Europa

Rusia deporta a miles de niños ucranianos a su país para ser adoptados: el otro botín de guerra de Putin

Dos informes constatan que el Kremlin ha puesto en marcha procesos de adopción exprés para menores trasladados a la fuerza. 

25 octubre, 2022 03:09

Desde el inicio de la guerra las autoridades rusas han trasladado a su país a decenas de miles de niños ucranianos para darlos en adopción a familias rusas y convertirlos en sus ciudadanos. Así lo denunció el Institute for the Study of War (ISW) en agosto basándose en un informe del Kremlin que indicaba que se habían movilizado a la fuerza a más de 1.000 menores ucranianos. Asimismo, Naciones Unidas emitió un comunicado en septiembre donde aseguraba tener "acusaciones creíbles" de esas deportaciones masivas.

Lejos de negarlo, el representante ruso ante Naciones Unidas en Ginebra, Gennady Gatilov, aseguró la semana pasada que Rusia había recibido a "niños de la guerra" que "habían perdido a sus padres o que estaban en una situación grave" con el objetivo de "cuidar de ellos". Negó, eso sí, que se tratasen de "secuestros".

Sin embargo, lo que Moscú considera un acto de "humanidad" es en realidad un potencial crimen de guerrasegún el derecho internacional humanitario, que prohíbe explícitamente "la deportación dentro de un territorio ocupado o desde un territorio ocupado al territorio de la potencia ocupante".

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No es la primera vez que se acusa al presidente ruso, Vladímir Putin, de utilizar a los niños como botín de guerra. Pero ahora, dos investigaciones, una de Associated Press (AP) y otra de The New York Times, constatan, a través de múltiples entrevistas y testimonios, cómo el Kremlin ha puesto en marcha procesos de adopción exprés para menores deportados a la fuerza.

Las pesquisas se centran en Mariúpol, la ciudad ucraniana que fue sitiada y capturada en primavera por las fuerzas rusas. Con los bombardeos, miles de niños que se encontraban en orfanatos o residencias huyeron hacia el oeste, hacia las regiones de Donetsk y Lugansk. Muchos, sin embargo, fueron interceptados en las fronteras y llevados en autobuses hasta territorio ocupado.

Un niño evacuado de la ciudad de Kherson , controlada por Rusia, mira en un autobús que se dirige a Crimea,

Un niño evacuado de la ciudad de Kherson , controlada por Rusia, mira en un autobús que se dirige a Crimea, Reuters

Es el caso de Anya, de 14 años, que logró escapar de un hospital para pacientes con tuberculosis y ahora vive con una familia de acogida en Moscú, según ha podido conocer el Times"Yo no quería ir, pero nadie me preguntó", explica al diario estadounidense. En su huida, añade, dejó un cuaderno que contenía el número de teléfono de su madre, del que sólo recuerda los primeros dígitos. 

Como ella, muchos menores fueron separados de sus familiares y siguen en paradero desconocido. Aunque se desconoce el número exacto, en agosto el Gobierno de Kiev cifró en 7.297 los infantes deportados. Algunos sucumbieron a los engaños de las tropas rusas, que de acuerdo con AP, les aseguraron que sus padres no les querían. Otros, en cambio, fueron directamente sustraídos de orfanatos y residencias para menores. 

En agosto las autoridades ucranianas cifraron en 7.297 los niños deportados forzosamente a Rusia 

Y eso es precisamente lo que Putin está utilizando para justificarse. Durante meses, los medios de comunicación del Kremlin han hablado de los niños ucranianos como "huérfanos" de zonas de conflicto que han sido acogidos. El problema es que muchos de los que llegan a esos hospicios no son huérfanos en absoluto.

Según recuerda la agencia de noticias, el gobierno de Ucrania reconoció ante la ONU antes de la guerra que la mayoría de los niños del estado "no son huérfanos, no tienen ninguna enfermedad o enfermedad grave y están en una institución porque sus familias se encuentran en circunstancias difíciles".

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Cambio de leyes

En principio, la ley rusa prohíbe la adopción de extranjeros. Sin embargo, en mayo Putin firmó dos decretos para simplificar el proceso que permite conceder la nacionalidad rusa a ciudadanos ucranianos y la adopción de menores de fuera. Se trata de una normativa que "complica aún más su retorno a Ucrania y facilita el proceso de asimilación forzosa de los niños ucranianos", según señala en una resolución el Parlamento Europeo.

Detrás de las deportaciones masivas está Alexeyevna Lvova-Belova, la Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño de Rusia. Según un informe del departamento del Tesoro de Estados Unidos, entre sus cometidos está gestionar la adopción forzada de ucranianos en familias rusas y la "educación patriótica" . 

Maria Lvova-Belova y Vladimir Putin.

Maria Lvova-Belova y Vladimir Putin. Kremlin

Lova-Belova, sancionada por EEUU y otros países occidentales, aseguró a AP que su objetivo era "ayudar a los niños a preservar su derecho a vivir bajo un cielo pacífico y ser felices". En verano, la funcionaria detalló que 120 familias habían solicitado adoptar y más de 130 jóvenes ucranianos habían recibido la nueva ciudadanía. El número, sin embargo, no ha dejado de aumentar

 "Vacaciones" en Rusia

Hace unas semanas, las autoridades prorrusas de la región de Jersón pidieron a la población civil que abandonase la zona de forma "inminente" ante el riesgo de combates por el avance ucraniano. Desde entonces a diario cruzan el río Dnipro miles de personas, niños incluidos. 

Putin firmó en mayo un decreto para facilitar la adopción de menores ucranianos

El vice primer ministro ruso, Marat Khusnullin, señaló el jueves pasado que "varios miles" de menores de la región de Jersón, ya estaban "descansando en casas y campamentos" de Rusia. Siguiendo la misma narrativa, el gobernador de la zona, Vladímir Saldo, escribió en su canal de Telegram que se ofrecía a los ciudadanos de Jersón "vacaciones para hijos y padres" en otros lugares de la Federación Rusa, como Crimea.

Estas "vacaciones" han sido calificadas por numerosas organizaciones internacionales como "deportaciones masivas" que tienen el objetivo de modificar la demografía de Ucrania. En este sentido, el ISW recuerda en su parte de guerra que el traslado forzoso de niños de un grupo a otro "con la intención de destruir, total o parcialmente, un grupo nacional, étnico, racial o religioso" es una violación de la Convención para la Prevención del Delito de Genocidio.