Los manifestantes asisten a una manifestación contra el plan de reforma de pensiones del gobierno francés en París, como parte del sexto día de huelga nacional y protestas, en Francia , el 7 de marzo de 2023.

Los manifestantes asisten a una manifestación contra el plan de reforma de pensiones del gobierno francés en París, como parte del sexto día de huelga nacional y protestas, en Francia , el 7 de marzo de 2023. Reuters

Europa

Más de un millón de manifestantes intentan "poner de rodillas" a Macron por las pensiones

Los sindicatos franceses califican de "histórica" la movilización que contempla el paro prolongado de algunos de los sectores claves del país.

7 marzo, 2023 20:57

La France à l’arrêt. Paralizar Francia. Ese es el objetivo con el que los principales sindicatos franceses convocaron este martes huelgas generales y más de 300 manifestaciones en todo el país para protestar contra la impopular reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron que aumenta la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. Querían, según llevan semanas proclamando, "poner de rodillas a la economía francesa". Y, ahora, aseguran estar a punto de conseguirlo.

A falta de cifras globales, tanto la CFDT como la CGT -principales fuerzas sindicales francesas unidas ex profeso para la ocasión- han calificado de "histórica" la movilización. Significa eso que supera a la del pasado 31 de enero, donde 1,27 millones de personas (según la policía) y 2,8 millones (según los sindicatos) salieron a la calle en la concentración de mayor nivel de los últimos 40 años.

Los sindicatos señalan que 700.000 personas marcharon en París, más que en cualquier otro momento desde el inicio de las protestas. La policía, sin embargo, asegura que fueron 81.000. A pesar de que las cifras sobre la capital bailan, ambos coinciden en las de las provincias, donde se han registrado convocatorias similares e incluso mayores a la anterior.

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Esta es la sexta jornada de marchas en lo que va de año, con la novedad de que los paros en sectores como el de los transportes y la energía no están programados para un sólo día, sino que son ilimitados. Se espera, de hecho, que los sindicatos decidan en las próximas horas si continúan o amplifican las huelgas, que se han notado en todo el territorio y en prácticamente en todos los sectores claves.

El martes, las refinerías de combustible han quedado totalmente bloqueadas, aunque no han provocado desabastecimiento. Las estaciones ferroviarias han permanecido prácticamente vacías, con un 80% de los trenes regionales, interurbanos y de alta velocidad paralizados.

Entre un 20% y un 30% de los vuelos de los principales aeropuertos del país, como Orly o el Charles de Gaulle, han sido anulados. También ha quedado interrumpido el funcionamiento en puertos, incineradoras de residuos, centrales eléctricas, etc. En el sector de la educación, más del 30% de los trabajadores han ido a la huelga, según el Ministerio de Educación.

Huelgas ilimitadas

El mayor reto ahora es mantener esas grèves reconductibles (las huelgas ilimitadas) durante días, teniendo en cuenta que los trabajadores deben renunciar a días de sueldo en un momento en el que la inflación ha alcanzado el 14,5% en febrero. De hecho, se espera que el miércoles el impacto del paro sea mucho más moderado en el ferrocarril y en el transporte urbano de las grandes ciudades.

Sexta jornada de protesta nacional en Francia contra la reforma de las pensiones.

Sexta jornada de protesta nacional en Francia contra la reforma de las pensiones. Reuters

En general, las protestas transcurrieron con normalidad, aunque en París, un grupo de manifestantes se enfrentó a la policía, que arrestó a 22 personas, según los medios locales.

Gran parte de la población francesa está en contra de la reforma de la ley de pensiones. De hecho, una encuesta reciente del instituto demoscópico Ifop indica que el 68% de los interrogados la perciben de forma negativa y sólo un 32% están a favor.

La nueva normativa se aprobó en enero tras una accidentada tramitación en la Asamblea y está ahora en el Senado que debería aprobarla, como tarde, a finales de marzo. El Gobierno insiste en que su plan es esencial para garantizar que el sistema de pensiones no se quiebre, pero tanto los sindicatos como los partidos de izquierda y de extrema derecha quieren paralizarlo.