Luis, afectado por másLuz.

Luis, afectado por másLuz.

Reportajes

Luis García y los 125 afectados por el cambio a MásLuz: “En 6 meses me querían cobrar 6.000 €"

La OCU ha recibido 183 consultas y 68 reclamaciones. Alegan que se les han cobrado facturas abusivas. 

1 mayo, 2022 02:55

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En España, y según datos de la CNMC, existen más de 270 comercializadoras de luz. Desde hace años, las principales han ido perdiendo clientes a favor de las nuevas que han ido apareciendo, centradas en llamativas ofertas y en la personalización de la atención al cliente, al cual se le abre un abanico de posibilidades para elegir. Pero, ¿qué pasaría si alguien eligiera nuestra compañía por nosotros? Parece irreal, pero eso es lo que les ha pasado a muchos españoles. MásLUZ Energía les cambió su proveedor eléctrico. Y al menos 125 de ellos se están organizando para revertir la situación.

Su 'modus operandi' para ganar clientes ha sido el siguiente: un operador te llama y te dice que es de tu compañía. Te ofrece un descuento en la facturación sin compromiso alguno. El cliente acepta, bien contestando a un sms que se le manda a su teléfono móvil, o simplemente diciendo ‘sí’ en una locución in situ. Y voilá: hecho. Acaba de dar su consentimiento para cambiarse de compañía y en los próximos meses, recibirá sucesivas y continuas facturas que van desde los 10 a los 4.000 euros.

Este tipo de delitos, llamados ‘Vishing’, han aumentado considerablemente en los últimos años, según nos confirman a EL ESPAÑOL desde INCIBE, donde un 23,7% de las consultas que recibieron en 2021 estaban relacionadas con este fraude.

En el caso de másLUZ Energía, muchos de los afectados comenzaban con esa llamada un infierno que ya les dura más de un año y que a día de hoy les sigue costando, además de dinero, tiempo y salud.

En EL ESPAÑOL hemos podido hablar con seis de las personas afectadas en esta trama.

Luis: 6.000 € en medio año

Durante los dos meses posteriores a la famosa llamada, Luis García no recibió ninguna factura de la luz en su domicilio, ni tampoco ningún cargo en el banco, así que intentó entrar en el área personal de la web de la comercializadora que tenía contratada y es cuando se dio cuenta de que ya no pertenecía a esta empresa.

La distribuidora le informa de que ahora es cliente de másLUZ Energía y es entonces cuando, pocos días después, le envían cobros sin orden ni sentido. “Me empiezan a llegar facturas muy locas en el mismo mes, que se solapan unas con otras en el tiempo. Para haceros una idea, la distribuidora me dice que mi contador ha consumido en un mes 14.000 kilovatios, cuando una familia normal llega a unos 300”, cuenta por teléfono a EL ESPAÑOL. Esto, claro está, se traduce en un aumento exponencial del coste: “En la primera factura me querían cobrar 3.000 euros y en la segunda, 1.500 aproximadamente”.

La distribuidora acepta que hay un error del contador y asegura al afectado que lo va a cambiar en su sistema pero que aun así, debe ser él mismo el que hable con la comercializadora. “Me dicen que haga yo su trabajo, entonces la impresión que dan es que no saben lo que están haciendo, se pasan la pelota y no quieren trabajar. Pero es que si ellos no trabajan, a mí me obligan a pagar 3.500 euros por un mes”.

Luis pasa los días intentando solucionar la situación llamando a unas partes y a otras, pero le es imposible. Y mientras tanto, le siguen llegando más facturas: “Ahí ya se solapa todo: primero una de 600, otra de 300… Me llegaban facturas cada 15 días, así que el sumatorio de estos seis meses ha llegado a los 6.000 euros que me querían cobrar”.

Luis pidió incluso a la distribuidora que revisara su contador, por la posibilidad de que estuviera “trucado”, pero a día de hoy nadie ha aparecido por su casa. También solicitó ayuda a la OCU, donde solo consiguieron que másLUZ Energía les mandara la grabación donde Luis daba su consentimiento para recibir el descuento en su factura, supuestamente sin cambiar de compañía. Ante esta desesperación, es cuando Luis crea el grupo de afectados por esta compañía.

