Zhu Jingyang,  cónsul general de la R. P. China en Barcelona durante su entrevista con  EL ESPAÑOL.

Zhu Jingyang, cónsul general de la R. P. China en Barcelona durante su entrevista con EL ESPAÑOL. Jordi Bardajil

Asia

Zhu, cónsul chino: "EEUU quiere una guerra como la de Afganistán, hasta el último ucraniano"

"La reacción desproporcionada e histérica de Washington con el globo chino creó una crisis diplomática evitable"/ "Las críticas a nuestro plan de paz para la crisis de Ucrania no son por el contenido, sino por el presentado"/ "Los ejercicios militares en Taiwán son una advertencia a EEUU".

17 abril, 2023 03:02
Barcelona

En la cuenta personal de Twitter de Zhu Jingyang pueden encontrarse desde vídeos de graciosos osos panda jugando entre ellos o de personas cocinando enormes woks de fideos picantes hasta mensajes que incluyen duras críticas contra Estados Unidos por sus palabras sobre China. "Hipócrita", escribe en uno de ellos. En chino, castellano y catalán, sus redes sociales parecen no descansar. 

Nacido hace 51 años en el condado chino de Danyang, a 230 kilómetros al oeste de Shanghái, Zhu es desde 2021 el cónsul general de China en Barcelona. Está casado y tiene un hijo, según se detalla en su curriculum vitae. Su acento latino delata su trayectoria diplomática: durante dos décadas ha desempeñado distintos cargos en la División de la Dirección General de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores chino y en las embajadas de Perú y Argentina.

Abierto a responder, Zhu echa mano de las metáforas. Sobre la reciente escalada de tensión entre Washington y Pekín dice que es como los botones de una camisa: "Si no abrochas bien el primero, no hay manera de poner en orden los siguientes". Y compara a Estados Unidos con "un atleta olímpico que en lugar de pensar en cómo correr su mejor tiempo, siempre está tratando de poner la zancadilla al otro". Sobre la forma de Gobierno china asegura que es como los zapatos; "sólo uno mismo sabe si le quedan bien o no".

En 2022, su país volvió a saltar a la arena internacional tras tres años de aislamiento por la restrictiva política de 'cero covid'. Su presidente, Xi Jinping, acaba de renovar un tercer mandato y trata de recuperar el tiempo perdido: en los últimos meses la capital del país se ha convertido en un hervidero diplomático al que no paran de llegar líderes europeos para tratar, entre otras cosas, de que China contribuya a resolver la guerra de Rusia en Ucrania.

El diplomático recibe a EL ESPAÑOL en la sede del consulado de la República Popular China en Barcelona ubicada en la Avenida Tibidabo, donde desfilan, una tras otra, imponentes torres modernistas que llegan hasta la montaña del Parque Natural de Collserola. "Hace buen día", señala el cónsul mientras nos dirige al jardín principal, donde hay un par de sillas armoniosamente colocadas alrededor de una mesa sobre la que descansan un jarrón con flores y dos tazas de té.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, viajó a China a finales de marzo. ¿Cómo valora su reunión con el presidente chino, Xi Jinping?

Me gustaría contextualizar el encuentro entre Sánchez y Xi dentro de la buena relación personal que existe entre ambos. No es la primera vez que se reúnen: Xi visitó España en 2018 y el noviembre pasado se encontraron en Bali, Indonesia, en la cumbre del G20. Hay buena sintonía y la cumbre ha sido positiva.

¿Por qué China ha decidido extender la invitación justo ahora? 

Por un lado, porque este año se celebra el 50 aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y España, por lo que ambos líderes aprovecharon para reforzar ese vínculo bilateral desde una perspectiva estratégica y con una visión de largo plazo basada siempre en el respeto mutuo. Por otro lado, nos encontramos en medio de una situación internacional de muy profundos, complejos y veloces cambios que hacían necesaria esa reunión entre dos actores globales. 

No obstante, Sánchez ha sido el primer líder europeo en visitar Pekín después de la reelección del presidente Xi en marzo. Hay quien sostiene que es una manera de cortejar a Europa justo ahora que España, en julio, va a asumir la presidencia del Consejo de la Unión Europea (UE). ¿Qué opina? 

