¿Buscan a la Inquisición moderna? Broadway a la derecha y todo recto hasta la gala de entrega de los premios Tony. Lo mejorcito del mundo del espectáculo, preparado para empatizar con e interpretar todo tipo de personajes e ideas, tiene miedo de ofender a…

Llegados a este punto, ya no se sabe ni a quién. 

La autodeterminación de género, los sentimientos identitarios, el movimiento queer, la doctrina de lo políticamente correcto. Sea lo que sea, el espíritu transgresor del arte ha sido sacrificado en la hoguera de la cultura woke

La historia es esta. Los actores elegidos para interpretar una adaptación teatral de La vida de Brian advirtieron a John Cleese, miembro original de los Monty Python, que la escena de Loreta podría resultar ofensiva. Que sería mejor retirarla del guion. 

"Los hombres tienen derecho a tener hijos si quieren", dice el personaje que pide ser llamado Loreta. "Pero tú no puedes parir", le responde su amigo. "No me oprimas", contesta Loreta.

¿Es esto comedia o profecía? Para esos actores de Broadway, es un arma arrojadiza de la que un público adulto que elige libremente acudir a un espectáculo en el centro de Nueva York debe ser protegido. No vaya a ser. 

Luego nos llevamos las manos a la cabeza con los padres que quieren saber de qué hablan a sus hijos en los colegios. 

En medio de esta locura, John Cleese ha acudido al rescate. El actor ha dejado pasar un tiempo prudencial desde que se conoció la noticia (toda publicidad es buena publicidad) para luego asegurar en Twitter que la escena, por supuesto, no sería eliminada. 

¿Excelente promoción de su nueva adaptación o mártir de la causa de la creatividad? Cleese sale ganando con cualquiera de las dos opciones

Aquí lo importante es que los grandes defensores de la libertad de expresión (para llamar "ladrón" a Juan Carlos I o procesionar un clítoris por las calles) estaban callados. 

Probablemente, los Monty Python habrán sido el ídolo de más de uno de ellos. Póster de La vida de Brian en la pared, Twitter en mano para escribir con activismo feroz que esa película no se podría haber grabado ahora con la de 'ofendiditos' que hay por los sentimientos religiosos. Larga vida a John Cleese.

Pero ha llegado el siglo XXI y la película parece una crónica documental de la izquierda en cualquier momento en todas partes, y no una sátira que probaba los límites de aquello de poner la otra mejilla que preconiza la Iglesia. Los Monty Python se ríen de lo woke desde antes de que exista lo woke.

No se puede obviar que son los propios actores los que han tirado la primera piedra: "Nos encanta el guion, pero hoy en día no se pueden hacer esas cosas". Eso han dicho. Han lapidado al creador antes de que lo haga el público.

Y es que ahora lo transgresor es estar deconstruido y señalar al disidente. Ahora la gente que dice que ha matado a Dios ha colocado en su lugar un becerro de oro en forma de moral laica más puritana que la de cualquier religión y sin su misericordia

Recuerda todo esto a aquella polémica en Operación Triunfo, cuando se quiso cambiar una letra de Mecano para que no se pronunciara la palabra 'mariconez'. Creo que es de mejor gusto no tenerla incorporada en el vocabulario, pero resultó agotador que se hiciera una guerra cultural al grupo que había cantado sobre el amor gay cuando nadie lo hacía.

José María Cano se negó al cambio. Y 'mariconez' se cantó en la televisión pública.

Mientras dure el régimen woke, quizá solo personajes como John Cleese o los Cano podrán contar con el privilegio de pasar del rollo woke y seguir con su trayectoria profesional inmaculada. Sin embargo, es inevitable pensar en todas las censuras que sufrimos y de las que no llegamos a enterarnos.

Yo, por mi parte, estoy totalmente a favor de un mundo en el que el arte esté al servicio de los valores trascendentales del ser humano. Pagaré con gusto todo lo que hable de la verdad, la bondad y la belleza. Pero que no me impongan lo que significan esas cosas, por favor

Mientras tanto, no a todos nos gustarán todas las obras. Muchas podrán ser tildadas sin temor a equivocarse de mal gusto, provocadoras, ofensivas, irreverentes, desafortunadas. Mala suerte. El arte, gracias a Dios, no le debe nada a nuestras filias y fobias.