La guardia de honor arría la bandera taiwanesa en Taipéi, Taiwán.

La guardia de honor arría la bandera taiwanesa en Taipéi, Taiwán. Reuters

LA TRIBUNA

España genera una polémica diplomática entre la UE, China y Taiwán

La política exterior española respecto a China y Taiwán no coincide con la de la UE, y eso ha generado algunos conflictos diplomáticos entre la UE y ambos países. El último tuvo lugar hace apenas dos semanas.

30 julio, 2022 03:12

El pasado 11 de julio, el Círculo Ecuestre de Barcelona organizó un coloquio con el recién nombrado embajador de la Unión Europea en China, Jorge Toledo Albiñana, antiguo embajador de España en Japón. Albiñana asumirá su nuevo puesto en septiembre. Durante la charla, al ser preguntado por Taiwán, el diplomático afirmó que "[España, la UE, Estados Unidos] creen, defienden y proclaman que la eventual unificación fáctica, ya que ambos [China y Taiwán] son un país, ha de realizarse por medios pacíficos".

Soldados taiwaneses de maniobras.

Soldados taiwaneses de maniobras. Reuters

Estas controvertidas declaraciones fueron recogidas por la prensa española y posteriormente traducidas por medios extranjeros al inglés, lo que propició que la noticia se internacionalizase. 

La naturaleza polémica de las aseveraciones del nuevo embajador radica en que, si bien la mayoría de la comunidad internacional reconoce al régimen de Pekín como el único y legítimo gobierno de la República Popular China (y, por lo tanto, no mantiene relaciones oficiales con Taipéi), no todos los países reconocen que Taiwán sea parte de ella. Y esta es la llamada política de una China tanto de Estados Unidos como de la UE como bloque.

Esta política de Washington y de Bruselas se opone a cualquier cambio unilateral del statu quo en el estrecho de Taiwán y defiende la resolución pacífica del conflicto.

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Por tanto, al declarar Albiñana el apoyo a una "eventual unificación" con el argumento de que "son un país", el diplomático español estaba, ya sea por error, ignorancia o de forma premeditada, presentando la posición del Gobierno de España como si fuera la de la UE.

Conviene recordar que Madrid no tiene política de una China propia, sino que en la declaración conjunta firmada en 1973 asimiló el principio de una China que marca Pekín y en virtud de cual Taiwán les pertenece.

España es la democracia occidental que más estrictamente ejecuta ese principio. Así, es el único país europeo en haber extraditado a China (además, en masa) a aproximadamente 300 nacionales taiwaneses. Decisión aprobada por el Consejo de Ministros en 2017, un año antes de la visita de Estado de Xi Jinping a Madrid en el 45º aniversario de las relaciones entre ambos países. 

Las declaraciones del señor Toledo fueron acogidas con estupor por el Gobierno de Taiwán, cuya portavoz del Ministerio de Exteriores enfatizó que el país no está subordinado a la República Popular China; que la soberanía nacional no puede ser menoscabada, violada o anexionada; que esa soberanía pertenece a los taiwaneses; y que sólo los taiwaneses pueden decidir sobre el futuro de su país.

La portavoz recordó que Taiwán nunca ha formado parte de la República Popular China, por lo que sólo el Gobierno democráticamente elegido por los taiwaneses tiene el derecho a representar el país en la arena internacional. También subrayó que Taiwán tiene una marcada posición internacional geoestratégica, jugando un papel indispensable en la cadena de suministros global y conteniendo en primera línea la expansión del autoritarismo hacia el resto del Pacífico.

"Nicola Beer ha afirmado que los países europeos tienen que aprender de la lección de Hong Kong y no ser tan naif en el caso de Taiwán"

La publicación de la entrevista coincidió con la visita a Taipéi de la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Nicola Beer. Una visita que se encuadra dentro del creciente apoyo que la Eurocámara le está mostrando al país isleño.

Mientras que la relación no oficial entre la UE y Taiwán se ha intensificado tras la pandemia, y especialmente tras la invasión de Ucrania, el trato entre Bruselas y Pekín lleva tiempo deteriorándose hasta el punto de que el responsable de la acción exterior europea, Josep Borrell, tildó la última cumbre (virtual) sinoeuropea de "diálogo de sordos".

