El alcalde de Orense, Gonzalo Pérez Jácome, con el bastón de mando de la ciudad.

El alcalde de Orense, Gonzalo Pérez Jácome, con el bastón de mando de la ciudad. EFE

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El alcalde de Orense, reloj en mano, saca los colores a los funcionarios: ni uno llegó a las 8 de la mañana

Gonzalo Pérez Jácome, uno de los políticos más extravagantes de España, sigue en su lucha contra la incompetencia en la Administración. 

15 abril, 2021 02:53

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Cualquiera que sepa algo de Gonzalo Pérez Jácome sabe que, como se suele decir, cuando habla sube el pan. No hay frase del alcalde de Ourense que no tenga su eco en internet o los medios de comunicación. Esa cualidad le hizo ascender en la endogámica política orensana y llegar a alcalde. Su discurso se basaba en la crítica a la administración y la burocracia. Y el último capítulo también versa sobre esto.

El alcalde se presentó este martes a las 8:10 en un edificio del Concello con el fin de comprobar quién de los trabajadores entraba a su hora, es decir, a las 8. Pues, sorpresa: ninguno. “ Lo normal es que entres a las 8. Pues a las 8:10 estaba el edificio a oscuras”, declaró el alcalde a Antena 3. “Fue algo dantesco. El primero llegó a las 8:25”.

Esto ha llevado al alcalde a querer instalar un sistema de control de entrada y salida en el edificio, porque lo considera “un auténtico cachondeo”. La medida recibe tantos aplausos como críticas. Jácome la defiende: “A la única persona que le puede molestar que se haga un control horario es al que incumple”. Esta es la última, pero no la única. Aquí un repaso del que probablemente sea el alcalde más extravagante de España (con permiso del de Vigo).

A diferencia de su predecesor, Gonzálo Pérez Jácome no procede de una saga familiar con larga tradición en la política, aunque sí que proviene de una familia pudiente. El hijo de José Luis Pérez y Rosa Jácome nació en 1969. Con solo ocho años su familia vivió una dura tragedia: perdió a su madre y su hermana en un accidente de tráfico.

El alcalde estudió en el Colegio Maristas Santa María y en el Instituto Las Lagunas de Ourense, pero fue expulsado de ambos centros. Siendo ya mayor de edad, se fue a Nueva York a estudiar sonido. Este no fue su único viaje a la ciudad de los rascacielos. En el año 2002 corrió la subida al Empire State Building, convirtiéndose en el primer español en completar la prueba.

Posteriormente, fue el promotor de la primera carrera de escaleras de edificios realizada en Europa, en el Gran Hotel Bali de Benidorm en 2003. Durante 10 años se encargó de organizar la subida al edificio. De vuelta a Ourense tomó las riendas del negocio familiar, la tienda de instrumentos musicales Jolper Música, fundada por sus padres siete años antes de que Jácome viniera al mundo.

En agosto de 2003 se lanzó a emprender y montó un canal de televisión local. Lo llamó Auria TV y fue allí donde empezó a ganar cierta notoriedad por su sátira política donde cargaba duramente contra el actual presidente de la diputación de Ourense, José Manuel Baltar. Posteriormente, pactaría la alcaldía con él, como veremos a continuación.

En el programa Magosto DO, de la citada cadena, empezó a verse su vena camorrista y su afilada lengua. Fue duramente criticado por mostrar a los tertulianos —el actual alcalde incluido— hablando notablemente borrachos y consumiendo bebidas alcohólicas, como se puede apreciar en este vídeo.

Su andadura en la política había comenzado incluso antes, en el año 2001 cuando formó el partido Democracia Ourensana (DO). Pero no sería hasta 10 años más tarde, en 2011, cuando la corporación recibió suficientes votos como para entrar en el pleno. Obtuvo 4.529 votos que le brindaron un sillón a él y a su compañera Susana Gómez Valencia.

Su poder se reforzó en las municipales de 2015 cuando obtuvo 14.746 votos en la toda la provincia, siendo 13.679 de la capital. Entró a formar parte de la Diputación Provincial de Ourense como diputado, junto a Armando Ojea, destacándose en la denuncia de irregularidades en la gestión de Baltar.

Ahí también se ganó sus primeros enemigos. Ese mismo año le lanzaron un huevo a la salida del Ayuntamiento. El lanzador fue un miembro de la banda de música municipal por haber considera Jácome que la banda era un gasto superfluo.

En eso se ha basado casi toda su carrera política, en criticar los desmanes de la administración, los cargos innecesarios, los gastos desmedidos y la excesiva burocracia. Esto le ha hecho ganarse el odio de gran parte de los trabajadores de la administración, pero la simpatía de muchos vecinos de Ourense.

A la vez, su actividad parlamentaria ha sido un reguero de perlas que ha ido dejando en cada intervención que hacía. Su manera de hablar es tan peculiar que un internauta creó una cuenta de Twitter llamada Jácome out of context (Jácome fuera de contexto). Muchos políticos y famosos tienen una similar, desde Nicolás Maduro a Miguel Ángel Revilla.

Pacto con el enemigo

Su llegada a la cumbre fue en las municipales de 2019, donde obtuvo siete concejales, siendo la tercera fuerza del pleno, después del PP y el PSOE. Sus votos eran determinantes para equilibrar la balanza en favor de unos u otros. Al final, pactó con el PP para que el PSOE no se hiciera con la alcaldía. Jácome sería alcalde con el apoyo de los populares, y Baltar, presidente de la Diputación con el apoyo de DO.

Quedaba fraguada la alianza más improbable, ya que Jácome le había dedicado a su rival calificaciones como “patético”, “loco” o “psicópata con corbata”. Debió pensar que valía la pena estracharle la mano al diablo con tal de que no gobernaran los rogelios. En su primer día como alcalde recibió una multa de aparcamiento. Él asegura que la Policía Local le tenía ganas.

Jácome se llevó una ingrata sorpresa a su llegada al poder. Descubrió que la administración que tanto había criticado estaba “mucho peor de lo que pensaba”, según contó en una entrevista en El Confidencial. “Es algo impresionante. Para contratar un jefe de personal llevamos cinco meses. Es algo enfermizo. Los que diseñaron este sistema eran burócratas enfermos. La administración española va a ser nuestra tumba”.

“Portugal nos va a acabar superando. Si no cambiamos la burocracia española, que es enfermiza, no podremos competir con nuestros vecinos europeos. Si la persona más poderosa del país [Pedro Sánchez], tarda un año y medio en mover un ataúd de un sitio público, en lugar de seis días, es que el sistema no funciona. No es culpa mía, es culpa del sistema, que es el peor del mundo. O lo cambiamos o España se muere”, dijo el alcalde.

Esa lucha por la ineficacia de la administración le ha llevado este martes a hacer una visita sorpresa a un edificio del Consello para comprobar si los empleados entraban a su hora. Pues no. Jácome no se da por vencido y pretende instalar controles de entrada y de salida, como si de una empresa privada se tratara.

Sin embargo, es posible que su aventura política no siga adelante en las próximas elecciones, ya que su pacto con el PP se rompió en agosto de 2020, cuando cinco concejales pertenecientes presentaron una denuncia en la que alertaban de supuestas irregularidades en la gestión económica del partido. Los rebeldes fueron expulsados de DO y el PP retiró su apoyo a Jácome.

El alcalde extravagante sigue gobernando, ya que ahora una moción de censura no le tumbaría y difícilmente PP y PSOE se podrían de acuerdo en eso. Los populares prefieren a Jácome que a los socialistas, como han ratificado en numerosas ocasiones.