Ferrer Molina Silvia P. Cabeza

Vicente del Bosque (Salamanca, 1950) vive en el mismo barrio, en el mismo piso y con los mismos vecinos que hace 30 años. Pasea por sus calles igual que siempre y no le molesta que la gente le pare a cada paso: "Prefiero que mi hijo Álvaro esté metido en la sociedad y relacionándose con la gente a estar aislado en un chalé".

El fútbol le ha dado todo y le ha dejado una cadera maltrecha que le hace andar últimamente con molestias. Las partidas de pádel tendrán que esperar. De todas formas estos días toca sillón-ball ante la pantalla gigante para ver el Campeonato del Mundo, alucinado todavía por el caso Lopetegui

Del Bosque usa con naturalidad el plural para hablar de sus logros, quitándose importancia: Hemos esto, hemos lo otro, hemos tal, hemos cual. A él, que lo conocen en los cinco continentes, le hace ilusión que al polideportivo más cercano a su casa el Ayuntamiento le pusiera su nombre.

Entrevista a Vicente del Bosque Silvia P. Cabeza

¿No está usted harto de la etiqueta de bonachón?

No, y tampoco voy a hacer un ejercicio para demostrar lo contrario.

Lo digo porque ser buena persona tiene mala prensa. Es sinónimo de ingenuo.

Yo creo que si hay algo malo es la maldad, y la ingenuidad en el fondo no es mala. No estoy descontento. He sido una persona que ha estado toda la vida alrededor del fútbol, que me he criado en el mundo del deporte y no busco ser perfecto, aunque hay que intentar tener la mejor conducta. Tampoco hay tantas diferencias de unos a otros. Somos todos parecidos.

Discúlpeme el atrevimiento, ¿es usted creyente?

Pues no muy creyente, no. Respeto todas las opciones, pero no muy creyente.

La Reina Sofía le entregó el jueves el Premio Fundación Mapfre a Toda una Vida Profesional por su compromiso social. ¿Podría decirme en cuántas causas sociales anda involucrado?

Ha sido un honor para mí recibir ese premio. La Fundación Mapfre es muy activa en la obra social. La dotación la vamos a emplear en dos asociaciones de chavales con discapacidad -una en Salamanca y otra en Madrid- y también en una escuela de fútbol en Dakar, en Senegal, que me apetecía mucho, para ayudar a que se pueda escolarizar a niños.

¿Lo ve? Es muy modesto. Usted ayuda para que se avance en el estudio de enfermedades raras, colabora con muchos hospitales, con fundaciones dedicadas a ayudar a los niños, a personas con síndrome de Down...

Es cierto que en este tiempo he tenido un mínimo compromiso social. Cuando me solicitan alguna cosa es imposible que diga que no, porque estamos obligados a cumplir con las personas más vulnerables y los sectores de la sociedad que más lo necesitan...

¿Hubiera tenido esa misma sensibilidad si no hubiera tenido un hijo con síndrome de Down?

Pues seguramente no. Pero creo que en este tiempo, que ya soy un ex de casi todo, la parte de la generosidad, de la conciencia social, me llena. Y está cada vez más extendida en el deporte y también en el mundo empresarial, con avances en responsabilidad social y corporativa francamente positivos.

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. Silvia P. Cabeza

Usted tiene que ser consciente de que hubiera tenido mejores críticas como entrenador si hubiera sido... digamos que un poco borde, como Mourinho, incluso como el bueno de Luis Aragonés.

No, yo estoy contento con lo que hemos hecho. Hemos sido gente muy afortunada por haber estado 36 años en un club y haber estado ocho años de mi vida como entrenador de la Selección española... Creo que es un recorrido fantástico.

Es una trayectoria envidiable y creo que el reconocimiento de la gente lo tiene. Me refería al juicio de una parte del periodismo.

Bueno, yo creo que ha habido de todo. No me han tratado mal, ha habido algunas cosas que, en fin, podría haber tenido un poco de queja, pero en líneas generales no me puedo quejar.

Mire el caso de Zidane. Su talante, sus buenas formas... Hay mucha gente que no se lo toma en serio como técnico.

