sé que habría sido de mí…

Rubén: Yo soy de Soria, una ciudad relativamente pequeña, y los que no me conocían me conocieron a raíz de salir por la tele. Ya me he quedado como "el de las bombas", espero que no me llamen nunca por ese mote en, por ejemplo, una estación llena de gente (risas).

Los cuatro amigos, compitiendo en 2016.

Los cuatro amigos, compitiendo en 2016. Atresmedia

El campamento que les unió

El dinero del premio les sirvió de desahogo económico, pero ni mucho menos les hizo retirarse de la vida laboral y los cuatro siguen trabajando. Sí que es verdad que el Rock Camp (de ahí su nombre) estaba en marcha antes de concursar y sigue estando activo, mejorado gracias a la inyección económica conseguida en ¡Boom! en 2016.

–¿Qué hacen en la actualidad?

Javier: Sigo con lo mismo que estaba antes del concurso. Héctor y yo somos socios, tenemos una empresa que se llama Rock Camp y es un campamento de música moderna. Llevamos con ella catorce años y ya en su momento dijimos que sí ganábamos el bote íbamos a ampliar y a poner cabañas de madera en el campamento y así fue. También abrimos una escuela de música moderna en Madrid con el mismo nombre.

Héctor: Sigo con lo mismo que hacíamos, realizamos en verano el Campamento Rock Camp y además ahora llevamos dos años con la Escuela de Música RockCamp en Madrid.

Alfredo: Soy funcionario. También hago continuamente CrossFit, ciclismo, cursos de deportes de aventura… ahora voy a hacer el de paracaidismo.

Rubén: Antes del concurso era técnico de prevención de riesgos en el sector privado, que era el papel que desempeñaba yo dentro del campamento Rock Camp. Gracias al bote hice un Máster, trabajé un tiempo como profesor y me presenté a unas oposiciones que aprobé, sigo relacionado con la prevención de riesgos, pero ya desde el sector público y trabajo en el centro que tienen el INSST en Barakaldo en la parte de laboratorio. Soy funcionario.

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Rubén, sin experiencia

Lo que diferencia a Los RockCampers de otros equipos que han participado en ¡Boom! es que no son un conjunto formado por exconcursantes de otros programas como lo eran Los Lobos o Los Dispersos, que eran de diferentes lugares de España, pero les unía una gran experiencia en Saber y Ganar o Pasapalabra.

Héctor, Javier y Alfredo se les ocurrió participar en el concurso, formaron un grupo de amigos de WhatsApp para ver quien se apuntaba y el último en unirse fue Rubén: “Me apunté por arrastre. Héctor era compañero mío de la facultad (estudiamos los dos Química) y un buen día me dijo: si te llaman de la tele para hacer un casting es que te hemos apuntado con nosotros a un nuevo concurso de Antena 3”, recuerda.

“Mi decisión fue simplemente decirle que vale, que contara conmigo. Creo que me escogieron para formar parte del equipo porque soy un poco complementario a sus conocimientos, ellos saben mucho de música moderna y yo de música clásica (he estudiado en el conservatorio), también me gusta mucho la geografía y tengo un perfil un poco más de ciencias”, añade el concursante.

Alfredo Mayo, en la actualidad.

Alfredo Mayo, en la actualidad. Cedida

–¿Participaron en otros concursos antes de ir a ¡Boom!? ¿Y después?

Javier: Yo, previamente, no. Nosotros somos cuatro amigos que nos conocíamos de mucho antes y fuimos al programa por pasar un buen rato, luego ya tuvimos suerte y pasó lo que pasó. Hay otros equipos que sí que son profesionales de los concursos y en los que cada uno de sus integrantes está elegido estratégicamente, como Los Lobos, Las Extremis, Los Dispersos… pero no es nuestro caso en absoluto. Nosotros íbamos a nuestra bola.

Después de llevarnos el bote sí que participé en unos programas especiales de ¿Quién quiere ser millonario? que se rodaron en Varsovia, como ya había muy buena relación con Juanra Bonet me lo pasé muy bien y no se me dio mal tampoco, me llevé 100.000€. Me han tanteado de varios concursos, pero no he querido ir a ninguno, ahora tengo otra situación familiar con tres hijos y no estoy tan preparado.

Héctor: Hace 20 años estuve con mi hermano en Quatro, un programa que se emitía en La 2 de preguntas y respuestas. Después he pasado por El Cazador en La 1 y hemos visitado los platós de otros programas como Zapeando.

