Donald Trump y Ursula von der Leyen, durante su breve encuentro bilateral durante el G7 de junio en Canadá

Donald Trump y Ursula von der Leyen, durante su breve encuentro bilateral durante el G7 de junio en Canadá Comisión Europea

Europa

La UE se resigna a la tarifa plana de Trump del 15% para que sigan las relaciones comerciales y la armonía en la OTAN

Bruselas se prepara para imponer rápidamente recargos del 30% a productos de EEUU por valor de 93.000 millones si no hay trato para el 1 de agosto.

Más información: ¿Más cesiones o represalias? La UE se divide sobre qué respuesta dar al arancel general del 30% de Trump

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La Unión Europea apuesta por un acuerdo con EEUU para dejar un arancel general del 15%, con algunas excepciones, a modo de 'tarifa plana' que no haga saltar por los aires todas las relaciones comerciales entre ambas partes y mantenga la armonía en el seno de la OTAN.

Los negociadores europeos y la presidenta Von der Leyen buscan un pacto que evite una guerra comercial y diplomática. 

A cambio, se lograría la estabilidad económica en la Eurozona y el fin del caos de anuncios y amenazas que ha generado Trump desde principios de año.

Hasta que se cierre un pacto definitivo, el único logro sobre el papel de la parte europea sería rebajar el gravamen que se aplica a los coches también al 15%, en lugar del 25% vigente desde abril. Un recorte importante para mercados como el alemán o el francés.

A cambio, Bruselas no impondría ningún gravamen nuevo ni medidas de represalia contra los productos estadounidenses, según han confirmado a EL ESPAÑOL fuentes diplomáticas.

La Comisión ha eludido dar ningún detalle de las negociaciones. Antes de conocerse el principio de acuerdo, Bruselas ha repetido que "la prioridad absoluta de la UE es lograr una solución negociada con EEUU", para lo que "continúan los contactos intensivos tanto a nivel técnico como político".

En esa misma línea, fuentes empresariales consultadas en España aseguran que lo importante es lograr de una vez por todas cierta estabilidad que no meta miedo a los inversores, algo que podría lograrse con un pacto "asumible" del 15% de arancel.

Frente a ello, desde los servicios de estudios de la gran banca se advierte que el arancel es un coste añadido al que parece que la UE debe resignarse, frente al "efecto óptico" de una amenaza mayor.

Los economistas advierten de que, si se llega a un acuerdo, habrá que analizar bien el impacto por productos y sectores, sobre todo por el problema de los "precios relativos": si otras zonas competidoras no pagan ese sobrecoste, pueden "sacar del mercado" a los productos españoles.

Un ejemplo clásico es el aceite de oliva, una de las mayores exportaciones españolas a EEUU, con un volumen anual cercano a los mil millones de euros, que saldrá perjudicado si Washington no grava también con una arancel similar a las producciones de países competidores en Latam o el norte de África.

En la clave política, las fuentes consultadas valoran además la "resignación" del acuerdo en que, en caso contrario, se corre el riesgo de que Trump incluya en la trifulca cuestiones como el 5% de aportación a la OTAN que se pactó el mes pasado.

Una escalada de represalias entre ambas partes con negociaciones particulares o cuestiones concretas como la defensa, pueden ser muy peligrosas para los socios comunitarios.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, hizo mucho hincapié esta semana en la necesidad de acabar con la incertidumbre que se había generado a nivel global, sin perder de vista soluciones alternativas con otros mercados o acuerdos como el de Mercosur, que puedan compensar la pérdida de exportaciones en EEUU si no hubiera pacto.

Negociación en marcha

De las negociaciones abiertas hasta ahora se sabe que Bruselas y Washington suspenderían además los aranceles sobre algunos productos, incluidos aviones, bebidas alcohólicas y dispositivos médicos, según ha adelantado el Financial Times, el primero en dar la noticia.

A cambio de aceptar este acuerdo desequilibrado, la UE se libraría de un arancel general todavía más alto del 30% que Donald Trump ha amenazado con imponer a partir del 31 de agosto. "La situación actual sobre la mesa es un arancel base del 15%", confirma a este periódico un diplomático europeo.

Desde abril, Washington aplica un arancel general del 10% a las importaciones de la UE, así como recargos sectoriales del 25% a los coches y el 50% al aluminio y el acero. En una carta a Bruselas, Trump amenaza con subir el arancel general hasta el 30% a partir del 1 de agosto, un nivel "prohibitivo" para el comercio transatlántico.

Al mismo tiempo, el Ejecutivo comunitario se prepara para imponer rápidamente recargos del 30% a productos de EEUU por valor de 93.000 millones si no hay acuerdo para el 1 de agosto.

En concreto, Bruselas ha planteado este miércoles fusionar los dos paquetes de medidas de represalia que ya tiene preparados (por valor de 21.000 millones y 72.000 millones, respectivamente) en una única lista, que entraría en vigor el 7 de agosto. Se trata de poder exhibir una mayor potencia de fuego en esta recta final de la negociación.

El incipiente pacto comercial entre la UE y EEUU seguiría el modelo del "masivo" acuerdo con Japón que ha anunciado este mismo miércoles el propio Trump en su red Truth Social. El acuerdo con Tokio también mantiene un arancel general del 15% a todas las importaciones japonesas.

Se trata de un recargo inferior al 25% con el que el presidente de EEUU había amenazado en una carta a principios de mes, pero superior al 10% que ha estado en vigor durante las negociaciones o al 0% anterior al regreso de Trump a la Casa Blanca.

A cambio, Japón no impondrá ningún gravamen nuevo a los productos estadounidenses, abrirá su mercado al arroz y a los coches norteamericanos y se compromete a invertir 550 millones de dólares en Estados Unidos.

Lo único que ha conseguido Tokio es rebajar el gravamen que se aplica a los coches (que constituyen más de un cuarto de todas las exportaciones japonesas a EEUU) también al 15%, en lugar del 25% vigente desde abril. La tasa al acero y el aluminio se mantiene sin cambios en el 50%.

Al fin y al cabo, Tokio ha acabado con un trato peor que el que consiguió Reino Unido en mayo. Londres tampoco se libró del mal llamado "arancel recíproco" general, pero Trump le aplica un tipo más bajo del 10%.

A los coches británicos, Washington les impone una tasa del 10%, que subirá al 25% cuando se supere la cuota anual de 10.000 vehículos. Reino Unido es hasta ahora el único país que ha logrado suprimir el arancel mundial del 50% de EEUU al aluminio y el acero.

Las últimas amenazas de Trump contra la UE han provocado que la mayoría de Estados miembros endurezcan su postura y pongan cada vez más énfasis en las represalias comerciales, si no se cierra el acuerdo antes del 1 de agosto.

El viraje más radical lo ha protagonizado el canciller alemán, Friedrich Merz, que hasta hace poco exigía a Bruselas un acuerdo rápido con EEUU casi a cualquier precio y ahora se habría sumado al presidente francés, Emmanuel Macron, en su petición de activar el Instrumento contra la Coerción, que permitiría castigar a las plataformas estadounidenses.

"El clima ha cambiado respecto al posible uso del Instrumento Anticoerción (ACI) desde la amenaza de Trump de imponer aranceles del 30%. En caso de un escenario sin acuerdo, parece haber una mayoría cualificada amplia a favor de establecer medidas de coerción", explican a EL ESPAÑOL las fuentes consultadas.