Un grupo de hombres despliega una bandera con la cara de Erdogan, este domingo en Ankara.

Un grupo de hombres despliega una bandera con la cara de Erdogan, este domingo en Ankara. Reuters

Europa

El reto de Erdogan tras ser reelegido en Turquía: admitir a Suecia en la OTAN o acercarse a Putin

Con el voto del 52% del electorado, el presidente desbloqueará a Estocolmo de la alianza mientras sortea su dependencia económica de Rusia.

30 mayo, 2023 02:34

Menos de 24 horas después de ganar las elecciones de Turquía, Recep Tayyip Erdogan ya ha negociado la entrada de Suecia a la OTAN con su homólogo estadounidense, Joe Biden. La victoria en las urnas este domingo ha supuesto un alivio para el presidente turco, que llevaba meses siendo el miembro díscolo de la alianza.

Durante la campaña electoral —acortada para frenar una oposición que ya estaba mal organizada—, Erdogan utilizó su papel en la OTAN para proyectar la imagen de líder fuerte que le ha acompañado en las últimas dos décadas. Sacar músculo en foros internacionales ha permitido al estambulí revalidar su cargo, a pesar de la inflación galopante que azota a su población desde hace meses y de los catastróficos terremotos que acabaron con más de 50.000 vidas y dejaron al descubierto los fallos de previsión del Gobierno.

Ahora que, con el voto de un 52% de los turcos, queda confirmado su mandato por cinco años más, Erdogan no necesita sorprender a ningún electorado. Probablemente, su diplomacia regrese al pragmatismo y la versatilidad que han caracterizado las relaciones exteriores turcas durante las últimas décadas. Durante el próximo lustro, el presidente deberá paliar la inestabilidad en casa navegando entre la dependencia económica de Rusia y la cordialidad con Occidente.

Varias personas visitan una oficina de cambio de divisas este lunes.

Varias personas visitan una oficina de cambio de divisas este lunes. Reuters

Las buenas relaciones con el bloque atlantista pasan por desbloquear a Suecia de entrar en la OTAN. Así como hizo con Finlandia, Erdogan deberá ratificar el ingreso de Estocolmo a la alianza y retirar el bloqueo que, como Estado miembro de la Organización, ejercía sobre el país escandinavo. Aunque Turquía se ha amparado en que Suecia da protección a miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, esto no ha sido sino un pretexto de Erdogan para esperar hasta después de las elecciones.

Sin embargo, Ankara querrá algo a cambio de dar luz verde a la adhesión de Estocolmo: armas. En su llamada de este lunes, Biden ofreció a Erdogan los ansiados cazas F-16 si retiraba el bloqueo al país escandinavo. Aunque el mandatario turco no se pronunció al respecto, son varios los indicios de que las negociaciones son inminentes —según un análisis de The New York Times, la entrada formal de Suecia se producirá "a tiempo para la cumbre anual de la alianza en julio"—.

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Este lunes, el Ministerio de Asuntos Exteriores sueco dijo a Reuters que los cancilleres  de Suecia y Turquía se reunirán "en breve" para debatir la demorada candidatura de Estocolmo para ingresar en la OTAN. Además, esta semana el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, irá a Estocolmo dentro de una visita a los países nórdicos y en el marco de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN en Oslo. Este será posiblemente un foro en el que se planteen las negociaciones venideras con Turquía.

Por otro lado, se espera que Erdogan siga pugnando por un lugar predominante para Ankara en el tablero internacional. El último año, Erdogan ha articulado cierto diálogo entre Moscú y Kiev desde la otra orilla del mar Negro. Los logros han sido reseñables, sobre todo las negociaciones de paz y la firma de una iniciativa que ha habilitado un corredor marítimo para la exportación de grano de cereal ucraniano.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Efe

Pero el rol de árbitro de Turquía no es imprescindible: Erdogan tiene influencia si la OTAN le encomienda intermediar, como con el acuerdo sobre el grano. Pero "Rusia puede negociar directamente con la OTAN si así lo desea", cuenta a The Guardian Ziya Meral, del Royal United Services Institute (RUSI).

Además, Turquía no tiene la legitimidad suficiente para mediar entre sus vecinos del norte porque, por debajo de la mesa, Ankara se ha estado alimentando de la energía, el comercio y las inyecciones de divisas rusas. Así, aunque Erdogan tampoco se ha privado de enviar drones militares a Ucrania, tampoco ha aceptado aplicar las sanciones occidentales a Moscú. Según Emre Peker, del Eurasia Group, "Ankara mantendrá sólidos lazos diplomáticos y económicos con Moscú, sin dejar de ser un aliado crítico pero difícil de la OTAN".