Ramón Tamames, Yolanda Díaz, Alberto Garzón e Isabel Pantoja.

Ramón Tamames, Yolanda Díaz, Alberto Garzón e Isabel Pantoja. Guillermo Serrano Amat

EL BESTIARIO

Provocador Tamames, Yolanda 'Superstar' y Pantoja en el Baile

Ramón Tamames, Alberto Garzón, Yolanda Díaz e Isabel Pantoja; la autora comenta lo más destacado de la semana a través de sus protagonistas.

26 marzo, 2023 01:56

Ramón Tamames

Ramón Tamames.

Ramón Tamames. Guillermo Serrano Amat

Ahí lo tienen. El personaje de la semana. Es el provocador, el forastero, la piedra en el estanque, la visita inesperada, el catedrático que inspiró los tochos de Economía de varias generaciones de estudiantes, el vicealcalde de Madrid, el militante comunista que lo sabía todo y el político que trabajaba codo a codo con Tierno antes de que Santiago Carrillo le tomase la medida.

Tiene 89 años, pero los disimula bien gracias al poso intelectual de lo que fue y a la decadente viveza de espíritu que está de vuelta. Entre sus variadas experiencias está su paso por la cárcel de Carabanchel (1956), donde compartió literas con Enrique Mújica, Miguel Sánchez Mazas, José María Ruiz Gallardón y Javier Pradera, entre otros. Cuatro años más tarde, después de escribir Estructura Económica de España, Ramón se afilió al PCE con Jorge Semprún, que un día lo perdió en París, donde murió el 7 de junio de 2011. Salve a Federico Sánchez (Semprún), que en gloria esté.

Algunas de estas biografías se quedaron también a mitad de camino. No es el caso de Santiago Carrillo, ni el de Dolores Ibárruri o el de Julio Anguita. Tampoco el de muchos políticos concentrados estos días en el templo de la palabra. La mitad de ellos fueron atraídos por la moción de censura que presentaba Vox contra el presidente Sánchez. La otra mitad, en cambio, hizo acto de presencia llevada por un acto de vanidad in extremis. En su condición de primeros actores, por ahí pasaron el presidente del Gobierno, Santiago Abascal, Yolanda Díaz y, ya que era el aspirante a la Moncloa, también pasó Tamames. Todos ellos hablaron como cotorras durante más tiempo del que se necesita para decir lo que dijeron. Hubo de todo. Entre las intervenciones salpicadas, recuerdo la de Gabriel Rufián, que parecía un maestro de escuela furioso pero contenido. Se dirigió a Tamames para decirle: "Esta moción es una mala idea y usted lo sabe". Y remató: "Hoy hemos pasado mucha vergüenza ajena".

Alberto Garzón

Alberto Garzón.

Alberto Garzón. Guillermo Serrano Amat

A la ministra becaria de la ingeniería social pasada por el BOE no le va nada bien desde que su ley del sólo sí es sí acabó descafeinada en la contrarreforma de Sánchez (aún en tramitación). Sólo le faltaba una pillada de alumna desatenta en el gran debate parlamentario de la semana, del que me queda el recuerdo de dos anécdotas muy comentadas en los pasillos del Congreso. Pasto fresco para el entretenimiento de diputados y periodistas.

Voy con la primera. La que afectó al mismísimo banco azul, donde se sientan los ministros del Gobierno. La televisada secuencia, a la vista de la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, fue merecedora de un Oscar. La protagonizaron el ministro de Consumo, Alberto Garzón y la mencionada ministra de Igualdad. Ambos seguían la sesión parlamentaria a mandíbula batiente, como Ancelotti masticando chicle por la banda. ¿O eran palomitas? Pues, no. Eran nueces servidas por lo bajini desde una bolsa que ocultaba el ministro Garzón.

[La siesta furtiva de Tamames y la bronca del ujier a su mujer descalza en la 'moción de los tochos']

Sin embargo, el ruido volvió a ser mucho más que las nueces. Bien es sabido que sus señorías, si se tercia, echan una cabezada, juegan al Apalabrados, leen el Marca o votan con el dedo gordo del pie. Se suponía que eso no ocurre nunca en la tribuna de invitados, que son primerizos o no habituales. O sea, sin tiempo para encontrar la postura y adaptarse al asiento.

