Un misil Kinzhal lanzado desde el aire.

Un misil Kinzhal lanzado desde el aire. Ministerio de Defensa de Rusia

Europa

Putin malgasta sus misiles hipersónicos en un ataque masivo como “venganza” por el sabotaje de Bryansk

Las fuerzas ucranianas aseguran que los rusos han lanzado seis Kinzhal, un tipo de proyectil de alta precisión cuyas unidades son limitadas. 

10 marzo, 2023 03:47

Rusia ha recuperado su estrategia del terror. Tras varias semanas de relativa calma en las que el ruido de los bombardeos y del fuego cruzado retumbaba sólo en la línea de frente, la madrugada del jueves el ejército ruso lanzó un nuevo ataque masivo con misiles y drones sobre suelo ucraniano. En concreto, sobre zonas residenciales e infraestructuras críticas.

Recordaba a las lluvias de misiles que durante el pasado otoño aterrorizaron a la población civil y destrozaron gran parte de la red energética del país. La diferencia es que en esta última ola, las tropas del Kremlin han empleado seis misiles hipersónicos -conocidos como Kinzhal o Dagas-, lo que supone el mayor despliegue de estas sofisticadas armas en lo que va de guerra.

Los proyectiles impactaron en una decena de regiones de Ucrania, entre las que se incluyen la céntrica capital, Kiev, y grandes poblaciones como Járkov, al noreste, Odesa, en el sur, e incluso en Leópolis, al oeste, donde han muerto al menos cinco personas, según las autoridades locales. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, lamentó que Rusia haya vuelto a sus "tácticas miserables" y cifró en 81 los misiles disparados por el enemigo y 47 los que no se pudieron repeler. 

Se trata de una tasa de éxito mucho más alta que la de los bombardeos rusos más recientes. Eso se debe, entre otras cosas, a que Rusia ha atacado a la vez una gran diversidad de objetivos situados en diferentes puntos del país, algunos muy alejados de las zonas de combate. No obstante, la clave del éxito ruso en esta ofensiva está en realidad a la variedad de misiles empleados.

"No recuerdo un ataque como este", señaló el portavoz de las Fuerzas Aéreas ucranianas, Yuriy Inhat, en declaraciones a la televisión estatal, donde destacó que Moscú no sólo ha utilizado más armas de lo habitual, sino que ha desplegado parte de su limitada reserva de misiles hipersónicos Kinzhal.

[Rusia teme que un nuevo Euromaidán en Georgia abra un inesperado frente diplomático]

Estos cohetes de alta precisión, que tienen capacidad nuclear, son capaces de superar cinco veces la velocidad del sonido, lo que les hace prácticamente indetectables para los sistemas de defensa aéreos ucranianos. Esta no es la primera vez que los Kinzhal, que son una variedad moderna de los misiles de corto alcance Iskander lanzados desde el aire, cruzan los cielos de Ucrania.

De acuerdo con el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), un think tank con sede en Washington, las fuerzas rusas los usaron por primera vez al inicio de la guerra, en marzo, con el objetivo de probarlos y de enviar un mensaje a Occidente sobre la capacidad militar rusa. Desde entonces ha habido otras rondas. En enero, por ejemplo, el Gobierno ucraniano culpó a estos misiles de la destrucción de un edificio residencial en Dnipro que acabó con la vida de 46 personas.

¿Venganza o estrategia?

No obstante, esta sí es la primera vez que se lanzan tantos misiles supersónicos y tan de golpe, lo que sugiere que el Kremlin podría haber puesto en marcha una nueva estrategia de ofensiva aérea. Su objetivo, sin embargo, no parece estar todavía demasiado claro.

El Ministerio de Defensa ruso ha alegado que el ataque masivo de este jueves es una "represalia" por lo que considera las "acciones terroristas" de Kiev en la región rusa de Bryansk la semana pasada. Se refiere al supuesto asalto de un grupo armado que habría tomado rehenes en una aldea dentro de las fronteras rusas y que no ha podido confirmarse si fue realmente un acto de sabotaje o ataque de falsa bandera.

Los residentes locales se encuentran cerca de los restos de edificios residenciales destruidos por un ataque con misiles rusos, en medio del ataque de Rusia a Ucrania , cerca de la ciudad de Zolochiv, región de Leópolis.

Los residentes locales se encuentran cerca de los restos de edificios residenciales destruidos por un ataque con misiles rusos, en medio del ataque de Rusia a Ucrania , cerca de la ciudad de Zolochiv, región de Leópolis.

"Las armas aéreas, marítimas y terrestres de largo alcance y alta precisión, incluido el sistema de misiles hipersónicos Kinzhal, alcanzaron elementos clave de la infraestructura militar de Ucrania, las empresas del complejo militar-industrial, así como las instalaciones de energía que les sirven", señala Defensa en un comunicado.

[¿Saboteadores o falsa bandera? Dudas sobre los ucranianos que han atacado una aldea en Rusia]

A lo largo de toda la invasión, las tropas de Vladímir Putin han pagado su frustración por los reveses militares en el campo de batalla con ataques a la población civil ucraniana. Y ahora podría estar buscando de nuevo exhibir músculo, ya que sus tropas no logran la tan ansiada victoria en Bakhmut.

No obstante, lo que es desconcertante es que ahora hayan decidido malgastar un tipo de misil del que posee pocas unidades. El pasado noviembre, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikoc, aseguró que Rusia había utilizado 16 misiles Kinzhal en lo que iba de guerra y se calcula que, en total, tiene unos 42, según recoge The Washington Post.