Zizou ha tenido una representación de lo que es el Real Madrid muy correcta, muy educada, y yo creo que eso siempre va a tener un juicio bueno. 

Estamos hablando en el fondo de valores, y a veces los valores se utilizan como arma arrojadiza. Lo hacen los clubes de fútbol. ¿Usted cree que los clubes pueden encarnar valores o sólo las personas?

Bueno, yo llegué al Madrid siendo un crío, un chaval de 17 años. Nos educaron para ser futbolistas, pero también para la vida. Creo que en mi casa tuve una buena educación en principios, y luego fueron las personas de un club de fútbol, en mi caso el Real Madrid, las que nos ayudaron a ser buenos chavales.

Lo decía por el uso propagandístico con el que se utiliza el asunto de los valores. Mi club representa estos valores universales y el de enfrente sólo es el del palco en el que se cierran negocios.

Cierto, cierto. E incluso algún jugador ha hecho declaraciones en este sentido. Yo siempre digo que los clubs y los vestuarios de los grandes clubs son todos poco más o menos. La mayoría de los comportamientos son iguales.

¿Cree que los vestuarios eran más fáciles de manejar antes que ahora? Hoy, chicos de 20 años son estrellas mundiales.    

Puede ser que el proceso de formación de un chico fuera antes un poco más lento. El fútbol ha crecido como empresa, como industria... pero en lo que es la esencia, la naturaleza de un vestuario, tampoco ha cambiado tanto. Porque al fin y al cabo son relaciones personales. La singularidad del fútbol de que sólo pueden jugar 11, y 13 se quedan sin jugar... eso siempre ha sucedido y sucederá. Y la misión del entrenador es encajar las cosas para funcionar como un equipo.

¿Cuándo ha sido más feliz, como jugador o como entrenador?

Como jugador, sin ninguna duda. Sin ninguna duda. Ser entrenador es ya un sucedáneo de lo que es ser un jugador, y normalmente somos entrenadores porque somos conscientes de que la carrera del futbolista es muy corta, y en mi caso porque tuvimos entrenadores que nos indujeron a serlo, y porque también era un medio de ganarse la vida. 

Y eso que usted ha tenido sus mayores éxitos como técnico.

Como jugador tuve una época en el Real Madrid un poco gris, entre los que ganaron la Copa de Europa del 66, los Yeyés, y la Quinta del Buitre. Cuando llegaron ellos me di cuenta de que era ya el final de mi carrera. Y bueno, mantuvimos el tono competitivo de lo que eran la Liga y la Copa. Es cierto: seguramente he sido de los entrenadores de más corto recorrido, pero con la enorme fortuna de llevar al Madrid en una buena época y de estar con la Selección española en un momento de una inercia positiva. 

Dígame un futbolista al que haya admirado cuando estaba en activo, al que le hubiera pedido la camiseta.

Cualquiera de aquellos jugadores que jugaban en el Madrid cuando era chaval, pero sobre todo había tres jugadores de medio campo en los que que confluían las características de un jugador completo: Manolo Velázquez, Ramón Moreno Grosso y José Martínez, Pirri, que eran el centro del campo habitual en esa época.

Dijo en una ocasión que le hubiera gustado parecerse a Busquets. ¿Por qué?

Pues por el estilo y la responsabilidad con la que juega, siempre pensando en los demás más que en él mismo. Pero podría trasladarlo a Fernando Redondo en una época, o a Makelele, o a Xabi Alonso... Son jugadores que han encarnado lo que es la generosidad en el campo, pendientes de los laterales, de los centrales, y siempre en una posición en el terreno de juego que es crucial.

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. Silvia P. Cabeza

De forma recurrente se denuncia la existencia de campañas por parte de medios de comunicación contra el Madrid. A uno, como en mi caso, que es del Valencia, le toca contar hasta diez al oír eso. ¿Usted cree que existen esas campañas?

No. La mayoría de los medios están a favor del Real Madrid porque el Madrid vende mucho, y la historia y el presente pesan mucho, es inevitable. Y luego, seguramente, hay también gente en contra... Pero la prensa no debería estar de entrada a favor o en contra, debería tratar de ser objetiva.