Alfredo: Sí, me gustan mucho los concursos de siempre. Mi madre fue la culpable de que me apuntara, se lo debo todo a ella. La primera vez que fui a la tele tenía 18 años y participé en Alta Tensión con Constantino Romero y Luis Larrodera. Gané 6.800€ y con eso me pude pagar la carrera. A los 23 estuve en Ahora Caigo con Arturo Valls y también me llevé un pellizco que me vino genial para ayudar a mi familia en plena crisis del 2008-2009. Luego estuve en uno que presentaba Carlos Sobera en TVE que se llamaba La Lista y en la tele de Castilla León en uno que íbamos por las tiendas de la ciudad respondiendo preguntas. En de ese me llevé una vajilla muy bonita que tiene mi madre en casa. Y, por último, en ¡Boom!

Sí que me gustaría participar en otros concursos como Pasapalabra o Saber y Ganar, pero me queda mucho por estudiar para poder optar a ello, es como sacarse una oposición. Quizá cuando se me acabe el dinero me lo plantee en serio (risas).

Rubén: Ni participé en ningún antes de ¡Boom! ni lo he hecho después. Creo que no soy muy buen concursante, me pongo muy nervioso, lo que hago bien es hacer tonterías, contar chistes, cantar, bailar… En los descansos de ¡Boom! me dedicaba, junto con el animador, a jalear al público. Creo que encajaría mejor en un programa tipo Tú cara me suena que en uno de preguntas y respuestas.

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Despedida inesperada del concurso

Atresmedia decidió esta semana que ¡Boom! dejara de emitirse a partir del lunes 24 de octubre a diario en su horario habitual de las 19:00 horas para dejarle su hueco al nuevo magazine de actualidad presentador por Sonsoles Ónega, recientemente fichada de Mediaset.

Esta medida ha cogido por sorpresa a productora (Gestmusic), concursantes, exparticipantes y espectadores, a los que no ha gustado que el veterano concurso (ocho años en emisión) presentado por Juanra Bonet desaparezca de la parrilla o pase a emitirse los fines de semana, como ya hicieron con ¡Ahora caigo! de Arturo Valls.

–¿Qué les parece que ya no puedan a ver más ¡Boom!, a diario, a partir del lunes 24?

Javier: Ha sido muy sorprendente porque el programa, aunque lo habían cambiado de hora, creo que estaba teniendo buena audiencia y había vuelto a repuntar. Ha sido una sorpresa para todos los que estamos de un modo u otro vinculados a ¡Boom! No me lo esperaba, pero tengo también la esperanza de que acabará volviendo. Es raro que pases de ser la cadena de los grandes concursos ya que han estado conviviendo Pasapalabra, ¡Ahora Caigo! y ¡Boom! a ser algo completamente distinto.

Héctor: En cierta manera es ley de vida, entiendo que las cosas tienen que tener su final.

Alfredo: Me da mucha pena, es cierto que no lo sigo ya a diario por mis horarios, pero le tengo mucho cariño. Me parece un concurso muy dinámico, muy divertido, en el que aprendes cosas interesantes, son programas que, aparte de entretener, enriquecen al espectador y es una pena que desaparezcan.

Rubén: Me da pena porque yo ya era espectador de ¡Boom! desde sus inicios, antes de participar como concursante. Seguimos vinculados al programa, acudíamos a los especiales y tenemos mucha relación con el equipo, con Juanra y con otros concursantes, por eso siento mucho que desaparezca.

Los Rockcampers de ¡Boom!, deliberando durante el programa.

Los Rockcampers de ¡Boom!, deliberando durante el programa. Atresmedia

–¿Qué es lo que les da más pena de este final?

Javier: Que desaparezca de la parrilla un programa que funciona, que es diferente al resto y que sigue siendo algo novedoso. Creo que aportaba algo especial a la televisión que se va a perder.

Héctor: ¡Boom! es un hito importante en mi vida y el que siguiera en emisión lo mantenía como algo actual en mi día a día como si no hubiera pasado tanto tiempo. Con este final, en cierta, manera pasamos página y queda como un bonito recuerdo para contar a mis nietos. Me gustaba poder volver una o dos veces al año, cuando nos llamaban para algún especial. Era como volver a casa.

–¿Han comentado este tema entre ustedes?

Javier: Sí, lo comentamos en el grupo de WhatsApp que tenemos los cuatro. Nos enteramos por los medios de comunicación y todos nos hemos llevado bastante sorpresa. Nos quedamos de piedra, la verdad.

Héctor: Llevamos varias semanas hablando del tema y haciendo previsiones de lo que podía llegar a pasar. Entendíamos que iba a finalizar, pero no pensábamos que iba a ser tan inmediato.

–¿Han podido hablarlo con Juanra Bonet?

Javier: Sí, tanto él como todo el equipo que hace el programa estaban bastante impactados. Yo creo que a él también le ha pillado de sopetón y ha sido una decisión de arriba que no se la veían venir. Ha sorprendido a todo el mundo.

Héctor: Si hablamos de vez en cuando en Navidad, cumpleaños… y hace unos días le pregunté qué tal estaba. Está preparando ya otros proyectos y le da mucha rabia no haber podido llegar a los 2.000 programas (llevan más de 1960 y van a quedarse a las puertas de conseguirlo).