“Era desesperante. Me enfado mucho y es cuando creo el grupo en Facebook”, un trabajo añadido al que ya tiene y, claro está, a su vida personal. “Tengo un trabajo de alta intensidad y esto me ocupa muchísimo tiempo, además de salud mental. Yo quiero pagar lo que me corresponde, pero si me corresponde cero porque es una estafa y me han cambiado sin mi consentimiento, y legalmente puedo pagar cero, siempre preferiré pagar cero. La sensación de estar desprotegido es agotadora, esta gente puede hacer lo que le dé la gana y no pasa nada”.

Luis devolvió todos los recibos y se ha cambiado de compañía, pero eso no ha evitado que continúe recibiendo un bombardeo de mensajes que amenazan con cortar su suministro en caso de que no pague su deuda. “Es una depresión, y más si ya están las cosas jodidas. Es que esto es extorsión pura y dura”.

Durante meses, ha sacrificado muchas horas en llamar a la compañía para que le manden las facturas -ya que al principio solo recibía los cargos-, además de para reclamar la situación: “Encima es curioso porque siempre que llamas te atiende la misma persona, como si fueran chacales intentando conseguir gente. Cuando me llaman, me desconcentran y al final invierto cuatro horas porque me enfado, y ya no trabajo en toda la mañana”.

Desde el grupo, donde son más de 125 personas, se plantean hacer una denuncia colectiva y Luis está totalmente decidido a ir por lo penal: “Estoy harto, aunque sé que hay pasos que he hecho mal por el propio estrés”.

María: “Nos cuesta la salud”

El caso de María –nombre ficticio para mantener el anonimato de la afectada- es parecido al de Luis. Según las facturas a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, en el período de noviembre a diciembre de 2021, su consumo habría sido de 7568.447 kw, frente a los 96.564 kw del año anterior.

Es razonablemente inviable que sea cierto, como lo es el importe al que asciende el recibo: 2.656,58€. “Nos está costando la salud. No sabes hasta qué punto… Todos los días recibiendo mensajes de amenazas y demandas jurídicas. Todo el día viendo el mail, esperando a que en cualquier momento te encuentres algo, y mandando todo el día reclamaciones”, nos relata en conversación telefónica.

Es en abril del pasado año cuando María recibe la llamada con el mismo modus operandi. En este caso, ella tenía tres servicios: la luz y el gas de su casa, además del gas de su segunda residencia. Cuando a los meses se da cuenta de la jugada, pide los contratos, los cuales parecen resistirse a llegar.

“Un mes después me mandan dos contratos que no me corresponden, uno de ellos a nombre de otra persona. Además, les dije que me estaban cobrando un servicio que no ponía qué coste tenía”. A partir de ahí, el silencio: “No me cogen el teléfono y no consigo que me lo solucionen. Vi unos pequeños cargos durante las vacaciones, pero no es hasta septiembre u octubre cuando empiezo a preocuparme”.

Como en otros casos, María tampoco recibía las facturas, solo los cargos del banco. “Me costó la vida que me las mandaran, pero por fin las consigo todas y es cuando me doy cuenta de que lo que habían hecho era darme de baja y alta varias veces, lo que conllevaba su correspondiente penalización. De repente, en mi área de clientes, aparecen cinco contratos diferentes, cuando deberían ser tres, así que les pido de nuevo que me manden los que me corresponden. Todo esto me empieza a oler raro y empiezo a llamar y llamar, pero claro, como también estás trabajando, pues va pasando el tiempo…”.

Es entonces cuando recibe el primer susto: un cargo de 1.200 euros en su banco. “Ya tuve que pedir ayuda a mis hijos, porque yo no podía estar todo el día colgada del teléfono. Llamabas cuatro o cinco veces por la mañana y era como hablar con una pared”.

A la semana siguiente, María recibía otro cargo en el banco de 2.600 euros. “Era todo absurdo, llamabas y ponías una reclamación y en la siguiente llamada, te decían que no tenías nada contratado. Lo peor es que era la misma persona la que te estaba atendiendo, la reconocíamos por la voz”.

Al devolver los recibos, María comenzó a recibir los mensajes de ‘advertencia’: era recomendable que pagara lo antes posible las facturas devueltas. “En la distribuidora me decían que ni aun teniendo todos los aparatos de mi casa puestos las 24 horas, se llegaba a ese importe”. En la distribuidora, como en el caso de Luis, tampoco le daban más soluciones. Reconocían un error de lectura de contador pero tenía que ser María quien hablase con la compañía eléctrica.

