Un soldado israelí observa los agujeros de bala de un cristal tras la masacre de Hamás en el kibutz de Beeri.

Un soldado israelí observa los agujeros de bala de un cristal tras la masacre de Hamás en el kibutz de Beeri. Reuters

Oriente Próximo

Israel intenta no repetir en Gaza los errores de 2014: "Nadie cruzará sin que se haya despejado el camino"

"Siempre que empieza una operación en Gaza, el reloj de arena se gira y hay muy poco tiempo para terminar con los objetivos", explica a EL ESPAÑOL un comandante de campo de la unidad de inteligencia del Ejército de Israel.

16 octubre, 2023 02:44
Jerusalén

En el corazón de la frontera, en un silencio cargado de expectación, Israel mantiene al mundo en vilo. Dos días han pasado desde que las primeras sombras de la incursión se alzaron sobre la Franja de Gaza.

Esta pausa, aparentemente inmóvil, es en realidad un proceso minuciosamente orquestado que busca evitar los errores del pasado y concitar una legitimación internacional que se cierra como una sombra para Israel. La nación se encuentra en el filo de una decisión crítica, una estrategia de calma tensa que se debate en cada movimiento y en cada segundo que pasa.

La danza de la preparación

El Estado hebreo inició la operación de incursión hace ya unos días, convocando a sus Fuerzas desde los todos los rincones del país, dando inicio a una movilización militar sin precedentes.

Desde la construcción de bases militares en zonas desérticas, pasando por la movilización de las fuerzas de combate, hasta la instrucción de los comandantes del aire, cada movimiento se ejecuta con precisión quirúrgica: "Es necesario repasar los planes con los comandantes del aire para confirmar la misión de cada brigada, y bombear mediante tierra o aire para preparar el terreno de cara a la incursión" afirma Roi, un comandante de campo de la unidad de inteligencia del Ejército de Israel.

Cada detalle se ejecuta con una precisión impecable, que no deja margen para la improvisación. "Ningún soldado cruzará las fronteras de Gaza sin que todos los efectivos hayan despejado el camino con la artillería necesaria" explica. Esto conlleva la aniquilación de toda amenaza en las cercanías de cada paso: túneles, bases operativas y torres de control de Hamás se encuentran en la mira del ejército.

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Todas estas preparaciones son el primer paso, y "lo estamos haciendo a gran velocidad si entendemos que Israel ha sido sorprendida. Tardamos unos días en tomar el control del sur de la Franja de nuevo, y sólo después se ha podido comenzar a preparar el plan de acción de ataque", explica a EL ESPAÑOL.

El lamento de la incursión en Gaza de 2014 resuena como un doloroso eco del pasado. La falta de preparación de entonces a la hora de llevar a cabo la penetración terrestre pasó factura y dejó un reguero de bajas que aún perdura en la memoria de los israelíes. Lo cierto es que el subsuelo de la Franja está conformado por un enjambre de túneles que en 2014 arrebató soldados y dejó cuerpos caídos que demostraron que aquella fue una estrategia malograda. Sesenta y seis militares muertos y 469 soldados heridos. Un saldo que se pudo haber evitado con una preparación más concienzuda.

Tanques israelíes patrullan en las inmediaciones de la Franja de Gaza.

Tanques israelíes patrullan en las inmediaciones de la Franja de Gaza. Reuters

En las filas del ejército israelí, cada soldado carga consigo el peso del dolor y la pérdida de algún conocido, fruto del golpe recibido durante la última semana. Sin embargo, a pesar de esta pesada sombra, la preparación meticulosa para la inminente incursión emerge como un faro de claridad. Cada paso calculado, cada estrategia delineada, insuflan un nuevo soplo de vida a la moral de las tropas.

Legitimación internacional

Por otra parte, es la comunidad internacional quien debe presionar con fuerza cuando la línea que separa la guerra de la tragedia civil se desdibuja, algo que saben desde el Ejército de Israel: "Es muy importante para nosotros permitir que la gente de Gaza se traslade hacia el sur de la Franja, y en el mejor de los casos evacuarlos, para minimizar el número de víctimas civiles", comenta Roi. "Claro que hay implicaciones morales, pero es muy importante no cortar la guerra antes de cumplir con el objetivo".

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La contienda se proyecta como una empresa prolongada, se habla de semanas, tal vez de meses. Erradicar a Hamás de su bastión no será una tarea sencilla. Lo que quiere decir que Israel necesita tiempo: "Siempre que empieza una operación en Gaza, el reloj de arena se gira y hay muy poco tiempo para terminar con los objetivos. Una vez que mueren civiles, la comunidad internacional presiona mucho para terminar" dice. La presión exterior se cierra sobre la operación como una espada de doble filo que exige un delicado equilibrio entre la ejecución de los objetivos y la preservación de vidas.

Israel se encuentra en el umbral de un conflicto que promete extenderse, una danza coreografiada que se mueve entre los compases de la prudencia y la determinación. El reloj de arena no deja margen para la vacilación, y la sombra de la historia es testigo silencioso de cada paso adelante en esta tensa espera.