Un bombero trabaja en la extinción de un incendio.

Un bombero trabaja en la extinción de un incendio. Ep

Columnas CONVOCATORIA EXTRAORDINARIA

¿Cuántos bomberos se pagarían con la deuda condonada de Cataluña?

Hay una España que sólo existe en verano, cuando se quema, pero que se ignora en invierno, cuando se muere.

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No es momento para cortinas de humo. La ministra de Hacienda ha anunciado que por fin tendremos unos Presupuestos Generales después de años de prórrogas alegales.

María Jesús Montero promete una partida especial para combatir incendios. Pero la verdad es que no habrá ni Presupuestos, ni bomberos, y sí más financiación para los nacionalistas.

Sus palabras me encuentran escribiendo bajo una capa plomiza de humo, como la bruma del mar que difumina la luz de las farolas, pero estoy en Castilla y León, aquí no hay mar, y lo que nos llega son los coletazos de una tragedia.

Sabemos, como las mujeres de los marineros, que esta luz mortecina y la calma tensa que nos invade son los efectos de la misma ola que habrá arrebatado la vida a los nuestros unos pocos kilómetros más allá. No recibimos un golpe igual de fuerte, pero la ola es la misma.

Nos llegan los ecos de las palabras de la ministra como nos llega el humo a las zonas ribereñas de la tragedia. Pero esta cortina de humo esta vez no nos distrae del problema.

Nos conecta a ella y nos hace sentir que no sólo están de vuelta las mascarillas, sino la angustia de no poder hacer nada solos, y sentirnos olvidados por un Gobierno que se escuda en competencias, pactos y contingencias.

Ahora resulta que es necesaria una partida para incendios, cuando en enero el Ejecutivo ya reconoció que habría que recortar el presupuesto para los equipos aéreos.

Oriol Junqueras.

Oriol Junqueras. Europa Press

Los castellanos, y me imagino que los extremeños, asturianos y gallegos también, sentimos que sólo existimos en verano. Cuando nos quemamos. Los nacionalistas existen el resto del tiempo, cuando se hacen las leyes y se elaboran las singularidades fiscales, los repartos de los presupuestos, y el diseño de los itinerarios ferroviarios.

Las leyes se hacen en invierno.

Por eso hay una España que se quema en verano, y se pudre el resto del año.

La contradicción de las declaraciones de Montero, bajo esta bruma que proviene de un mar de fuego, se hace insoportable después de las declaraciones de uno de sus socios, Oriol Junqueras, que no ha tardado en volver a mostrar su indiferencia a la solidaridad nacional y al drama que vive España en la zona más occidental.

El líder de ERC ha advertido a sus socios que no habrá Presupuestos si no hay un cambio en el modelo de financiación. Así que, por lo pronto, es evidente que este curso tampoco tendremos Presupuestos.

Pero, además, también lo es que España vive en una contradicción que nos sale muy cara a muchos.

La realidad es que el curso pasado no había dinero para aviones ni para incendios, ni para trenes, ni para bomberos en Castilla, pero sí lo había para Cataluña y para pactar con ERC la condonación de 17.000 millones de deuda catalana.

Y la realidad es también que la promesa de unos Presupuestos para este curso es, en verdad, una amenaza. Si hay Presupuestos, habrá financiación singular y cambio de modelo de Estado.

Y esto no hará que haya bomberos en León ni policía en el Guadalquivir.

Anunciar que se van a aprobar los Presupuestos cuando se necesita el apoyo de quienes no entienden una palabra de solidaridad territorial, en mitad de una catástrofe nacional que afecta a las zonas más desatendidas de España, después de haber dicho que la competencia en incendios es exclusiva de cada comunidad, es una muestra de falta de honestidad.

Es, por tanto, una ofensa a una gran parte de los españoles que entienden que el desamparo del Gobierno es un grito de "sálvese quien pueda".

Hay una España que sólo existe en verano, cuando se quema, pero que se ignora en invierno, cuando se muere.