Desde marzo, no ha vuelto a recibir ningún cargo, decidió cambiar de compañía y romper toda relación comercial con MásLUZ Energía. Ya ha denunciado a industria y a la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC), organismos que hasta la fecha no le han dado ninguna respuesta.

Desde EL ESPAÑOL, hemos podido contactar con este último, donde nos confirman que han recibido más de 100 reclamaciones sobre esta empresa. En la actualidad, han resuelto más de 80 y, aunque habrá que esperar al cierre de todas ellas, se prevé la apertura de un expediente sancionador a MásLUZ Energía. Será entonces cuando se confirme si la compañía deberá o no indemnizar a los afectados.

José: exceso de confianza 

“Me ha afectado a la salud, tenía ansiedad, no dormía… Son unos terroristas emocionales, hay gente a la que están machacando viva”. José nos relata su experiencia desde A Coruña, desde donde lamenta su “exceso de confianza” e incluso se culpa de su situación actual. A él sí le informan en la famosa llamada que le hacen el pasado mes de abril de que lo van a cambiar de compañía, y es él quien decide acceder a ello por el descuento del 15% que se le plantea respecto a su facturación en aquel momento.

Lo que no sabe, como pasa con el resto de casos, es cómo consiguieron sus datos. Tampoco firma ningún contrato, solo da su consentimiento de cambio en una grabación telefónica.

A las pocas semanas, el pastel: “Me pasaron un primer cobro el 10 de mayo de 82 euros; el 20 de mayo, de 49 euros; el 1 de junio, de 28 euros; el 23 de junio, de 64 euros; y el 15 de julio, de 49 euros. Pero no me llegaban las facturas, entonces me empieza a mosquear el tema”.

Y no es para menos: cinco facturas en menos de dos meses que suman casi 300 euros. Es entonces cuando su comercializadora anterior le hace una contraoferta: igualarle el descuento que le han hecho en másLUZ Energía por tiempo indefinido. Así que se vuelve a cambiar.

José, afectado por el cambio de MásLuz.

José, afectado por el cambio de MásLuz.

“A los pocos días, me llama un tal Adolfo y me dice que no me puedo ir de la compañía porque tengo una permanencia con ellos. Le digo que yo no he firmado nada, que he aceptado unos términos pero que no tengo contrato. Me informa de que si me voy, la penalización es de 28 euros, pero que si vuelvo con ellos, me lo arregla, me redacta lo que tengo que mandar a la central de Barcelona, y en unos días me devuelven la penalización. Pues pasan unos días, mando la documentación, y me deniegan la devolución", explica.

"Intento hablar con Adolfo pero no lo consigo. Estuve más de un mes llamando a la compañía, que me cogía la llamada y me colgaba. Como tenía el WhatsApp personal de Adolfo, le escribía por ahí, me leía y no me contestaba, y a los 20 días me escribe: “No te puedo atender porque tengo un tumor en la cabeza y estoy enfermo”. No tenía sentido que alguien que está pasando por eso te lo diga así en esos términos. Aun así, me dice que va a avisar a sus compañeros, pero no me llamó absolutamente nadie”, relata José a EL ESPAÑOL.

Le mandan algunas de las facturas que había pedido y en ellas se da cuenta de que se le cobra una penalización por baja del 27 de junio, por un coste de 69 euros. José decide denunciar hasta en tres ocasiones en el Instituto Galego de Consumo, pues comenzó a recibir advertencias por parte de un gabinete de abogados.

“Uno de los últimos avisos, en el mes de marzo, decía que si no hacía el pago de ese importe, iban a ejercer acciones legales contra mi persona, así que les contesté vía mail adjuntando las denuncias que tenía puestas, y que ante eso, actuaran como creyeran conveniente”, apunta.

Pero la historia de José no acaba aquí. En enero de este mismo año, le llaman de la propia másLUZ Energía disculpándose por la 'mala praxis' con la que habían actuado hasta la fecha “algunos compañeros de la empresa”, y anunciándole que simplemente le llamaban para dar de baja todos sus datos.

Para hacer efectiva esta acción, se inicia una grabación donde él solo tiene que decir ‘sí’ para confirmarlo. “Estoy seguro de que han manipulado esa grabación porque luego me han vuelto a pasar facturas”, nos relata.

Pero desde finales de febrero, José no recibe noticias de la compañía, a la que tiene bloqueada en el banco: “Los tengo bloqueados hasta en cinco empresas desde las que cobraban los recibos”.

