El 7 de julio de 2025 se instaló un memorial en el cementerio de Tuam (Irlanda), en homenaje a los 796 bebés cuyos restos fueron hallados en el antiguo hogar materno-infantil Bon Secours, gestionado por la Iglesia Católica.

El 7 de julio de 2025 se instaló un memorial en el cementerio de Tuam (Irlanda), en homenaje a los 796 bebés cuyos restos fueron hallados en el antiguo hogar materno-infantil Bon Secours, gestionado por la Iglesia Católica. Clodagh Kilcoyne Reuters

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Comienza la exhumación en Irlanda de los 796 bebés que fueron enterrados por monjas en una fosa común clandestina

Arranca una operación forense sin precedentes en el solar del antiguo orfanato de las monjas Bon Secours, donde fueron enterrados en secreto centenares de niños nacidos fuera del matrimonio.

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Un siglo después de que las monjas irlandesas comenzaran a enterrar clandestinamente a cientos de bebés en una fosa común, Irlanda da un paso decisivo en la reparación de uno de los capítulos más oscuros de su historia reciente.

Este lunes, excavadoras y un equipo internacional de arqueólogos, antropólogos y forenses han comenzado los trabajos en Tuam, condado de Galway.

En esta ubicación se cree que fueron inhumados los restos de al menos 796 niños fallecidos entre 1925 y 1961 en el hogar materno-infantil de St. Mary’s, gestionado por la orden de las Hermanas del Buen Socorro (Bon Secours).

El proyecto, que durará al menos dos años, constituye un esfuerzo por recuperar, identificar y dar sepultura digna a los cuerpos de los menores, muchos de los cuales fueron arrojados a un antiguo tanque séptico sin registro ni ceremonia, como cuenta The Guardian.

La operación se desarrollará en el solar de 5.000 metros cuadrados donde se alzaba la institución, hoy ocupada por una urbanización.

Es un alivio enorme que por fin esté ocurriendo”, ha declarado Catherine Corless, la historiadora local que destapó el escándalo en 2014 tras localizar las partidas de defunción de los 796 menores.

“Ha sido un camino larguísimo, pero por fin las familias tienen esperanza de encontrar a sus pequeños”.

El equipo de intervención, liderado por Daniel MacSweeney —antiguo delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja—, cuenta con 18 expertos de Irlanda, Reino Unido, Australia, Colombia, España y EEUU.

Su misión: recuperar los restos con estándares forenses similares a los de una escena criminal, analizar el material en un laboratorio adyacente y, si es posible, cotejar el ADN con muestras aportadas por familiares.

El desafío técnico es considerable debido a la profundidad de los restos (unos dos metros), la contaminación por agua y la mezcla de huesos procedentes también de víctimas del hambre y de la era de los asilos de trabajo en el siglo XIX.

“Todo esto hace que la tarea sea inmensamente compleja”, explicó MacSweeney: “Pero tenemos la obligación legal de notificar a la policía o al forense si encontramos pruebas de muertes no naturales”.

Vista aérea del sitio del hogar materno-infantil de Tuam, preparado para las obras de exhumación.

Vista aérea del sitio del hogar materno-infantil de Tuam, preparado para las obras de exhumación. X

El descubrimiento inicial se remonta a 1975, cuando dos niños que jugaban en la zona hallaron restos humanos.

Las autoridades no actuaron entonces. Hubo que esperar casi cuarenta años y la tenacidad de Corless, antigua secretaria de una fábrica textil, para que la verdad comenzara a salir a la luz.

Su investigación captó primero la atención local, luego la nacional y finalmente la internacional, obligando al Gobierno a pedir disculpas, abrir una comisión de investigación y aprobar una ley específica para permitir la exhumación.

El hogar de Tuam, como otros de su tipo en Irlanda, estaba destinado a albergar a mujeres solteras embarazadas, consideradas una vergüenza moral en la Irlanda católica del siglo XX.

Muchas de ellas fueron recluidas contra su voluntad, sometidas a trabajos forzados y separadas de sus hijos, que en ocasiones murieron por negligencia, enfermedades o malnutrición.

La tasa de mortalidad infantil en estas instituciones superaba ampliamente la media nacional.

La demolición del edificio en 1961 ocultó durante décadas el horror bajo los cimientos de viviendas modernas. Hoy, al fin, se abre paso la memoria.

La historia de Tuam ha calado también en la cultura popular: el actor Liam Neeson está produciendo una película basada en estos hechos, cuyo rodaje comenzará este mismo año en Galway.

“Los expertos que lideran esta excavación están tan implicados emocionalmente como yo”, asegura Corless. Y añade: “Han venido aquí para llegar hasta el fondo de todo esto. Y yo confío en que lo lograrán”.