Y voy con la segunda de las anécdotas del debate de la semana. Esta vez la anécdota estuvo también en el gallinero, cuando un ujier se acercó a Carmen Prieto-Castro, la esposa del fallido candidato Tamames, para rogarle que se calzara, pues de tanto ir de acá para allá se le habían hinchado los pies y ella había decidido aparcar los zapatos sobre la solemne moqueta. Y algunos fotógrafos aprovecharon la ocasión para fotografiar a la dama con los pies en alto, sobre el respaldo de la fila de enfrente.

Yolanda Díaz

Yolanda Díaz.

Yolanda Díaz. Guillermo Serrano Amat

Sumar ya casi está aquí. En el debate sobre la moción de censura Yolanda fue telonera de sí misma, en vísperas del Domingo de Ramos elegido para ofrecerse como candidata a la Moncloa y celebrar la puesta de largo de su esperado proyecto político. Una precursora de aún no se sabe qué. Con todo el peso del futuro encima. A su alrededor, gentes dispares a la izquierda del PSOE agitarán ramas de olivo en señal de júbilo. Llega el Domingo de Ramos y el pueblo exclamará "Bienvenida a la España de las mujeres". ¡Hosanna! Como en la entrada triunfal del Mesías en Jerusalén. Así se presenta la anunciada llegada de Yolanda Díaz a bordo de un burrito llamado Sumar.

No todos ni todas (parezco Sánchez yendo de la gramática inclusiva a la exclusiva) la van a recibir con el mismo entusiasmo. En Podemos ya la ven como una traidora a los designios de quién la ungió para liderar la reagrupación de todos los grupos situados a la izquierda del PSOE. O sea, Pablo Iglesias. Es lo que tiene ir de Pascuas a Ramos con la excusa del "proceso de escucha" que parece haber llegado a su fin. A la mínima te toman por una flamenca del tres al cuatro. Es el riesgo que corre la nueva estrella de la política nacional, la que un bebía los vientos por el desaparecido mesías bolivariano y ahora ha descubierto la transversalidad.

El socialista Patxi López, ligeramente revirado, mira a la ministra rubia y, en vez de valorar sus posibilidades de desbancar a Sánchez por la izquierda, se limita a ver su extraordinario parecido con una vicepresidenta segunda ¿Se refiere a Nadia Calviño? Hay una diferencia: Yolanda se mensajea con el jefe de la patronal, Antonio Garamendi, mientras que Calviño le tiene declarada la guerra al presidente de la CEOE.

Isabel Pantoja

Isabel Pantoja.

Isabel Pantoja. Guillermo Serrano Amat

Desde que regresó de su gira americana no ha dado tanto que hablar. Primero Miami, luego Puerto Rico, Argentina, Nueva York. Nunca la hemos visto cargar tantas maletas. Lo más estrafalario de todo fue la espantosa colección de trajes que lució en los escenarios del mundo para pasmo del público latinoamericano, que ya está harto de las batas de cola.

Seguramente fue una cuestión de hartazgo lo que llevó a la tonadillera a renovar su vestuario para ir al Principado de Mónaco y participar ayer en el Baile de la Rosa, una de las sorpresas más agradables de su vida.

Un millonario alemán invitó a Pantoja al evento y se lo pagó todo. Miento: todo menos el vuelo y el hotel, que corrieron a cargo de ¡Hola!. El alemán de Alemania pagó los gastos de la cena benéfica (850 euros por persona), pero no pudo asegurarle que la princesa Carolina seria su compañera de mesa, a pesar de reconocerse como vidas paralelas, empezando por los 66 años de su común edad. Viudas paralelas, por mejor decir.

[La millonaria cifra que Isabel Pantoja negocia para realizar una serie documental sobre su vida]

Como todos los años ala llegar la primavera, el Baile de la Rosa se celebró en el Sporting Club de Montecarlo, con lo más granado de la sociedad local, empezando por Alberto II, la princesa Carolina, Carlota Grimaldi, un par de princesas de la estirpe Hannover, a la que perteneció Carolina cuando se casó con Ernesto, que un señor aficionado a los caldos de la tierra y a mear en las tapias.

Nada se sabe, sin embargo, de la princesa Estefanía que a la que no ha vuelto a verse desde que se hartó de novios y maridos. Ahora es una bellísima persona, vive modestamente y recauda fondos para la fundación de la princesa Grace.

A estas horas del domingo no existe constancia de que la princesa Carolina haya sido presentada a la reina de Cantora. Solo consta una sospecha. O mejor, una pregunta: ¿De quién era el poderoso bolsillo que abonó el modelo Chanel lucido por Pantoja?

Tarde o temprano se sabrá. 

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