Durante su estancia, Beer dijo que el propósito de su visita era servir de forma de disuasión ante las crecientes tensiones en el Estrecho, que podrían tener un grave impacto en Europa. También afirmó que los países europeos tienen que aprender de la lección de Hong Kong y no ser tan naif en el caso de Taiwán.

Respecto a las declaraciones de Toledo, la representante europea afirmó que no sólo no reflejan la posición del Parlamento Europeo, sino tampoco la de la UE.

Una calle vacía de Taipéi durante los simulacros que preparan a la población para un ataque chino.

Una calle vacía de Taipéi durante los simulacros que preparan a la población para un ataque chino. Reuters

Preguntado por medios internacionales, Peter Stano, portavoz de Borrell en su cargo como Alto Representante, aseguró que la UE sigue comprometida con su política de una China, y que dentro de esa política hay cabida para continuar las relaciones de amistad con Taiwán y estrechar los lazos de cooperación.

Stano afirmó también que el bloque europeo tiene interés en mantener la paz y el statu quo en el Estrecho, así como el sistema democrático de gobierno de Taiwán, por lo que Bruselas promueve la resolución pacífica de la situación. El portavoz recordó asimismo que Toledo aún no ha asumido su cargo, y que compete al actual embajador, el francés Nicolas Chapuis, explicar la posición y las políticas de la UE.

"En 2010, Hillary R. Clinton movilizó a la diplomacia estadounidense en Europa para desactivar el plan español para China"

No es la primera vez que un diplomático español destinado en China protagoniza una polémica diplomática.

En 2010, el enviado de Madrid a Pekín, en una entrevista con un medio estatal chino, anunció que, durante el turno de ese año de España para presidir la UE, se iba a proponer el levantamiento del embargo de armas contra el régimen chino, embargo impuesto en 1989 como consecuencia de los hechos de Tiananmen, y el reconocimiento de la economía china como "de mercado".

Esta propuesta unilateral y sin consulta previa no sólo sorprendió en Bruselas, sino también en Washington, donde la entonces secretaria de Estado Hillary R. Clinton movilizó a la diplomacia estadounidense en Europa para desactivar el plan español.

En 2012, otro embajador que repetía en el cargo por segunda vez impidió a dos autores de habla española presentar en el Instituto Cervantes de Pekín un libro sobre los efectos de la diáspora china en varios países del mundo. Según los autores, el diplomático les comunicó que la presentación del libro podría "enfadar" al Gobierno chino, por lo que prefirió ejercer "obediencia preventiva" vetando el evento.

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En 2013, según medios españoles, Moncloa encargó a este mismo embajador un proyecto para poner en contacto a think tanks españoles con sus homólogos chinos.

Se trataba de una propuesta a lanzar durante el 40º aniversario de la relación entre ambos países y enfocada a que España se abriese camino en el mercado del gigante asiático usando a esos think tanks como lobbies. En el borrador de este proyecto, el diplomático habría aconsejado evitar abordar temas "sensibles" para Pekín, como el de Tiananmen, el del Tíbet o el de Taiwán. 

El próximo año no sólo es el turno de Madrid de ostentar desde julio a diciembre la presidencia rotatoria de la UE, sino que en 2023 se celebrará el 50º aniversario del establecimiento de relaciones entre el Reino de España y la República Popular China. Celebración en la que ambos países ya están trabajando, como denota la última conversación entre el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, y su homólogo chino, de acuerdo con la versión oficial de Pekín, ya que el Gobierno español no suele hacer pública su transcripción de las conversaciones.

Dentro de las celebraciones, existe ya una invitación de la Biblioteca Nacional de China para que su homóloga española se una a la red de bibliotecas de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

También, según expresó una fuente del Ministerio de Exteriores a EL ESPAÑOL, Madrid trabajará para profundizar en su agenda con China durante la presidencia española del Consejo de la UE.

Habrá que esperar a ver si España también sorprende en esta ocasión a sus socios europeos con otra propuesta unilateral. Comprometiéndose con Pekín, por ejemplo, a intentar que el Parlamento Europeo ratifique el actualmente suspendido acuerdo de inversiones entre ambos bloques comerciales. 

*** Shiany Pérez Cheng es analista geopolítica, investigadora asociada al think tank británico Resilient Futures y docente de la Universidad de Salamanca.

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