Es inevitable que le pregunte por el caso Julen Lopetegui. ¿Cómo es posible que dos días antes de empezar a jugar un Mundial el seleccionador español anuncie su fichaje por un club español?

Creo que es un tema complejo, y soy el menos indicado para opinar, ¿verdad? Ellos ya han dado las explicaciones oportunas y creo que eso es lo mejor. No puedo decir mucho más. No sería adecuado por mi parte.

¿Usted lo habría hecho?

Pues no lo sé. No sé. Si lo digo, tomo parte. Y no debo.

Cuando usted jugaba en la Selección entonces era el nacionalismo vasco el más notorio, y saltó la polémica con Arconada de si tapaba la bandera española de las medias. De un tiempo a esta parte es el nacionalismo catalán el que más preocupa, y usted ha vivido el 'caso Piqué'. ¿Notaba más tensiones nacionalistas en la Selección cuando era jugador o cuando ha sido seleccionador?

Pues ni entonces ni ahora. Yo coincidí con jugadores vascos y catalanes y nunca percibí que su presencia fuera nociva para la Selección española. Y lo mismo ahora con los Gerard [Piqué], Sergio Busquets, Xavi Hernández... En la Selección nunca hemos elegido a los jugadores mirando dónde han nacido ni qué camiseta vestían...

Yo creo que nadie le reprocha eso, todo lo contrario. Lo que sucede es que se miran con lupa determinados gestos precisamente como consecuencia de las manifestaciones de algunos jugadores. Si dices públicamente que respetas los silbidos al himno de España, como hizo Piqué, es fácil que haya quien se moleste y luego te pite a ti. 

Yo creo que él lo ha tomado con toda naturalidad. No creo que se haya sentido dolido ni casi perjudicado. No digo que se haya sentido a gusto, pero lo ha llevado bien. Y siempre ha mostrado compromiso con la Selección.

Puede parecer un asunto sólo de políticos, pero en el fondo, con la cuestión nacionalista creo que nos estamos jugando la igualdad entre españoles. Y eso afecta a derechos. ¿Cree que tienen las mismas oportunidades de tratamiento de enfermedades raras -por poner un caso al que usted dedica su atención- un paciente de San Sebastián y otro de Salamanca?

Bueno, creo que tenemos un buen nivel sanitario en relación a otros países y una buena Sanidad publica. Sé que en Salamanca hay grandes médicos, un excelente hospital... Yo no he sentido esas diferencias, pero podría ser. Soy absolutamente profano en esto.

En la Selección usted trató de conducir los conflictos derivados de la cuestión nacionalista con mano izquierda, pidiendo respeto, pero visto desde fuera, uno diría también que casi con resignación. ¿Cree que estamos ante un problema irresoluble, un asunto que, como dijo Ortega, sólo podemos aspirar a conllevar?

Bueno, hombre, yo creo que habrá fórmulas intermedias para convivir, para que nosotros nos sintamos bien con los catalanes y los catalanes se sientan bien con el resto de España. El tema del fútbol es un tema menor, seguramente, pero tiene cierto calado, y me cuesta creer que los clubes catalanes no vayan a jugar en la Liga y que la Liga española no tenga a los clubs catalanes.

¿Pero no cree que tendemos a confundir "los catalanes" con los catalanes nacionalistas? Hay muchos catalanes que no son nacionalistas.

Claro, claro, es cierto, y eso está suficientemente comprobado. Al final es un movimiento casi casi de la derecha catalana... Pero yo lo que digo es que el fútbol puede tratar de unir más que de separar, y en eso, todos los que hemos tenido alguna responsabilidad hemos intentado acercarnos a todo el mundo y hemos tratado de  unir.  

¿Cree que veremos jugar un día a Cataluña contra España?

Pues yo espero que no.

En el libro 'Futbolistas de izquierdas', donde usted ocupa un capítulo destacado, se recogen unas manifestaciones suyas en las que se mostraba partidario del derecho a decidir de Cataluña. ¿Sigue pensando así?