Pero lejos de dejarlo más tranquilo, esto ha provocado que viva en un estado de alerta constante: “Llamo dos veces por semana a mi comercializadora actual para saber si sigo siendo cliente de ellos. Prefiero eso a los sustos que me llevo, porque es que llegó una factura 30 euros por seis días de másLUZ Energía. Estoy casi con velas en casa para evitar pagarles un duro más a esta gente. Pongo las lavadoras tan llenas que me van a estallar, el lavavajillas ni lo uso, y la caldera solo por la noche para ducharme. Si no, ¿qué puedo hacer?”.

Mariana: deuda fantasma

Tras la ‘llamada del cambio’, Mariana recibe tres facturas: “La primera y la segunda fueron bajitas, pero la tercera era de 187 euros. Es cuando me entero de que me han cambiado de compañía y cuando les informo de que me quiero ir. Me dicen que tengo una penalización que me costaba más que pagar las facturas”.

Finalmente, devolvió los recibos en su banco y es cuando le empiezan a llegar los mensajes con las advertencias de pago. Se dio de alta en OCU y pidió ayuda para una mediación de la que aun hoy no tiene respuesta.

Su sorpresa llega en abril de este año, cuando en una de las llamadas que hace a másLUZ Energía, le informan de que todas sus facturas eran negativas: -287 euros y -187 euros. “¿Cómo podía ser posible?”, relata Mariana a EL ESPAÑOL.

“Pero es que, al día siguiente de esa conversación, me llaman del gabinete de abogados GESICO informándome de que tengo unos recibos pendientes de pago. No entendía nada de la situación. Les digo lo que había hablado con la compañía y que tengo una resolución pendiente con la OCU y terminan disculpándose. Pero es que unas horas después, les vuelvo a llamar yo para pedirles un mail de contacto donde enviarles los recibos negativos y poder demostrar lo que les había dicho, y me dicen que no les aparece que haya tenido ninguna deuda con ellos. Yo flipaba de que me estuviera pasando eso, era surrealista”.

Pero hay más: “A los días me llaman de másLUZ Energía y me dicen que me van a devolver todo el dinero de las facturas, que en el transcurso máximo de un mes me van a hacer la devolución de todo el dinero. Y yo me pregunto: ¿cómo me lo van a devolver si las facturas son negativas? Es que como hagan eso, es flipante el desorden que tienen. Es que no sabría ni cómo proceder si me lo ingresan, si es que lo hacen, claro”.

José: deuda compartida

José comparte piso y gastos en el centro de Madrid con otras cinco personas. A finales de abril recibe la llamada donde se hacen pasar por su comercializadora y le ofrecen un descuento en su factura. Para confirmarlo, en vez de anunciarle la grabación, le mandan un mensaje al que tiene que contestar con un ‘OK’. “Yo reconozco que esto me pasó porque fui un poco tonto, porque al final te engañan. En ese momento, llegué a pensar que me la habían liado, pero luego se me olvidó por completo”, cuenta a EL ESPAÑOL.

A los pocos meses, le empiezan a pasar recibos en la cuenta común que tenía con sus compañeros. “Ese mes no controlamos el dinero que quedaba, y el banco devolvió la factura porque no había saldo suficiente”. Fue entonces cuando GESICO se puso en contacto con él para reclamarle el dinero.

“Ya llevábamos varios meses pensando que era imposible que nos estuvieran cobrando esos precios, pero hasta ese momento no me doy cuenta del pastel. Me puse a buscar opiniones y veo que a mucha gente le han hecho lo mismo, y es cuando me encuentro con el grupo de afectados. Solo éramos 20 y pensé que era imposible, así que me puse a moverlo en todas las páginas que me encontraba de Grupo Visalia. Ahí fue cuando empezamos a ver todo lo que teníamos que hacer para denunciarlos, un poco por ensayo y error de todos”.

Como pasa con todos los casos consultados por EL ESPAÑOL, José recibía los cobros desde diferentes empresas del grupo, como Watium, Nace Energía o Suministrador Ibérico de Energía. “Bloqueé los recibos y me cambié corriendo de compañía, que a pesar de que el cambio no había sido con mi consentimiento, no me daba las mismas ofertas. Yo estaba muy alterado, devolví todos los recibos que pude. Es caótico, porque no sabes qué hacer”, nos cuenta en conversación telefónica.