Sé que este tipo de comentarios son inevitables. Pero ha pasado desapercibido que Sánchez fue el último líder europeo que participó como invitado de honor en la conferencia anual del Foro Asiático Boao en la provincia de Hainan. En este foro, conocido como "el Davos Asiático", Sánchez hizo hincapié en el rechazo a un mundo fragmentado y al corte artificial de las cadenas globales de producción y suministro. Además, resaltó que las relaciones entre la UE y China no tienen por qué ser contradictorias, sino cooperativas y mutuamente beneficiosas. 

El cónsul chino, Zhu Jinyang, durante su entrevista con EL ESPAÑOL.

El cónsul chino, Zhu Jinyang, durante su entrevista con EL ESPAÑOL. Jordi Bardajil

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también viajó, junto al presidente francés, Emmanuel Macron, a Pekín. Sin embargo, antes de su visita, la jefa del Ejecutivo europeo acusó a China de "querer cambiar el orden mundial para imponer su dominio" y de manejar sus herramientas "de coerción económica comercial" para ello. ¿Cómo explica esa contradicción? 

Algunos medios de comunicación suelen sacar de su contexto las palabras de los políticos y los políticos se aprovechan de eso para mantener un alto perfil mediático. Es importante escuchar lo que dicen, pero sobre todo observar lo que hacen. Durante su visita a China, Von der Leyen tuvo una reunión con el presidente Xi en la que dijo que "los intercambios y el aprendizaje mutuo entre la civilización europea y la china tiene un impacto positivo en ambos lados y en el mundo en general". Igual que Sánchez, sugirió que "la UE espera fortalecer los intercambios y el diálogo con China, reanudar algunos de los mecanismos más importantes de diálogo lo antes posible y llevar a cabo una cooperación más beneficiosa para ambas partes". 

En el viaje de vuelta, Macron sugirió a algunos medios que "Europa debe reducir su dependencia de Estados Unidos" y no "convertirse en vasallo". ¿Comparte esa postura?

¿Está diciendo que la política exterior de Europa viene dictada por Washington? China ve en la Unión Europea una gran civilización, un gran mercado y un gran actor autónomo en los asuntos internacionales. Nuestra política exterior hacia la UE es clara y coherente: la consideramos un socio para la paz, el crecimiento y la convivencia. Las relaciones sino-europeas no están dirigidas contra terceros, no dependen de terceros ni están sujetas a terceros. Ahora bien, para llevar a buen puerto estas relaciones es primordial que Europa ponga en práctica la autonomía estratégica. 

Desde marzo, Xi ocupa oficialmente tras una reelección sin precedentes los tres principales puestos de poder: es líder del Partido Comunista Chino (PCCh), presidente de la República Popular China y comandante general de las fuerzas armadas como presidente de la Comisión Militar Central. Hay quien sostiene que esta acumulación de poder es un paso más hacia una autocracia cada vez más rígida.

Los medios de comunicación exageran. A lo largo de la historia de Occidente también hemos visto figuras políticas muy fuertes con mandatos muy largos, como la señora Angela Merkel y algunos de sus antecesores. Nadie critica eso. Un líder fuerte es necesario para los intereses nacionales y en China tenemos la suerte de tenerlo. Siempre decimos que quién sabe mejor que nadie si los zapatos nos van bien o no somos nosotros mismos. Nuestro modelo político es un asunto meramente interno.

¿Qué significa un líder fuerte? ¿Una mayor acumulación de poder?

Significa alguien con capacidad y voluntad de asumir la responsabilidad de hacer cosas, independientemente de las presiones internas y externas. La reelección de Xi no es más que el reflejo del apoyo natural del Partido Comunista de China (PCCh), que es el partido gobernante por decisión autónoma del pueblo chino, y por tanto de toda la sociedad. 

El cónsul chino, Zhu Jingyang, durante su entrevista con EL ESPAÑOL.

El cónsul chino, Zhu Jingyang, durante su entrevista con EL ESPAÑOL. Jordi Bardajil

¿Cuáles son los principales retos que tendrá que abordar el Gobierno de Xi en esta nueva era que sigue a tres años marcados por la pandemia? 

Estamos saliendo de esa crisis sanitaria, pero hay otros desafíos: hay tensiones geopolíticas, escepticismo recíproco entre países y un riesgo de ruptura de las cadenas globales. La estrategia general es la del desarrollo equilibrado. Vamos a continuar el camino de reforma en el interior y apertura al mundo exterior. Además, China va a reforzar la autosuficiencia y la autonomía en las áreas clave de la ciencia y la tecnología, dadas ciertas circunstancias externas.