Dije, en efecto, que deberían tener la oportunidad de votar, y alguien me reconvino, alguien importante de este país. Me dijo que no estaban bien esas declaraciones y no las he vuelto a hacer. Me dijo que, hombre, cuando hay un tema de esta importancia, son todos los españoles los que tienen que votar. Y me convenció.  

¿Quién le reconvino?

Una persona. Una persona importante.

¿Le preocupa que últimamente en España se hable tanto de ADN? Se haba hasta de "baches" en el ADN.

Creo que estamos en un país que tenemos que presumir de él, con una sociedad que va avanzando. No tenemos nada que envidiar en muchas cosas, y el deporte, que es donde más me muevo, ha sido un ejemplo de ese progreso: estamos en el mejor de los niveles.

El otro día paseaba por Las Tablas, aquí en Madrid, y vi un colegio, creo que público, el Josep Tarradellas. A mí me gusta que se reconozca a la gente que ha hecho cosas, con naturalidad.

Usted vivió la época de Franco, la Transición, la llegada de la Democracia. ¿Cree que tenemos una Democracia de calidad?

Si hay una cosa que me sabe mal es que a esta sociedad ya no se la puede tachar de franquista. Ya ha pasado eso. Son ya muchos años. Creo que tendríamos que ganar en tolerancia y escuchar más a los demás, y entender las razones de los demás, porque muchas veces creemos que nuestras opiniones son las únicas... Pero en líneas generales creo que estamos en un buen país. 

Hay quien para denunciar falta de libertades en España nos compara con Turquía. Usted ha vivido en Turquía. ¿Qué país le parece más justo?

Yo le tengo mucho cariño a Turquía. Nos trataron estupendamente y es un gran país. Pero, hombre, en cuestión de libertades, creo que estamos por encima...

En muy poco tiempo ha abdicado Juan Carlos, ETA se ha disuelto, hay un expresidente de la Generalitat huido de la Justicia, han condenado a la cárcel a un miembro de la Familia del Rey, acaba de prosperar la primera moción de censura de la Democracia, un ministro tiene que dimitir a los seis días de su nombramiento, despiden al seleccionador nacional horas antes de inaugurarse el Mundial... ¿Diría usted que estamos en un cambio de ciclo? ¿Qué nos está pasando?

No. Alguno de los casos que cita son consecuencia de los nuevos tiempos, y tampoco hay que alarmarse. Si, por ejemplo, hay una moción de censura y prospera, pues es algo que está dentro de la Constitución. Y el relevo de los ministros se ha producido con cierta naturalidad y elegancia...

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. Silvia P. Cabeza

A Rafa Nadal le han críticado por decir que hubiera preferido que se diera a los españoles la oportunidad de votar antes de llegar a un pacto como el que consiguió Pedro Sánchez para desbancar a Rajoy. ¿Cree que las estrellas del deporte deben significarse políticamente?

Creo que debemos de entender que se posicionen. No pasa nada. No se le debe coger manía o más afecto a alguien porque no coincida lo que él piensa con tus ideas. En este caso estamos hablando de una persona que es un ejemplo como deportista, y hay que tomar con naturalidad que pueda opinar. No es nada grave, ¿no? 

La Federación inglesa ha multado a Guardiola por lucir el lazo amarillo en los terrenos de juego. ¿Quién se equivoca, la Federación o Guardiola?

Bueno, es un asunto muy personal, y si lo ha hecho Guardiola así, será porque lo ha creído conveniente. Yo creo que tampoco hace mucho daño.

A usted Pedro Sánchez le tentó para entrar en el Gobierno. ¿Por qué le dijo que no?

No me tentó, eso no es cierto. Tuve una conversación larga...

Pero se lo sugirió de alguna manera.

Bueno, me preguntó que si me gustaba la política, y le dije que sí, pero no para ejercer. No tengo ni vocación de político ni formación para lo que me podía proponer. Pero no entró en ningún detalle.

¿Usted vota?

Siempre.

¿Qué piensa de Rajoy, ahora que ha dejado de ser presidente?

A mí no me cae mal. Me ha caído bien, sinceramente. Ha hecho su trabajo, y más allá del partido que votes se puede reconocer.

Cuando dice "más allá del partido que votes", es porque usted no vota al PP.

