Los madrileños no volverán a dormir tranquilos. Un día después de haber tenido en vilo a miles de conductores por falta de información sobre las restricciones en la circulación, todo lo que se le ocurre a la alcaldesa de Madrid es decir que, a partir de ahora, intentará comunicar ese tipo de incidencias a las ¡22.00 horas!, y eso tras confusas explicaciones en las que ha comparado la contaminación con la fiebre de los bebés.

Es inconcebible que una gran capital europea anuncie la prohibición de usar el vehículo particular a esas alturas de la noche. Si los medidores de contaminación registran los verdaderos valores a última hora, seguro que con los datos de todo el día pueden hacerse proyecciones para comunicar las medidas a los ciudadanos por la tarde y con tiempo suficiente para buscar alternativas.

Por otra parte, ¿pretende hacernos creer la alcaldesa que a las 22.00 horas tendrá capacidad para movilizar a los trabajadores para ampliar los servicios de transporte público? Es impresentable que un plan contra la contaminación -del que pocos cuestionan su necesidad- se presente, en la era de la comunicación, como incompatible con mantener correctamente informados a los ciudadanos.