José ha denunciado a la CNMC y está dispuesto a participar en una posible denuncia conjunta con los afectados del grupo. “En mi casa no se lo tomaron mal, al final el pastel me lo llevé yo, el mal rato. Dentro de lo malo, nosotros lo hemos dividido entre seis y solo ha sido la factura del gas. Nos habrán hecho pagar 100 euros más a cada uno en seis meses, que es el triple de lo que me cobra mi comercializadora actual”.

Carmen: 500 € de penalización

El padre de Carmen –nombre ficticio para mantener el anonimato del testimonio- se dio cuenta de lo que había provocado aquella llamada cuando le llamaron de su anterior comercializadora para preguntar por el motivo de su marcha. Cuando informó a másLUZ Energía de que quería volver a su compañía de siempre, le informaron de que le costaría 500 euros de penalización.

Ante esto, decidió quedarse, recibiendo cargos desde diferentes empresas energéticas del grupo y sin recibir ni una sola factura. Devolvió los recibos y tras aguantar cuatro meses, vuelve a la compañía inicial. Como no quiere aparecer en la lista de morosos y con la intención de ir con buena fe, llama a másLUZ Energía para pedir una lectura real de lo que han consumido en los meses anteriores.

“Mis padres querían pagar el consumo real, pero no las penalizaciones que les habían puesto por recobro. Al final, terminaron pagaron tres facturas y eso les bastó para reactivarles de nuevo el servicio”, cuenta Carmen a EL ESPAÑOL.

“Es horrible, te sientes frustrado y parece que en cualquier momento te vas a dar la vuelta y te van a cambiar de contrato sin tu consentimiento”. En pleno caos, la familia vuelve a su compañía inicial, que ya no les hace oferta de ningún tipo, y denuncian la situación a la OMIC e incluso a la Policía, además de iniciar mediación con la OCU que nunca se resolvió ante la nula respuesta por parte de la compañía eléctrica.

“Es entonces cuando por tercera vez, en diciembre, llaman a mis padres diciendo que se va a solucionar todo, que no va a haber penalización y que si están de acuerdo con esto. Graban a mi padre diciendo que está de acuerdo con, supuestamente, el cese de los contratos y lo utilizan para activar de nuevo los contratos”, nos relata Carmen.

Entre medias, continuos mensajes amenazando con el corte de suministro y acciones legales a través de su gabinete de abogados. “Te amenazan a lo bestia con un mensaje que dice que si en 48 horas no pagas a un número de cuenta que aparece ahí, que a saber de quién es, te cortan el suministro. Imagínate la de personas que habrán caído”.

Como última opción, optaron por el burofax el pasado mes de marzo. “Se lo mandamos a través del departamento jurídico de Grupo Visalia. Contestaron en un mes y nos aseguraron que así se saldaba la deuda, pero a día de hoy, te digo que sigo recibiendo cobros de Suministro Ibérico de Energía", advierte.

"En un mismo día, puedo recibir tres cobros distintos de 10, 15 y 20 euros, por ejemplo. No te pone ni suministro de casa, ni nos ha llegado ninguna factura. Yo rechazo el pago, pero no sé hasta cuándo voy a tener que estar haciéndolo, porque encima tienes que estar muy pendiente de la cuenta para que no te la cuelen, porque usan nombres diferentes”, explica Carmen. 

Recuerda además lo mal que lo ha pasado su padre: “Cada vez que te mandan un mensaje de ese tipo, se te queda el cuerpo… Es mucho estrés, mi padre acabó en urgencias con un amago de infarto, a final es una impotencia muy grande”.

Depósito por la guerra de Ucrania

Algunos de los clientes de másLUZ Energía recibieron el pasado mes de marzo una comunicación oficial por parte de su empresa energética donde se les informaba del cobro de un depósito excepcional de 139 euros debido a la guerra de Ucrania. El mail justificaba el cobro de este importe.

“Las características de los mercados mayoristas de energía a plazo en España no permiten cubrir de forma conjunta y eficaz los volúmenes de contrato de suministro a precio fijo dada la imposibilidad de contratar a plazo perfiles iguales a los de los contratos de suministro —decía el comunicado— y dada la falta de liquidez de los mercados a plazo, en gran parte del horizonte de vigencia de los contratos de suministro a precio fijo sin entrar en posiciones especulativas por desfases de coberturas por perfiles de consumo y horizontes de contratación".