No, no, no, eso no tengo por qué decirlo en público. Lo que digo es que a mí no me cae mal.

Por el hecho de ser usted marqués, o al menos por el trato que ha tenido con la Familia Real ¿le duele particularmente que entre en la cárcel un exduque como Urdangarin?

Me duele siempre que alguien entra en prisión y me da un poco de pena, pero también hay que entender que la Justicia es para todos igual.

¿Cree que con un presidente de la República nos iría mejor que con un rey?

Pues no lo sé. Desde luego yo sólo tengo elogios para la Familia Real. Han sido buenos para nuestro país en muchas ocasiones, y no lo digo porque me hayan nombrado marqués, porque al fin y al cabo eso era focalizar en la figura del seleccionador el éxito de la Selección Española. Siempre han estado atentos a nuestro deporte.

¿Le gustó el discurso de Felipe VI tras el 1-O enfrentándose al golpe separatista?

Dijo lo que tenía que decir en ese momento. Había que ver cuál era el contexto en Cataluña, el contexto en el conjunto de España... Hay que ser comprensivos.

¿Le preocupa la corrupción?

No me gustaría tenerla cerca, desde luego.

¿Es producto de una crisis moral? Está por todos lados, también en el deporte: la FIFA, la UEFA, el Comité Olímpico Internacional, los partidos amañados, las apuestas...

No pienso que haya un atraso moral en la gente, y además quiero creerlo así. Conozco a muchísimas personas, y gente joven, que están dedicadas al voluntariado, que se preocupan por la sociedad. Y claro que hay quien hace mal las cosas y no es un ejemplo para nadie, pero no creo que haya una involución en ese sentido.

Y luego hay otro asunto. Nosotros hemos tenido un caso que es la acusación que le hacen al presidente de la Federación, Ángel Villar, que le han echado, que lo han condenado antes de juzgarlo. Yo creo que es una persona buena, una persona que no ha hecho nada malo. Creo. Y si ha hecho algo malo que lo juzguen, pero casi lo han echado de la sociedad, y no pienso que haya hecho nada que pueda considerarse grave. 

¿En quién confía más, en los jueces o en los árbitros?

Los dos tienen una papeleta muy difícil, y sobre todo los árbitros, porque tienen que juzgar instantáneamente. Los jueces tienen tiempo para la reflexión.

El puerto de Valencia recibe a 600 inmigrantes que Europa no sabe qué hacer con ellos. Entre abrir las fronteras de par en par y dejar que miles de personas mueran cada año en el Mediterráneo ¿qué deberíamos hacer?

Yo creo que en este caso, de momento, acogerlos. Eso ha sido una buena medida.

Sufrimos una dictadura que los futbolistas conocen bien y que se ha multiplicado con las redes sociales: la de lo políticamente correcto. ¿Vamos camino de crear una sociedad de hipócritas, dónde todos queremos salir bien en la foto?

No sé si tanto. Yo creo que quien está en el escaparate público tiene que intentar trasladar las mejores prácticas.

¿Se avergüenza de que le gusten los toros?

No, no me avergüenza. Además soy de una provincia que tiene mucha tradición taurina y donde mucha gente vive del toro. No siento miedo de decir que me gusta la fiesta. No soy de ir a la plaza, pero lo considero un arte. Sé apreciar un buen natural, cuando el torero lleva al toro... y respeto al que se pone delante.  

Como verá, no le he preguntado por Florentino.

Bueno.

¿A quién de los dos le harán antes un homenaje en el Madrid? 

No lo sé, no tengo opinión sobre eso.

¿Y sus relaciones con el presidente?

Sólo puedo decir que yo tengo mi currículum, del que presumo, que han sido 36 años en el club. Y no tengo mucha más valoración del presidente.

Cuál es el peor insulto que ha oído en un campo de fútbol?

Cuando dicen "subnormal" es una cosa que me duele mucho. Creo que no lo hacen como agravio contra nadie, pero pienso que deberíamos ser más exigentes con determinados comportamientos.

¿Mantiene su interés por ver fútbol?

Sí, pero sin pensar en el próximo partido.

Ya está jubilado.

Digamos que no volveré.

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. Silvia P. Cabeza