Andrea Santos quiere enviar las cenizas de los fallecidos al espacio.

Andrea Santos quiere enviar las cenizas de los fallecidos al espacio.

Reportajes

Andrea Santos, la gallega que negocia con Elon Musk para que lleve las cenizas de tu familiar al espacio

El primer lanzamiento será en 2023 y habrá sitio para 100 finados, que orbitarían a 4 kilómetros por segundo y se convertirían en polvo de estrellas.

23 octubre, 2022 02:52

La muerte rara vez es un tema agradable. Son muchas las formas de afrontar un duelo y, casi siempre, hay una metáfora para contar el fin de la vida. Ahí están los mitos de la guadaña o la barca de Caronte para explicar qué pasa con el ser humano una vez que muere. Quizás lo más fácil sea decir que nuestros seres queridos van al cielo cuando fallecen, bien por cultura cristiana o por saber que alguien te cuida desde la cúspide.

La metáfora, sin duda, ayuda a superar el duelo. Sin embargo, Andrea Santos, jurista experta en derecho aerospacial, se ha puesto manos a la obra para llevarla a la realidad. A través de su proyecto Stardust Space quiere enviar las cenizas de los fallecidos al espacio para que acaben convirtiéndose en polvo de estrellas.

No es una idea futurista, no, el proyecto ya está en marcha y el primer viaje está programado para la primavera de 2023. De hecho, en estos momentos negocia con una de las empresas de Elon Musk, Space X, para que se encargue del lanzamiento. 

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"Ahora mismo es la persona más influyente del mundo, es el Dios del espacio", dice Santos sobre Musk. La idea es trabajar juntos en el desarrollo de un proyecto que también negocia con aseguradoras y funerarias para ofrecer sus servicios en el menor tiempo posible.

El sueño de Andrea

Andrea Santos nació en Lugo, en abril de 1997. Desde que era muy pequeña, viajó con sus padres y sus hermanas en avión. Junto a Carla y Catalina, miraba por las ventanas de la aeronave, imaginando qué había detrás de ese cuadro azul acompañado de nubes. Creció y, lejos de ir a la rama de las ciencias, eligió la carrera familiar, como sus tías: estudió derecho en la Universidad de Navarra. Le interesaban las leyes americanas, el marco comparativo internacional y el derecho del espacio.

La jurista se desplazó más tarde a Bélgica, donde reside actualmente. Allí estudió en la International Space University un máster que le permitiría hacer contactos y abrir puertas internacionales para buscar su hueco en el mercado laboral. "Me especialicé en derecho internacional del espacio", narra Andrea, que también fue becada para estudiar en la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).

Hace tres años, la pérdida de un familiar le hizo reflexionar. "¿Por qué seguimos enterrando a la gente como hace cientos de años?", se preguntó. Y pensó en todo lo que había estudiado, en cómo mejorar el duelo, en cómo hacer la pérdida más fácil.

Andrea delante del cartel de la International Space University.

Andrea delante del cartel de la International Space University. Cedida

"La muerte existe y es parte de la vida. Quería cambiar este sentimiento en mí. Si yo veo el lanzamiento del cohete mientras como percebes y con una Estrella Galicia en la mano sería mejor que un entierro tradicional posiblemente. Quiero cambiar eso", se dijo Andrea. Ahí nació Stardust Space (polvo de estrellas espacial en inglés).

El proyecto embrionario fue tomando forma. Cinco personas dedicadas en cuerpo y alma, más el resto de colaboradores externos. Muchas dudas al frente, mucho que resolver y muchas horas de trabajo detrás.

Todo hasta llegar al Congreso Internacional Astronáutico de París hace un mes. Allí fue donde Andrea presentó su proyecto y dejó boquiabiertos a los presentes. La gallega ponía en liza el lanzamiento de cenizas de personas fallecidas al espacio y daba varios pasos de gigante gracias a la aceptación con la que lo recibieron los expertos allí presentes. "Nos han acogido de manera increíble y nos están llegando muchas ofertas", apunta Andrea.

"En Stardust Space el objetivo principal es transformar la idea de rechazo generalizado a la muerte. Lo que queremos es desmitificar la muerte y mejorar la vida en la tierra usando la innovación en el espacio", apunta.

Cómo será posible

La idea parece sencilla. Coges las cenizas, las metes en un cohete y esta se convierte en polvo de estrellas. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. 

Lo primero que hay que apuntar es que el servicio es para personas vivas y muertas de todo el mundo. Es decir, si usted tiene un familiar ya fallecido del que conserva las cenizas —bien en un espacio santo o bien en casa— puede aún enviar las cenizas de su familiar al espacio. Si usted sigue con vida, puede contratar a Stardust Space para que sus cenizas acaben en el espacio cuando usted muera.

Una vez estén las cenizas, contratar a Stardust Space será relativamente fácil y habrá dos vías. Se puede hacer a través de la aseguradora y la funeraria contratada o bien a través de la web de Stardust Space. La empresa de Andrea entrará en liza durante la cremación, que deberá ser de mayor intensidad a las medias realizadas.

Una vez estén listas las cenizas, habrá que ver cuánto peso se lanza al espacio. Las personas cremadas suelen pesar de media unos 2,5 kilogramos. Stardust Space ofrece lanzar 1.000 gramos por persona con un coste de 24.000 euros. Si se quiere enviar el total de las cenizas al espacio, el precio aumentará. El motivo es que la capacidad de carga del cohete está limitada a 100 personas (y 1.000 gramos por cada una de ellas). Si alguien quiere lanzar una cantidad superior, tendrá que pagar el precio que restará a otro cliente.

