Alba Balsa, Diego Lima, Ana Paz y José Carlos Rodríguez en la calle donde tienen sus negocios, Ángel Senra, en Os Mallos.

Alba Balsa, Diego Lima, Ana Paz y José Carlos Rodríguez en la calle donde tienen sus negocios, Ángel Senra, en Os Mallos. Quincemil

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La "familia" comercial de Ángel Senra que une Os Mallos en A Coruña: "Somos una zona de mezclas"

Comercio y hostelería conviven casi a la par en la principal calle peatonal del barrio, donde nuevos negocios, parte de ellos gestionados por vecinos de otras nacionalidades, se integran en una etapa de "transformación"

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Desde hace un cuarto de siglo Ángel Senra es una calle peatonal, uno de los canales comerciales que cruza Os Mallos en A Coruña. En sus menos de 400 metros de extensión conviven en realidad casi tantos comercios (17) como locales de hostelería o alimentación (14), "una gran batalla" pacífica entre servicios que contribuye a "vertebrar" socialmente "una zona de mezclas".

Alba Balsa, presidenta de la asociación de comerciantes Distrito Mallos desde hace dos años y medio, matiza que aunque sea Ángel Senra la vía con más tiendas, en las calles adyacentes resisten viejos negocios y aparecen otros nuevos, como ocurre en la más transitada ronda de Outeiro.

También en Ramón Cabanillas, prolongación hacia el norte del barrio cuya actividad comercial, añade Balsa, se ha beneficiado de una peatonalización íntegra que ha supuesto una etapa más de la bautizada por el Concello como ronda peatonal.

"De lo que se trata es de generar espacios de convivencia e integración. Aquí vivimos vecinos que llevan toda la vida en el barrio y vecinos nuevos o extranjeros que han llegado en los últimos años de otros países. Pero no somos tan diferentes", advierte Balsa, defensora de la conciliación y, al mismo tiempo, de "abrazar la transformación".

Ella es propietaria de Luces de Bohemia, negocio de regalos y complementos que en las últimas dos décadas ha ocupado dos ubicaciones en la zona. En Distrito Mallos, con unos 140 asociados, tomó el relevo del histórico José Salgado y apunta a que el colectivo impulse esa transformación, la adaptación a nuevos perfiles.

Diego Lima en su peluquería, Ehnois, en Ángel Senra, tras atender a un cliente.

Diego Lima en su peluquería, Ehnois, en Ángel Senra, tras atender a un cliente. Quincemil

"Los extranjeros han abierto hostelería con comida de sus países. También consumen en nuestros locales y nosotros vamos a los de ellos. Con ellos nos rejuvenecemos, porque hay empresarios que empiezan a invertir con 30 años o poco más", cuenta Balsa, que calcula que el 40% de los negocios de Ángel Senra son locales y el 60% lo gestionan personas de otras nacionalidades.

Veteranos y recién llegados "hacen barrio"

En una calle donde también hay otro tipo de servicios (un banco, una farmacia, una óptica, una inmobiliaria) y seis bajos sin ocupación (alguno desde hace mucho tiempo), la visión comercial va de la mano de un comportamiento familiar en sus comerciantes. Cuidar al cliente, crear fidelidad, hacer barrio.

Esa familiaridad se nota en las horas de la mañana y de la tarde en que las terrazas de hostelería están llenas, en las conversaciones cotidianas, en las visitas a la frutería o al peluquero.

Tras pasar por tres peluquerías en once años, Diego Lima Cabral abrió su propio salón en Ángel Senra, Ehnois. Lleva cuatro meses en Os Mallos, muy contento con la respuesta que el barrio le está dando: "Parece que llevo toda la vida aquí".

"Tengo conocidos de siempre en esta zona y me gusta abarcar diversidad de clientes, algunos ya los tenía de otras peluquerías donde estuve. Aquí me adapto a distintos servicios y peticiones. Yo vivo en el centro, pero veo que en Ángel Senra hay mucha gente de fuera de la ciudad y de otros países. El ambiente es más cercano, más familiar y generoso", opina Lima.

José Carlos Rodríguez, a la izquierda, y su socio, delante de trabajos fotográficos en J. Criss.

José Carlos Rodríguez, a la izquierda, y su socio, delante de trabajos fotográficos en J. Criss. Quincemil

Ana Paz García va para dos años vendiendo alimentación en la calle: pan, verduras, legumbres, fruta, salsas, bebida... "Hay que tener buen producto y mimar a la clientela, como si fuera tu familia. Es lo primero", dice rotunda. Por su tienda pasa "gente del barrio, de otros barrios y ayuntamientos cercanos y estos días también turistas".

Entre los veteranos está José Carlos Rodríguez Santos, dueño del negocio fotográfico J. Criss. Se instaló en Ángel Senra en 1987, abrió un plató dedicado a fotografía de moda y publicidad en otra zona de Os Mallos y regresó a la calle, donde el cambio que más ha advertido entre una etapa y otra es el aumento de la "familiaridad" vecinal.

"Esta es muy buena calle. La gente que viene de otros países es rentable porque necesita de los servicios que les ofrecemos los de aquí, como nosotros en J. Criss, tanto en plató como en tienda. Son nuevos vecinos que también aportan mucho a la calle, movilizan gente y hacen barrio. Es un cambio que se nota", resume Santos desde el corazón comercial de Os Mallos.