Un convoy israelí maniobra cerca de la frontera entre Israel y Gaza.

Un convoy israelí maniobra cerca de la frontera entre Israel y Gaza. Amir Cohen Reuters

Oriente Próximo

Israel intenta rodear con sus tanques el hospital Nasser en Gaza: "La situación es catastrófica"

La Cruz Roja denuncia una situación crítica y pide parar los bombardeos para que sus profesionales puedan seguir desempeñando sus funciones. 

26 enero, 2024 02:06

Después de que esta semana las IDF afirmaran tener rodeada la ciudad de Jan Yunís, al sur de Gaza, las tropas israelíes continuaron este jueves su avance en distintas direcciones hacia el hospital Nasser, donde presuntamente se habrían cobijado las fuerzas de Hamás. Los informes confusos que llegan desde la zona hablan de tiroteos y enfrentamientos constantes en las inmediaciones del complejo sanitario, con los tanques hebreos a unos 600 metros, tal vez menos, del objetivo.

El hospital Nasser ha sido desde el principio un avispero que Israel ha querido evitar, de ahí que su toma se haya dejado para el final, algo parecido a lo que sucedió con el hospital Al-Shifa en Gaza City. Desde la entrada de las tropas en Jan Yunís, se ha dado por hecho que tanto Yahya Sinwar como su hermano Muhammad, conocedores al dedillo de la ciudad y su infraestructura de túneles y refugios, están escondidos en las inmediaciones del Nasser. Junto a ellos, como escudos humanos, podrían estar varios de los rehenes que aún quedan en manos de los terroristas.

De ahí que la zona esté siendo defendida con uñas y dientes por los miembros de Hamás y de la Yihad Islámica y de ahí que los bombardeos sean intensos sobre el complejo, lo que, de nuevo, provoca el dilema de siempre: ¿se puede considerar como “acto de guerra” el ataque a una infraestructura civil, sanitaria para más señas, o se trata de un exceso injustificado? En estos casos, la defensa de Israel siempre es la misma: Hamás utiliza para su provecho militar todas las construcciones civiles, de ahí que, por extensión, se conviertan inmediatamente en un objetivo militar.

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“Impacto devastador”

Aunque poca gente cuestiona que, efectivamente, Hamás controla (como ha controlado durante quince años) todo lo que pasa en Gaza y utiliza en su provecho tanto la ayuda humanitaria como las escuelas, universidades, mezquitas y hospitales… no está claro que esa sea razón suficiente para arrasar con un espacio en el que viven dos millones de habitantes, la mayoría de los cuales ha tenido que huir de sus hogares en el norte para ahora encontrarse con la misma indefensión en el sur.

Sobre esta vulnerabilidad de los civiles ha puesto el foco este martes la Cruz Roja, como lo hiciera el martes la Media Luna Roja Palestina. Según William Schomberg, jefe de la delegación en Gaza, “el impacto sobre el sistema sanitario es devastador”, algo de lo que se lleva avisando prácticamente desde el inicio del conflicto. Schomberg solicita medidas concretas para detener los bombardeos y que sus profesionales puedan seguir cumpliendo sus tareas e insiste en la necesidad de mantener al margen de la contienda tanto el Nasser como los hospitales Al Amal y el Hospital Europeo de Gaza, todos ellos en el sur de la Franja.

Por su parte, el ministerio de sanidad controlado por Hamás, informó a la CNN del cierre completo de dos alas del hospital Nasser y estimó el funcionamiento del complejo en un 10% de su capacidad. “No hay anestésicos ni analgésicos en los quirófanos, la situación es catastrófica”, afirmó en un comunicado el portavoz del ministerio, el doctor Ashraf Al-Qidra. Parece claro que solo se podrá alcanzar algo parecido a la normalidad una vez Israel entre en el hospital y tome control del mismo, expulsando a los miembros de Hamás que puedan estar haciendo uso de sus instalaciones.

Parece haber aquí un perverso doble juego que ninguno de los dos bandos se decide a evitar: Hamás no deja de utilizar las instalaciones sanitarias en su beneficio y probablemente exagere las carencias de medicamentos, cuya entrada y reparto en la Franja ellos mismos gestionan. Eso sirve de excusa a su vez a Israel para actuar con toda la contundencia que considera necesaria para cumplir sus objetivos militares, sin que ninguna de las dos partes piense en los miles de civiles que necesitan esa atención sanitaria. Simplemente, no existen.

¿Ha escapado Sinwar de nuevo?

En cuanto a la posibilidad de que la toma del hospital Nasser incluya la captura de los hermanos Sinwar y los correspondientes rehenes, no parece haber motivos para contar con ello. Ha pasado demasiado tiempo como para pensar que los máximos líderes de Hamás en la Franja, los encargados de dirigir los ataques del 7 de octubre y los que de hecho han organizado la compleja red subterránea de refugios y pasadizos no estén ahora mismo en cualquier otro lado.

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Israel está cerca de completar la ocupación de Gaza, pero no parece haber servido de mucho. No ha encontrado a los Sinwar y no ha encontrado a los rehenes después de tres meses. Los rumores de que la actividad militar de Hamás puede haber empezado de nuevo en el norte tras la retirada de unidades israelíes hace pensar que dichos líderes y dichos rehenes pueden haber vuelto a Gaza City, donde en un principio estuvieron hasta la entrada de los tanques israelíes en la Franja.

La solución para algunos miembros del gobierno de Netanyahu sería ocupar Gaza durante años, pero no está nada claro que eso vaya a dar resultado. Además, tanto sus socios —Estados Unidos y la Unión Europea— como sus vecinos árabes han dejado bien claro que esa situación sería insostenible. Ahora bien, también dejaron claro que Israel no podía crear una zona de seguridad en la frontera con Gaza y según informan este jueves The Washington Post y The Wall Street Journal, hay evidencias de que ya está en ello: un kilómetro de tierra de nadie para evitar nuevos atentados.

Este tipo de decisiones unilaterales alejan la posibilidad de un acuerdo diplomático. Desde el alto el fuego de la última semana de noviembre, no ha vuelto a haber por ninguna de las dos partes la más mínima disposición a parar el horror. Ni Hamás, pese a sus miles de bajas, acepta echarse a un lado, como exige Israel; ni Israel acepta el inicio de negociaciones de cara a un futuro estado palestino precisamente por miedo a que dicho estado acabe controlado por Hamás.

En medio, como siempre, el secretario de estado norteamericano, Antony Blinken, quien repetía este jueves: “Hemos sido muy claros en nuestro rechazo al desplazamiento forzoso de personas, igual que lo hemos sido en la defensa de la integridad territorial de Gaza”… sin que nadie parezca tomarle en serio.