Carlos III se traslada a Londres y se dirige a la nación con su primer discurso Sara Fernández

Europa

Carlos III promete “lealtad y respeto” para ganarse al Reino Unido: sólo le apoya el 42% de los británicos

A pesar de llevar siete décadas de preparación, el eterno heredero no ha logrado conquistar a los británicos. 

10 septiembre, 2022 02:54

"Me esforzaré por servir al Reino Unido con lealtad, respeto y amor, como he hecho a lo largo de mi vida". El rey Carlos III de Inglaterra (73 años) pronunció ayer su primer discurso como soberano de la monarquía constitucional más importante del mundo. Prometió seguir el "ejemplo de servicio a los demás" que predicó Isabel II, fallecida el pasado jueves a los 96 años. 

Lo cierto es que el hasta ahora príncipe de Gales ha tenido tiempo para prepararse. Mucho tiempo. En los 70 años que su madre ha sido Reina, él ha sido heredero de la corona. Sin embargo, no ha conseguido granjearse un amplio apoyo popular; mucho menos alcanzar los índices de aprobación de los que gozaba su predecesora. 

De acuerdo con una encuesta realizada por YouGov antes del verano, el rey Carlos III ocupaba el séptimo puesto de la lista de popularidad de los miembros de la familia real. Lo hacía con un discreto 42%, lo que supone que sólo menos de la mitad de los británicos tienen una "opinión favorable" del actual soberano. 

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Por encima se encuentran su hijo, el príncipe Guillermo, y su mujer, Kate Middleton, que ocupan el segundo y tercer lugar, y que superan ampliamente el 65% de popularidad. Pero ni siquiera ellos pueden competir con la reina Isabel II de Inglaterra, que corona el ranking y cuenta con un respaldo del 75%.

Ese parece ser uno de los motivos por los que Carlos III no es especialmente apreciado: ha vivido toda su vida a la sombra de su madre. La extensa mayoría de los 68 millones de habitantes del país no han conocido a otro soberano. Eso significa, según explicaba el periodista de The Times Valentine Low, que "el estilo, los modales y el enfoque de la Reina han quedado tan grabados en la conciencia nacional que son sinónimos de lo que es ser monarca". 

El rey Carlos III entra en el palacio de Buckingham tras suceder a su madre, Isabel II, en el trono.

El rey Carlos III entra en el palacio de Buckingham tras suceder a su madre, Isabel II, en el trono. Reuters

El problema es que Carlos III es muy distinto a todo eso. Y aunque ha asegurado que "honrará la memoria" de su "querida madre", los británicos han tenido años de sobra para conocer bien a su futuro Rey. Han tenido décadas para informarse sobre su complicada vida personal, incluido su matrimonio fallido con la difunta princesa Diana y su relación con Camilla, actual Reina Consorte. Pero también han podido estudiar con detalle sus opiniones, aficiones y debilidades, y construir una imagen de él. No siempre buena. 

Opiniones políticas

Las mayores críticas le han llovido, precisamente, por empeñarse en expresar sus opiniones políticas, cuando la Casa Real está obligada a mantenerse neutral.

A pesar de ello, en 2015 el rotativo The Guardian publicó -tras una larga batalla legal que duró una década- 27 cartas que el entonces príncipe Carlos había enviado en 2004 y 2005 a varios miembros del Gobierno, entre ellos al primer ministro Tony Blair.

En las misivas, que se conocen como los "memorando de la araña negra" por la letra enmarañada escrita a mano, el monarca presionaba a los parlamentarios sobre distintos asuntos. Llegó a exigir al jefe del Gobierno que tomase acciones urgentes para mejorar las condiciones de las tropas de Irak o que aumentase la disponibilidad de medicinas alternativas en el país. 

El rey Carlos III  y Camilla, la reina consorte, entrando en el palacio de Buckingham.

El rey Carlos III y Camilla, la reina consorte, entrando en el palacio de Buckingham. Reuters

Estas tendencias han llevado a más de un biógrafo a augurar que Carlos III va a ser un rey "activista" y que utilizará su posición para seguir defendiendo las causas que le apasionan. Lejos de ser infundados, estos temores obligaron al rey a apaciguar las aguas en una entrevista a la BBC en 2018 donde aseguraba que no iba a ser un monarca "entrometido" y que cambiaría su manera de actuar al ascender al trono. 

Escándalos y excentricidades

Además de la neutralidad, Carlos III se ha saltado también el principio real de la discreción. Es conocido por llevar un excéntrico modo de vida y la revista Time le atribuye una lujosa colección de coches de alta gama, un gran séquito de sirvientes y casi una decena de casas.

Pero no es ese el escándalo que le persigue. En los últimos años, la policía ha estado investigando una des sus organizaciones benéficas después de que se le acusase de solicitar donaciones a un multimillonario saudí a cambio de honores. Es decir, a cambio de obtener el título de caballero y la ciudadanía británica. 

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Al parecer, al rey de Inglaterra le queda un largo camino para restaurar su imagen y ganarse el respaldo de los británicos. Para ello, no obstante, antes tendrá que superar algunos retos constitucionales -como la independencia de Escocia y la situación de Irlanda del Norte-, que podrían amenazar la unión de un Reino inmerso en continuas tormentas