Andrea Santos, creadora de Stardust Space.

Andrea Santos, creadora de Stardust Space.

Teniendo todo esto en cuenta, Stardust enviará una cápsula a los familiares del finado para que coloquen sus cenizas y sean enviadas posteriormente a la sede de Startdust Space, que Andrea quiere tener en España. Ahí se realizará una primera validación para saber si las cenizas cumplen con los cánones establecidos. Tras el primer ok, las cenizas se enviarán a Estados Unidos, a la sede de Space X.

La empresa de Elon Musk hará una segunda comprobación. Una vez consiga la segunda validación por parte de Space X, se enviará a una de las tres plataformas de lanzamiento orbital: a la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, el Centro espacial John F. Kennedy o la Base de la Fuerza Aérea Vandenberg. Próximamente también podría ir a una cuarta plataforma situada en Brownsville (Texas). 

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Se hará la carga útil del cohete y se preparará el lanzamiento. Mientras tanto, Stardust se encargará customizar el visionado del lanzamiento al gusto de los familiares. "Pueden verlo mientras se comen una paella o escuchan rock, por ejemplo, y nosotros nos encargamos de organizar la ceremonia, que va incluida en el precio", comenta Andrea.

"Las cenizas de Stardust Space se inyectarían en la órbita eliosincrónica y estarían varios días en las órbitas", comenta la jurista sobre lo que ocurrirá después del lanzamiento. "Luego, caerían y en la atmósfera se convertirían en polvo de Estrellas", finaliza.

Una vez que esto suceda, Stardust Space proporcionará a los clientes dos certificados y una figura conmemorativa realizada por un artista en París. "El primer certificado será del lanzamiento; el segundo será de que las cenizas se han convertido en polvo de estrellas; y la figura llevará grabado el nombre de la persona y la fecha del lanzamiento", dice Andrea.

Los problemas

Hasta ahora se ha contado la idea. El cómo ponerla en marcha es más complicado. Sobre todo porque cualquier cálculo podría hacer que fallara el lanzamiento o podría provocar un accidente espacial.

Tal y como cuenta Andrea, ahora mismo Stardust Space se encuentra buscando financiación para sacar el proyecto adelante. La rentabilidad del mismo se garantiza con facilidad, explica la jurista. "Nuestro primer objetivo es la búsqueda de un pulmón financiero".

Asimismo, "estamos en plena fase de negociaciones con las funerarias y aseguradoras, porque el precio para ciertas personas será difícil de pagar", reconoce. La idea es que en el seguro de deceso que pagamos vaya incluido este servicio.

"En fase más técnica, estamos desarrollando la página web. Las funerarias y la web serán nuestras dos fuentes de contacto posible. También, como se ha interesado mucha gente, lo haremos a través de LinkedIN. Y estamos en negociaciones con Space X, claro", comenta.

Andrea cuenta uno de los mayores problemas: lo que van a enviar al espacio. "Estamos en contacto con expertos del CSIC y la industria espacial para trabajar en la cápsula de aluminio que portará las cenizas, ya que estamos preocupados por el medioambiente espacial".

Andrea durante la presentación del proyecto en París.

Andrea durante la presentación del proyecto en París. Cedida

Andrea explica la importancia de este punto. "Cualquier cosa que lanzamos al espacio se encuentra en la órbita baja, como por ejemplo la estación espacial, que viaja a 4 kilómetros por segundo. Entonces, necesitamos que aquello que lancemos tome esta velocidad para que no choque con los satélites, haga un efecto dominó y cree problemas, haciendo incluso que algo impacte con la estación", narra.

El problema es que los humanos no morimos, en ocasiones, únicamente con nuestro cuerpo y no todo se reduce a cenizas en la cremación. Un simple empaste podría afectar al lanzamiento de la ceniza. De todas formas, ahí radica el hecho de la doble validación a realizar. 

Con respecto al tema legal, no parece haber problemas. Al no haber una normativa a la que agarrarse, la jurista apuesta por atender a las guías y recomendaciones de la ONU. "Lo que no está prohibido, está permitido", apunta. Sin embargo, tiene cuidado. "Sabes que puedes hacer mucho daño si no tienes un plan de mitigación realista", expone. De ahí que su mayor preocupación esté en la cápsula.

Cuándo

Obviamente, con el proceso narrado, será difícil no aguardar varios meses desde el fallecimiento hasta el lanzamiento. La idea es que en la primavera de 2023 se lance el primer cohete cargado con cenizas de personas fallecidas. En 2024, se esperan tres lanzamientos. A partir de entonces, no se sabe si se podrán realizar mayores envíos.

Andrea explica que el primer lanzamiento efectivo (que no sea en pruebas) se realizará con 100 kilogramos de ceniza —uno por cliente, en principio—, que es la capacidad del cohete. El 101 tendría que esperar al siguiente lanzamiento.

También hay opciones de quedarse fuera del primer lanzamiento si otro cliente decide enviar un pesaje mayor al espacio. Por ejemplo, si una persona apuesta por convertir toda la ceniza del fallecido (la de él o la de un familiar) en polvo de estrellas y envía 2,5 kilogramos a Stardust (y paga el precio correspondiente) dejará espacio para 98 personas únicamente.

La entrada en la nave se hará por estricto orden de llegada a la sede de Stardust y no por fecha de la muerte, ya que habría personas que podrían plantearse el lanzamiento días después del deceso, o incluso años. Andrea tiene claro que esta es una carrera de fondo, pero está cerca de hacerse realidad. "No tenemos prisa pero tampoco pausa. Los clientes que tiene Stardust son gente viva y gente que ya ha fallecido".