Desde que el pasado 19 de julio fue designada tercera autoridad del Estado, por debajo del presidente en funciones y del rey, Ana Pastor no ha tomado ni una sola decisión que no favoreciera de forma clara la estrategia de Rajoy. La última prueba de la subordinación de la presidenta del Congreso a los intereses del PP se ha producido este jueves con motivo de la convocatoria del orden del día de la sesión de investidura y con la ubicación de los distintos grupos en la Cámara.

Ana Pastor anunció esta semana su intención de que la réplica de los grupos a Rajoy comenzase la tarde del día 30, justo después de que el candidato presentara su programa del Gobierno para solicitar la confianza de la Cámara. Sin embargo, a la hora de la verdad, Pastor ha cambiado de criterio y ha pasado al miércoles la respuesta al presidente en funciones, que el martes monopolizará la atención mediática.

Una mandada

La exministra ni siquiera se ha molestado en tratar de justificar mínimamente a qué obedece este cambio de criterio, con el que vuelve a dejar claro que ella es, principalmente, una mandada del presidente. Preguntada al respecto, se limitó a decir que había valorado las distintas alternativas y había tomado una decisión. El modo en el que Pastor se pliega a los intereses del presidente resulta especialmente descarado en este asunto porque el PP fue muy duro con Patxi López cuando aprobó el mismo formato en la investidura fallida de Pedro Sánchez.

Entonces el portavoz popular, Rafael Hernando, acusó al predecesor de Ana Pastor de haber dado a Sánchez la oportunidad de hacer un "monólogo", decisión que tildó de "cacicada". Ahora, sin embargo, nadie critica el criterio -se entiende que en diferido- de la presidenta del Congreso.

La Cámara

Otra muestra de que Pastor utiliza sus poderes discrecionales pensando en los intereses del PP es el modo en que ha quedado configurada la Cámara. Ciudadanos tendrá cinco escaños en primera fila mientras que Podemos sólo tendrá tres pese a haber conseguido el doble de votos y de escaños: es evidente que con este reparto de curules el grupo mayoritario hace guiños a sus socios potenciales.

Lo peor de todo es que llueve sobre mojado porque Ana pastor ya se señaló cuando retrasó la convocatoria de la sesión de investidura, pese a la incertidumbre generada por el propio Rajoy, con el único fin de atrasar el calendario a conveniencia de la estrategia torticera de su jefe, que para lograr la abstención del PSOE coacciona a todo el país con la posibilidad de tener que votar en Navidad. Cada día que pasa resulta más evidente que si algo provechoso puede haber en que tener que repetir las elecciones es que el final de la legislatura en curso conllevaría también la extinción del mandato de Ana Pastor como presidenta del Congreso.