El primer ministro portugués, Luís Montenegro, el pasado 20 de octubre en un acto en Eslovenia.

El primer ministro portugués, Luís Montenegro, el pasado 20 de octubre en un acto en Eslovenia. Reuters

Europa

Portugal asume los postulados de la extrema derecha y restringe el acceso a la nacionalidad a los extranjeros

Luís Montenegro acepta las exigencias de los ultras de Chega y convierte a Portugal en uno de los países más restrictivos para lograr la nacionalidad.

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Las claves

El Parlamento de Portugal ha aprobado una reforma en la Ley de Nacionalidad que endurece los requisitos para obtener la ciudadanía, alineándose con postulados de la extrema derecha.

Los cambios incluyen la necesidad de residir legalmente en Portugal durante al menos 7 años para ciudadanos de países de lengua portuguesa o la UE, y 10 años para otros, además de demostrar conocimientos culturales y medios de subsistencia.

La reforma elimina la concesión automática de ciudadanía a hijos de migrantes nacidos en Portugal, que ahora deben declarar su deseo de ser portugueses, y afecta también a otros grupos como las parejas mixtas y los judíos sefarditas.

El Gobierno de Luís Montenegro asume los postulados del partido ultraderechista Chega y Portugal se convierte en uno de los países de Europa más restrictivos para lograr la nacionalidad.

El Parlamento de Portugal aprobó ayer a última hora cambios en la Ley de Nacionalidad para dificultar la obtención del pasaporte luso, que incluyen nuevos (y más duros) requisitos para lograr la ciudadanía, además de dejar de otorgarla automáticamente a los hijos de migrantes nacidos en el país.

El borrador de esta nueva ley estipula que los inmigrantes que quieran tener pasaporte luso deberán residir legalmente en Portugal por lo menos siete años si el interesado es de otros países de lengua oficial portuguesa o de la Unión Europea, mientras que aumenta a 10 años si son de terceros Estados, frente a los cinco años actuales para todos.

Además se les exigirá conocer la lengua, la cultura, la historia y los símbolos nacionales de Portugal, algo que hasta ahora no se hacía. También la obligatoriedad de tener medios de subsistencia propios y no depender de subsidios.

También pone fin a la obtención automática de la ciudadanía para los hijos de migrantes nacidos en suelo luso, que deberán declarar expresamente que quieren ser portugueses. Además, uno de los padres tiene que tener residencia legal en Portugal desde hace cinco años.

El borrador acaba, además, con el régimen especial para conceder la nacionalidad a los judíos sefarditas.

Además, el Parlamento portugués ha aprobado una propuesta de ley para introducir una enmienda en el Código Penal que contempla la pérdida de la nacionalidad como pena accesoria por delitos graves.

Con la aprobación de estos cambios en la Ley de Nacionalidad, esta es la segunda vez que el Gobierno de centroderecha y la extrema derecha impulsan endurecimientos migratorios en el país tras los cambios ya introducidos en la Ley de Extranjeros, que, entre otros, dificulta la reunificación familiar.

Ahora el texto pasa al despacho del presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, que puede sancionarlo como ley, vetarlo o enviarlo al Tribunal Constitucional para que emita una opinión.

Claves de la Ley de Nacionalidad

Los inmigrantes adultos que quieran tener la ciudadanía lusa deberán residir legalmente en Portugal por lo menos siete años si es de un país de lengua portuguesa o de la UE, mientras que aumenta a 10 años si son de terceros Estados, frente a los cinco años actuales para todos.

También se introduce la nueva exigencia de presentar un certificado que acredite conocimiento de la lengua, la cultura, la historia y los símbolos nacionales de Portugal, lo que hasta ahora no existía, ya que simplemente bastaba con tener un conocimiento suficiente del idioma sin que se pidiese ningún documento para demostrarlo.

La propuesta señala además que quienes pidan la nacionalidad deben tener "capacidad" para garantizar su subsistencia, lo que no se indicaba antes.

Con este cambio, no podrán lograr la nacionalidad portuguesa las personas sancionadas por la ONU o por la UE.

En el caso de los hijos de migrantes nacidos en suelo luso, con estos cambios tendrán que declarar expresamente que quieren ser portugueses y por lo menos uno de los padres debe tener residencia legal en el país desde hace cinco años. Hasta ahora, obtenían el pasaporte luso de forma automática siempre que uno de los progenitores residiera legalmente en Portugal.

Las parejas mixtas -portugués con extranjero- también se verán afectadas: la persona que venga de fuera podrá acceder a la nacionalidad siempre y cuando lleve conviviendo con su cónyuge desde hace tres años, lo que ha ocurrido hasta ahora, y si un tribunal emite una decisión judicial al respecto, lo que supone una alteración ya que hasta ahora bastaba con un "reconocimiento de una corte civil".

Además, de ser sancionado el borrador como ley, los hijos extranjeros adoptados por portugueses, que con la legislación vigente obtenían la nacionalidad de manera automática, tendrán que solicitarla expresamente.

Medidas de la extrema derecha

Este endurecimiento de los requisitos para lograr la nacionalidad portuguesa se produce después de que entrara en vigor la semana pasada la reforma de la Ley de Extranjeros, que fue aprobada en el Parlamento con el apoyo de la ultraderecha Chega después de varios vaivenes, ya que el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, decidió enviarla al Tribunal Constitucional, que detectó algunos puntos que podían contradecir la carta magna.

En consecuencia, el Gobierno se vio obligado a introducir algunas alteraciones para cumplir con la Constitución y para que fuera finalmente promulgada por el presidente.

La reforma de la Ley de Extranjeros introduce restricciones a la reagrupación familiar de los migrantes en general y limitaciones en la obtención de la residencia para los extranjeros de países de lengua portuguesa, entre otros

La reforma de la Ley de Extranjeros introduce restricciones a la reagrupación familiar de los migrantes en general y limitaciones en la obtención de la residencia para los extranjeros de países de lengua portuguesa, entre otros.