El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, el pasado domingo en un acto en Londres.

El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, el pasado domingo en un acto en Londres. Reuters

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¿Hay un plan para derrocar a Starmer? El hundimiento de los laboristas alimenta un complot contra el primer ministro

Downing Street activa el "modo búnker" ante informaciones que apuntan a un plan del ministro Wes Streeting para derribar al primer ministro británico.

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Downing Street está en "modo búnker total" y ha puesto en marcha una operación para proteger a Keir Starmer de un posible complot para derrocarlo como primer ministro británico.

La creciente presión en las filas laboristas por la caída de popularidad de su partido ha puesto en peligro su posición y ya son varios los miembros del entorno de Starmer que le han advertido de que otros compañeros de filas intenten desafiar su liderazgo en las próximas semanas.

La fecha clave será el próximo 26 de noviembre, día en el que está previsto que el Gobierno presente los Presupuestos, en los que se prevé haya una subida generalizada, e histórica, de impuestos.

Wes Streeting

Sobre la mesa ya hay un nombre que podría disputar el liderazgo de Starmer: Wes Streeting, actual ministro de Salud de Reino Unido.

The Guardian ha sido el primer medio británico en señalar a Streeting. Poco después, se sumaba la BBC.

El ministro, diputado de Ilford North, ha negado tajantemente que esté detrás de este complot.

Pese a ello, los principales asesores políticos del primer ministro ya han advertido de que cualquier intento de derrocar al primer ministro sería peligroso ya que podría desestabilizar los mercados, las relaciones internacionales y al Partido Laborista.

Wes Streeting este miércoles ante los medios.

Wes Streeting este miércoles ante los medios. Reuters

Fuentes de Downing Street ya han dejado claro que Keir Starmer hará todo lo necesario para conservar el liderazgo, ya sea inmediatamente después de la presentación del Presupuesto o tras una eventual derrota en las elecciones locales que se celebrarán en el Reino Unido el próximo mayo.

Altos cargos revelan a The Guardian que Streeting cuenta con, al menos, 50 miembros del gabinete dispuestos a dimitir si el presupuesto resulta un fracaso -al no ser bien recibido por los mercados- y el primer ministro no renuncia.

Según las normas del Partido Laborista, se necesitaría el 20% de sus diputados para presentar a un rival de Starmer, lo que equivaldría a 81 parlamentarios de la Cámara de los Comunes.

Las últimas encuestas sobre intención de voto sitúan al partido populista de derechas Reform UK por delante de los laboristas de Starmer.

Además, el último sondeo de la firma YouGov indica que el 73% de los consultados -1.752 adultos- considera que Starmer no es buen primer ministro frente a un 17% que cree que hace bien el trabajo, mientras que el resto no contestó.

"Tonterías contraproducentes"

En Reino Unido hoy todas las cadenas abren sus informativos y sus programas políticos con esta información. Wes Streeting ya ha concedido este miércoles varias entrevistas negando las informaciones que le señalan como urdidor de un plan para derrocar a Starmer.

En unas declaraciones a la BBC, Streeting las ha calificado de "tonterías contraproducentes" y ha negado que tenga un plan para sustituir al primer ministro.

De hecho, ha instado a Starmer a destituir a aquellos que están filtrando estas sospechas a los medios de comunicación y ha lanzado una grave acusación: "Hay personas cercanas al primer ministro que no siguen su modelo ni su estilo de liderazgo".

Eso sí, sin dar nombres y apellidos. Aunque la BBC también da otros nombres como posibles candidatos en la carrera por el liderazgo: la ministra del Interior, Shabana Mahmood, el ministro de Energía, Ed Miliband, y diputados rasos como la exministra de Transportes, Louise Haig.

El propio Starmer ya se ha hecho eco de todo lo ocurrido y ha calificado de "completamente inaceptables" estas informaciones y ha destacado el "gran trabajo" que Streeting está haciendo en materia sanitaria.

Por el momento, Downing Street sigue siendo un búnker mientras el Gobierno británico sigue perfilando el Presupuesto del Estado que dará a conocer el Gobierno a finales de mes y que, previsiblemente, incumplirá la gran promesa de Starmer de no subir impuestos.

En la actualidad, la deuda neta acumulada del Reino Unido alcanzó el pasado septiembre un 95,3% del PIB del país, un nivel no alcanzado desde los pasados años 70 y que pone en serio peligro la continuidad de Starmer.