Susana Lago, entre la fruta y junto a la báscula de la frutería Iglesias, en A Coruña.

Susana Lago, entre la fruta y junto a la báscula de la frutería Iglesias, en A Coruña. Quincemil

Ofrecido por:

Comercio

Los precios alteran el consumo de fruta en A Coruña: de comprar por peso a hacerlo por pieza

La subida de los costes en envases, fertilizantes, transportes y mano de obra explica el encarecimiento de frutas y verduras: "Antes subían y bajaban en una misma campaña, ahora tienden a subir y no bajar"

Te puede interesar: Comer ternera, un lujo en Galicia: menos ganado y más exportaciones explican la subida de precio

Publicada

La vida se encarece, cada mes y cada año un poco más. La vivienda y la cesta de la compra tienen en común la tendencia ascendente de su precio. Alquileres por las nubes y alimentos disparados. Entre estos, la carne, el pescado y también la fruta.

Los datos mensuales de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) reflejaban a finales de julio pasado que en un año las frutas y verduras habían aumentado su precio un 18%. ¿Cómo advierten este encarecimiento las fruterías de A Coruña?

"Ya no se compra por kilo o medio kilo, sino por pieza. Dame dos, dame tres". Así responde la empleada de una frutería de A Coruña con más de un siglo de antigüedad, Iglesias, en la calle San Nicolás. Una clienta, en ese momento, pide un aguacate, dos melocotones, una claudia y dos tomates. La dependienta le pregunta de qué clase, de qué tamaño.

"La gente no deja de comprar fruta o verdura. No hemos notado lo contrario, pero rebaja la cantidad, tiene miedo a que si compra demasiada se le estropee", explica Susana Lago en este establecimiento.

Otro frutero, Manuel, en Vitalfruta en la avenida de Hércules, constata la misma costumbre mientras una clienta compra una sola manzana que selecciona de una caja llena de esta fruta: "La gente joven no suele comprar fruta, los mayores sí, escogen ellos mismos por pieza".

Frutas en el escaparate de una frutería de A Coruña.

Frutas en el escaparate de una frutería de A Coruña. Quincemil

Un manojo suelto de espinacas a 2,40 euros, otro de grelos a 3,5. Una bolsa de pimientos de Padrón de 400 gramos, 8,5 euros. Un kilo de cebolla del país, 6,90. La cereza ha llegado a los 16 euros el kilo al inicio de la temporada. La fruta de hueso (melocotones, peladillos, paraguayos) se consume más en verano, cuando está más cara.

"La gente no deja de comprar fruta o verdura, pero compra menos, tiene miedo a que si hay demasiada se le estropee"

Susana Lago, empleada de la frutería Iglesias

Los precios varían según pasan los días o semanas, dice Lago, aunque esta dinámica ha cambiado: "Otros años estas frutas subían de precio y luego iban bajando en la misma campaña; este año suben y no bajan". "El intermediario marca el precio: si vende a diez euros, el frutero tiene que sacar beneficio", añade Manuel.

¿Por qué es más cara la fruta?

La OCU recoge que entre los productos básicos de la cesta de la compra los limones han subido de precio un 19%, la lechuga un 13%, la ensalada preparada un 10%, los tomates un 8%, las naranjas un 7%, las peras un 4,5%. Todo de un mes para otro.

"Envases, fertilizantes, mano de obra... Todo es aumento de costes. Si al productor y al intermediario le sale más caro, tienen que repercutirlo en el consumo final"

Javier Domínguez, gerente de Frutas Domínguez Oubiña

En el Mercado Central de Frutas y Verduras de A Coruña hay 25 puestos que ocupan una docena de “asentadores” o comuneros: estos compran el producto en origen y lo venden a las fruterías. Uno de ellos es Javier Domínguez, gerente de Domínguez Oubiña. "La explicación a la subida del precio es el aumento de costes", resume.

Envases, fertilizantes, transporte, costes de mano de obra, prevención de riesgos. "Todo esto sube. Si al productor y al intermediario le sale más caro, tienen que repercutirlo en el consumo final. Y hay que añadir que en el campo no hay relevo generacional, la recolección acusa la falta de personal", explica Domínguez.

Matiza que cada fruta o verdura "tiene su casuística", por eso unas cuestan más que otras o varían de precio según el momento. Ha pasado este año con el melón y la sandía: "Llegaron a un pico alto y llevan tiempo en el fondo de un valle bajísimo. No hay dos campañas iguales del mismo producto".

En la frutería Iglesias, Susana Lago aclara que el dueño, Germán Iglesias, "prefiere comprar menos cantidad pero de calidad máxima". "La clientela la exige, está acostumbrada a pagar un poco más".