Videoanálisis de Alberto D. Prieto: "El botín de Sánchez o Feijóo: una economía de guerra"

ASUNTOS INTERNOS (DESDE BRUSELAS)

El botín de Sánchez o Feijóo: una economía de guerra

El tema no ha ocupado un minuto de campaña. Pero el próximo Gobierno español, sea cual sea, tendrá que afrontar decisiones difíciles y un recorte de 9.000 millones. 

25 mayo, 2023 03:03

Perdonen que no les vaya a dar la turra con cosas sobre la campaña electoral, por mucho que le queden pocos días para elegir papeleta en esta especie de primera vuelta de las generales de diciembre. Si les digo la verdad, no hay nada en estas últimas dos semanas que me haya hecho reflexionar apenas en el debate político de las municipales y autonómicas.

Será la distorsión europea de llevar casi un año en Bruselas. No porque aquí no haya miserias, sino porque las de allí, en España, parecen no sé si más ridículas o lamentables vistas desde lejos.

En lo que no puedo dejar de pensar es en lo que se nos viene encima, eso que el calendario y los avatares del destino mantienen oculto. Esta legislatura termina justo a la vez que la presidencia de turno europea que ejercerá el Gobierno de España, a empezar en apenas un mes. Y eso, teniendo en cuenta que lo más vistoso de Pedro Sánchez es su evaluación fuera de nuestras fronteras, parece diseñado por los guionistas de Moncloa.

Y en cuanto a los avatares... a nadie le han pasado más calamidades en su primer ciclo como presidente, pero tampoco ha pasado nunca que se le den tantas oportunidades excepcionales. Hay que reconocerle a Sánchez su capacidad para aprovecharlas todas, pero este miércoles la Comisión Europea ha puesto, finalmente, el sello de se acabó.

Vuelven las reglas fiscales; se cierra el grifo del gasto; y Bruselas exige ya mismo recortes por valor de 9.000 millones de euros en 2024. Porque nadie se cree nuestra disciplina fiscal y el comisario económico, Paolo Gentiloni, nos ha colocado en el último vagón, el de los países en “gran riesgo”.

Para empezar, la guerra no se va a acabar, salvo milagro, y es ahí donde se exigirán los esfuerzos económicos: en la visión a largo plazo de salvar nuestro modelo democrático, proveyendo de armas, munición, suministros y ayuda humanitaria a Ucrania.

Para seguir, somos el Estado miembro con peores cifras de paro, con mayor pérdida de poder adquisitivo desde la crisis financiera de 2008 y con mayor pérdida de competitividad. Un cóctel difícil de mezclar con la necesidad de reindustrializar Europa si, además, le añadimos que faltan trabajadores empleables con altas capacidades tecnológicas y los que hay se van fuera, ya que los sueldos españoles no pagan ni la entrada de la hipoteca ni el mes de fianza del alquiler.

Finalmente, lo peor es que el supuesto legado benéfico del presidente en el exterior se está empezando a quebrar: hay tres instituciones en la UE y dos de ellas ya le han dicho a Sánchez que quieren saber dónde se han invertido los fondos de recuperación, porque fuimos el primero en recibirlos, hemos cobrado más que ningún otro país, y nadie sabe sobre el dinero. De la otra institución, el Consejo, no esperen nada: está formada por los jefes de Estado y de Gobierno, y entre bomberos no se pisan la manguera.

Este martes pude hablar con la vicepresidenta Vera Jourova en Bruselas sobre todo esto, en el marco de la emergencia climática, la transición digital y la invasión criminal de Putin contra Ucrania... así la llamó. “Europa esta en economía de guerra”, me dijo. “No podemos tener dudas respecto a eso, y a eso tenemos que dedicar nuestros esfuerzos”.

Solo un ejemplo: ese recorte de 9.000 millones que la UE exige Bruselas para ya es equivalente a los que tenemos que poner de más si queremos cumplir de una vez con el compromiso del 2% del PIB en Defensa... Lo prometimos en 2014, fue mentira hasta 2022, y en la cumbre de la OTAN de Vilnius, en unas semanas, nos leerán la cartilla por nuestro nulo avance desde que Joe Biden le arrancó el compromiso a Sánchez, en la de Madrid de hace un año.

Hace meses ya dije aquí que el próximo Gobierno español, sea del color que sea, tendrá que afrontar decisiones muy difíciles. Y en un entorno menos relajado, añado ahora. 

Efectivamente, de todo esto hemos hablado poco durante la campaña.

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