"Ante lo anterior, para evitar la situación de fuerza mayor y compensar el desequilibrio de las prestaciones anteriores…. (…) con el fin de poder continuar con el suministro, se aplicarán unas modificaciones temporales en su contrato”. Al final del documento, se deja claro que en caso de disconformidad por parte del cliente ante este depósito excepcional, el contrato podrá resolverse sin penalización para el cliente.

Las reacciones

Desde EL ESPAÑOL, aparte de la consulta a la OMIC, hemos podido hablar con algunas de las asociaciones de consumo a las que han denunciado los afectados. Desde FACUA, nos aclaran que, en estos casos, el consumidor está totalmente amparado por la ley.

“Argumentamos que, según la ley de protección para los derechos de los consumidores, no se le puede cobrar a un usuario por un servicio o producto que no haya solicitado, y pedimos la anulación del contrato, el retorno a la compañía en la que estaba inicialmente, así como que se le devuelvan las cantidades abonadas, hayan transcurrido dos meses o dos años”. Además, hacen hincapié en el derecho que tendrían a devolver todos los recibos en estos casos.

Por su parte, OCU reconoce haber recibido durante el 2021 un total 183 consultas y 68 reclamaciones sobre másLUZ Energía, siendo esta la cuarta empresa energética más reclamada. Tras conversaciones con EL ESPAÑOL, nos aseguran que van a iniciar una investigación más exhaustiva sobre el tema.

Desde este medio, también hemos intentando contactar con másLUZ Energía en numerosas ocasiones para conocer su versión ante los testimonios, pero no hemos obtenido ninguna respuesta. No así del Grupo Visalia, al que pertenece esta compañía energética, desde la que su director general, Juan Carlos Aguilar, sí ha atendido a EL ESPAÑOL telefónicamente.

A pesar de que todas las comunicaciones del grupo (página web, notas de prensa, entrevistas públicas), apuntan que másLUZ Energía es una de las empresas del grupo, Aguilar nos aclara que Grupo Visalia es accionista minoritario de la empresa SIE, que tiene como marca comercial registrada a másLUZ Energía, cuya gestión comercial lidera el call center Alpa 57, de quien, a su vez, SIE es accionista mayoritario. Es decir, que Grupo Visalia gestiona la electricidad de másLUZ Energía, pero no intervendría en la gestión comercial ni en la parte financiera, que es responsabilidad de Alpa 57.

Según las fuentes consultadas, sería esta última la responsable de la situación que han relatado los testimonios, la cual no solo no niegan desde Grupo Visalia, sino para la que además han tomado medidas. “Visalia es, en consecuencia, al igual que los clientes afectados, víctima de las malas prácticas del call center, y tomó la decisión de resolver la relación con el mismo en marzo de 2022”, nos confirman desde el departamento de comunicación del grupo.

Dicen haber exigido a Alpa 57 anular todas las facturas de los afectados y que estos se vean resarcidos lo antes posible, incluso se han hecho cargo de muchas de estas reclamaciones. “Cada cliente quiere una solución a medida, que es lógico, por eso hemos reforzado el equipo de atención al cliente, para que intenten buscarle una solución personalizada”, añade Juan Carlos.

La idea del grupo es quedarse en unos meses solo con las empresas matrices: Watium y Nace Energía, las cuales también han recibido numerosas quejas por los mismos procedimientos que han relatado en este reportaje los afectados por másLUZ Energía. Al ser preguntado por este tema, Aguilar reconoce que “la cartera de gas estuvo mal gestionada, pero lo estamos solucionando, aunque es más sencillo en este caso porque no hay tantos afectados”.

En cuanto a que los usuarios de másLUZ Energía reciban cobros en el banco con el nombre de las múltiples compañías del grupo, nos asegura a EL ESPAÑOL que cuando se han dado cuenta de esta forma de operar, es cuando han puesto las demandas, “porque no es correcto que a un cliente le llegue un recibo de una compañía diferente cada mes”.

A pesar de que hemos informado a Juan Carlos de que el cambio de compañía a los que denuncian los afectados se realiza sin su consentimiento, nos ha trasladado su asombro por la reacción de los mismos: “Hay muchos call centers y no están bien regularizadas sus actividades, pero yo también me asombro de que la gente cambie tantísimo los contratos de luz o de gas por teléfono. Creo que todavía falta un poco de cultura a los clientes, nos falta que seamos más exigentes para cambiar de compañía”.