Dentro de esas "circunstancias externas" de las que habla imagino que se refiere, entre otras cosas, a las sanciones impuestas por Occidente a su país. 

Mire, el primer ministro Li Li Qiang dijo en su primera conferencia de prensa tras ocupar el cargo, que somos conscientes de las dificultades, pero siempre han existido desafíos. Ninguna etapa ha sido fácil para China. Ahora bien, tenemos la ventaja institucional de poder aglutinar la fuerza de toda la nación. No tenemos una sociedad fragmentada, no tenemos el problema de la polarización y radicalización políticas que tienen otros países.

"Con Rusia no hay ningún tipo de alianza, sino una cooperación en beneficio mutuo"

Arabia Saudí e Irán retomaron sus lazos diplomáticos tras décadas de tensiones gracias a la mediación de China. ¿Qué interés tiene su país en contribuir a establecer la paz en la región? 

Que dos enemigos durante años se hayan reconciliado con la mediación de China es una victoria del diálogo, de la paz y de la diplomacia. Nuestro país siempre respeta el statu quo de los países de Oriente Medio como dueños de su propio destino y apoya todos los esfuerzos dirigidos a la reconciliación. Como mediador fiable y de buenas intenciones, seguiremos desempeñando un papel constructivo en esa y otras regiones.

China también ha propuesto un plan de paz para el conflicto en Ucrania. Parece como si su país quisiera convertirse en una suerte de gran pacificador en el mundo.

Tenemos buenas relaciones y canales de comunicación abiertos tanto con Ucrania como con Rusia. A un año del estallido se presentó la posición de China para la solución pacífica de la crisis de Ucrania. Más que un plan detallado de paz, son 12 principios que creemos que se deben seguir en las negociaciones de paz. Dudo que en Occidente se conozca de veras nuestra posición, que puede resumirse en una frase: hay que trabajar por las conversaciones y la paz. La máxima prioridad en este momento es promover un alto el fuego y detener la guerra, que nadie eche aceite al fuego.

Ese plan de paz ha recibido muchas críticas.

Porque no se conoce el contenido. De hecho, no hay alguna crítica al contenido, sino al presentador. Se critica porque lo ha presentado China.

"Las críticas a nuestro plan de paz para la crisis de Ucrania no son por el contenido, sino por el presentado"

¿Es realmente China un mediador neutral? 

¿Si China no es un mediador neutral, quién lo es? ¿Estados Unidos? ¿Alemania? ¿España? Los términos absolutos, como el de neutral, no existen. 

Parte del escepticismo procede a que antes del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, Pekín y Moscú firmaron una declaración conjunta en la que definían su relación como una "amistad sin límites". ¿Qué significado tiene ese "sin límites"? 

China y Rusia son vecinos y comparten unas fronteras enormes. Entre ambos países no hay ningún tipo de alianza, no se busca el enfrentamiento, ni se dirigen contra terceros. Como miembros permanentes del Consejo de Seguridad, tener una relación normal es importante tanto para los dos países como para el resto del mundo. "Sin límites" es una metáfora de que China y Rusia van a cooperar en beneficio mutuo y a trabajar conjuntamente por la estabilidad y la lucha contra la hegemonía. 

Xi ha visitado recientemente a Putin en Moscú, pero no ha mantenido conversaciones con Zelenski. ¿No es eso una declaración de intenciones? 

La gente pasa por alto que antes de ese viaje hubo una comunicación entre el ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, y su homólogo ucraniano, Dmitró Kuleba. Sinceramente, no veo que otros países tengan un canal de comunicación así con ambos lados del conflicto. Durante su reunión con Putin, Xi explicó su posición en el conflicto como promotor de conversaciones para la paz. El presidente ruso dio la bienvenida al papel constructivo de China y Ucrania dice estar estudiándolo. Ninguno ha rechazado rotundamente el plan de paz como algunos países occidentales.

[El plan de paz de China en Ucrania: alto el fuego, fin de las sanciones a Rusia y respeto a la soberanía]

¿Como Estados Unidos?