Rubén: Juanra mantiene más relación con Héctor y con Javi, incluso les has llegado visitar en Valladolid.

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–¿Perdió fuerza el concurso con tanto dinero acumulado en el bote sin que nadie se lo llevara?

Javier: No sabría bien decirte si ha desenganchado a la gente el hecho de que no se lleven el bote o al revés, le ha dado más emoción. Creo que al espectador le gusta que los equipos estén un tiempo, que les dé tiempo a conocerlos y a sentirlos más cercanos.

Héctor: Yo creo que no, también tiene su interés el ver cómo van y vienen equipos, como algunos se consolidan y la emoción de ver cómo se acercan poco a poco al bote, aunque finalmente no lo consigan.

Rubén: No creo que ese sea el motivo, quizá ha habido un poco de desgaste. Había tres concursos seguidos durante mucho tiempo y a lo mejor han tenido que limitarlo un poco. Son decisiones de los de muy arriba. Entiendo que igual encargaron un análisis de beneficio-audiencia y vieron que no les salía rentable.

–¡Ahora caigo!, ¡Boom!... solo queda Pasapalabra de Antena 3: ¿Es el final de los concursos de las tardes de la cadena?

–Javier: Creo que van a meter algún concurso nuevo, es un momento de cambio, pero los concursos buenos siempre van a funcionar, hay muchas personas enganchadas a ellos.

Héctor: No, queda también La Ruleta de la Suerte y están ya preparando nuevos formatos como la vuelta de Password. Son ciclos, se van unos y vienen otros.

Alfredo: Quiero pensar que esto es cíclico y llegaran formatos novedosos de concursos, a la gente le gustan. Me encantaría un formato que aunase pruebas físicas con preguntas de cultura.

Rubén: El final no, yo creo que es una época de cambio de estrategia, de probar cosas nuevas. Pasapalabra se va a mantener ahí contra viento y marea porque el público así lo reclama.

Héctor Miguel, uno de los cuatro amigos, en la actualidad.

Héctor Miguel, uno de los cuatro amigos, en la actualidad. Cedida

Sus mejores recuerdos

Aparte de llevarse más de dos millones de euros, los cuatro concursantes guardan unos grandes recuerdos de su paso por el espacio de Antena 3, sobre todo, compartir la experiencia con sus amigos y del equipo del programa que tan bien los trató en sus 67 programas que disputaron.

“Para mí, lo mejor fue poder estar con mis tres amigos pasándolo tan bien. Compartir esos seis meses de experiencia, de convivencia que estuvimos grabando programas con tres personas que son amigos míos de verdad. Fue muy intenso, pero muy bonito a la vez, y es algo que sabes que es único, que no lo vas a poder repetir nunca más”, recuerda Javier.

Para Héctor, en cambio, su mejor recuerdo fue la primera vez que volvieron al espacio de Antena 3 meses después de haber ganado el bote porque “tuvimos un magnífico y emotivo recibimiento por parte del público y de todos los que allí trabajan. La verdad es que en todo momento nos sentimos muy cómodos, arropados y queridos por la gente que realiza el programa”, comenta.

Rubén Calvo, uno de los cuatro concursantes, en la actualidad.

Rubén Calvo, uno de los cuatro concursantes, en la actualidad. Cedida

Por su parte, Alfredo destaca que su mejor recuerdo del concurso fue “participar con mis amigos, no hay más concursos en los que puedas ir con tu grupo de amigos”. Por último, Rubén destaca que “como acudíamos periódicamente a los programas especiales de ¡Boom! echaré mucho de menos esas ocasiones que nos servían para reencontrarnos con todo el equipo y con otros grupos de concursantes míticos. Eso ya no va a suceder más por desgracia porque conocimos a gente muy maja”.

–¿Qué concursos ven ahora en televisión?

Javier: Realmente ahora mismo no veo ninguno. En verano tenía más tiempo y en el pueblo con mi suegra, que le encantan los concursos, si veía ¡Boom! y Pasapalabra, pero ahora, con tres niños pequeños, mi horario no tiene hueco para sentarme a ver concursos.

Héctor: Aunque por motivos laborales y familiares no los sigo a diario, si que continuaba viendo algún programa de ¡Boom! y de vez en cuando Pasapalabra. Casi todos los días como con mis hijos vemos La Ruleta de la suerte.

Alfredo: Veo Saber y Ganar porque me recuerda a cuando lo veía con mi abuela.

Rubén: No enciendo la tele prácticamente para nada, me desenganché mientras estudiaba las oposiciones porque el poco tiempo libre que me quedaba lo utilizaba en otras cosas. Soy mal espectador, voy poco al cine, no veo series ni programas ni nada, llevo una vida muy activa y eso de sentarme quieto a ver algo no me va mucho, las pocas veces que lo hago, me quedo dormido.