Josep Borrell, durante su discurso sobre China la semana pasada en la Eurocámara

Josep Borrell, durante su discurso sobre China la semana pasada en la Eurocámara Parlamento Europeo

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Borrell contradice las tesis de Macron y pide a la UE que "patrulle el estrecho de Taiwán"

El jefe de la diplomacia comunitaria dice que Europa debe garantizar la libertad de navegación en un punto estratégico "crucial".

25 abril, 2023 20:01
Bruselas

El fracaso de la reciente misión conjunta de Emmanuel Macron y Ursula von der Leyen a Pekín no para de generar réplicas. Si el presidente francés causó una fuerte polémica al defender que la UE no debe dejarse arrastrar por Estados Unidos a un choque directo con China por Taiwán en una crisis "que no es la nuestra", el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha dedicado sus últimas intervenciones a contradecirle públicamente, hasta el punto de lanzar un llamamiento a las armadas europeas para que "patrullen el estrecho de Taiwan".

En su controvertida entrevista a su regreso de Pekín, Macron se mostraba extremadamente comprensivo con la postura del presidente Xi Jinping, que considera a Taiwán como una provincia rebelde que tarde o temprano debe volver al redil chino, incuso mediante el uso de la fuerza. "Los chinos están preocupados por su unidad y Taiwán, desde su punto de vista, es un componente de ella. Es importante comprender cómo razonan", argumentaba el presidente francés.

"La cuestión que se nos plantea a los europeos es la siguiente: ¿nos interesa una aceleración en el tema de Taiwan? No. Lo peor sería pensar que nosotros los europeos debemos ser seguidistas en este tema y adaptarnos al ritmo americano y a una sobrerreacción china", sostiene Macron. A su juicio, el mayor riesgo para Europa sería "quedar atrapada en una disrupción del mundo y en crisis que no son las nuestras".

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La intervención de Macron provocó un fuerte rechazo tanto en Estados Unidos como en los países bálticos y del Este de Europea, o incluso en Alemania, con acusaciones de ser excesivamente conciliador con el régimen de Pekín. En tanto que representante de la política exterior de la UE, Borrell se ha desmarcado claramente de las tesis francesas, eso sí, sin citar nunca directamente a Macron.

"Taiwán es fundamental para Europa. Por tres razones. Porque es el estrecho más estratégico del mundo y en particular para nuestro comercio. Tenemos que estar allí presentes a través de la libertad de navegación en los mares, a través de nuestras flotas", dijo el jefe de la diplomacia europea en un discurso en la Eurocámara la semana pasada.

El presidente francés, Emmanuel Macron, su homólogo chino, Xi Jinping , y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el pasado 6 de abril en Pekín.

El presidente francés, Emmanuel Macron, su homólogo chino, Xi Jinping , y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el pasado 6 de abril en Pekín. Reuters

"Segundo, no solamente por una razón moral -una acción contra Taiwán por fuerza ha de ser rechazada-, sino porque también sería, en términos económicos, gravísimo para nosotros, dado que Taiwán tiene un papel estratégico en la producción de los más avanzados semiconductores", sostiene Borrell.

"Finalmente, si queremos ser y decimos querer ser un poder geopolítico, tenemos que estar presente en todas las partes del mundo. Para reafirmar nuestras posiciones. Para defender nuestros intereses. Para llamar a la calma. Para prevenir provocaciones, vengan de donde vengan. Y por eso la mejor solución es volver al statu quo cuanto antes. Taiwán es claramente parte de nuestro perímetro geoestratégico para garantizar la paz, para defender nuestros intereses sin echar leña al fuego. Y estoy seguro de que todos los países europeos comparten esta posición", afirmó el Alto Representante.

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Durante el fin de semana, Borrell ha ido un paso más allá y ha publicado un artículo precisamente en la prensa francesa (en Le Journal Du Dimanche) en el que defiende una mayor presencia europea en Taiwán. "Sobre Taiwán, nuestra posición es simple y consistente. En nuestra opinión, solo hay una China. Pero no bajo cualquier condición. Y ciertamente no a través del uso de la fuerza", escribe el ex ministro de Exteriores español.

"En efecto, Europa debe estar muy presente en este tema que nos preocupa económica, comercial y tecnológicamente. Por eso hago un llamamiento a las armadas europeas para que patrullen el estrecho de Taiwán, para demostrar el compromiso de Europa con la libertad de navegación en esta zona absolutamente crucial. Al mismo tiempo, debemos estar atentos a las provocaciones y las escaladas. La gran mayoría de los taiwaneses cree que el statu quo pacífico es la solución más adecuada. Por lo tanto, seamos firmes en hacer cumplir este principio", ha reclamado Borrell.

El embajador de China en Francia, Lu Shaye, durante su entrevista en la televisión francesa

El embajador de China en Francia, Lu Shaye, durante su entrevista en la televisión francesa

La creciente tensión en las relaciones entre la Unión Europea y Pekín la protagonizó también durante el fin de semana el embajador chino en París, Lu Shaye, quizá envalentonado por la buena sintonía entre Macron y Xi. En una entrevista televisada, Shaye puso en cuestión la independencia de los países bálticos tras la caída de la Unión Soviética, así como la pertenencia de Crimea a Ucrania.

Tras la indignación desatada en la UE por estas palabras, el ministerio de Asuntos Exteriores chino recogió cable y desautorizó en cierto modo a su embajador. "China respeta el estatus de los Estados miembros en tanto que Estados soberanos tras la caída de la Unión Soviética", dijo un portavoz del ministerio, que recordó que Pekín fue de los primeros en establecer relaciones diplomáticas con los bálticos.

Para Borrell, esta rectificación es suficiente. "Todo el mundo puede tener una expresión equivocada o puede expresarse de una manera equívoca. No voy a entrar en ese asunto. Es un tema del Ministerio de Asuntos Exteriores chino. Lo que quería saber era cual es la posición oficial. Esta ha sido aclarada. Y como era de esperar, no era de poner en cuestión la soberanía de las ex-Repúblicas Soviéticas", ha dicho.