Efectivamente. EEUU dice que cualquier propuesta que hagamos nosotros es inaceptable, pero ellos no han presentado ninguna. Alguien debe iniciar el proceso, lo que no significa tener los detalles bien definidos ni estar involucrado en la guerra.

No obstante, su país no se ha posicionado públicamente en contra de la guerra de Rusia en Ucrania. 

China no se posiciona respecto a Ucrania, como tampoco lo hace con otras cuestiones candentes del mundo. Nuestra postura es siempre a favor de la paz, de las conversaciones. Esto lo van a comprobar con el tiempo. 

Zhu Jingyang, el cónsul chino durante su entevista con EL ESPAÑOL.

Zhu Jingyang, el cónsul chino durante su entevista con EL ESPAÑOL. Jordi Bardajil

En febrero, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que Pekín estaba considerando enviar armas letales a Moscú. ¿Es cierta?

La acusación es 100% falsa. Blinken es uno de esos políticos que no tiene pelos en la lengua y Estados Unidos tiene la costumbre de lanzar falsas acusaciones primero y retractarse después. China no está involucrada en la crisis ni ha suministrado armas a ninguna de las dos partes.

¿A qué cree entonces que se debe esa acusación? 

Sirve para desviar la atención de lo que EEUU lleva tiempo haciendo y todo el mundo sabe.

¿A qué se refiere?

Me refiero a esa postura de echar leña al fuego y aumentar la distensión. En este caso, no ayuda para nada a rebajar la tensión y perjudica a las relaciones sino-estadounidenses. Como diplomático puedo decir que echar leña al fuego en los conflictos no tiene cabida en nuestra diplomacia.

En la pasada cumbre del G20, Xi Jinping y el presidente estadounidense, Joe Biden, tuvieron una reunión extraoficial en la que acordaron evitar un enfrentamiento directo. Sin embargo, desde entonces, las tensiones no han dejado de aumentar, entre otras cosas, por esas acusaciones y por la crisis del globo espía. ¿En qué punto se encuentran las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China? 

Pasan por un momento complicado. Primero quiero aclarar que lo del globo climatológico desviado fue un accidente fortuito de fuerza mayor. Washington lo dramatizó y lo presentó como una "amenaza". De manera increíblemente histérica y desproporcionada creó una crisis diplomática que podría haberse evitado. Ahora bien, el incidente del globo reveló algo: la equivocada percepción que EEUU tiene de China. Nos considera su principal adversario y mayor desafío geopolítico. Afirma estar "compitiendo para ganar" sin buscar el conflicto, pero es un juego de suma cero: cualquier éxito de China, lo consideran una pérdida. No es competencia leal, sino mala fe. Dicen que hay que dar guardarraíles a las relaciones con China, pero eso para ellos significa que no le devolvamos el golpe ni le contradigamos. Si EEUU no pisa el freno y continúa por el camino equivocado, ningún tipo de guardarraíles podrá detener el descarrilamiento del tren, que conducirá inevitablemente al conflicto.

"La reacción desproporcionada e histérica de EEUU con el globo chino creó una crisis diplomática evitable"

El pasado agosto la visita de Nancy Pelosi a la isla de Taiwán fue considerada por China como una agresión. Desde ese momento, el ejército chino ha realizado maniobras militares en torno a la isla de manera casi rutinaria. ¿A qué responden esos ejercicios? 

Me gustaría citar la opinión de Julio Ríos [director del Observatorio de la Política China], que dice que "Estados Unidos, al mantener contactos oficiales con Taiwán tiene por objetivo agujerear de lleno el principio de 'una sola China'". Ese principio constituye el cimiento político de las relaciones diplomáticas sino-estadounidenses y de las que mantenemos con 182 países del mundo, incluida España. En Ucrania se habla de la defensa de la soberanía y la integridad territorial, pero por qué Washington viola a su antojo la soberanía y la integridad territorial de China en Taiwán. No vamos a tolerarlo. Los ejercicios militares son una explícita advertencia a los separatistas de Taiwán y a aquellas fuerzas externas que las apoyan. Son un mecanismo de autodefensa.

¿Cuáles son las líneas rojas que establece China respecto a Taiwán?  

Taiwán forma parte del territorio de la República Popular China. Es deber sagrado de todo el pueblo chino reunificar la patria. Así consta en nuestra Constitución. En este proceso trabajamos pacientemente por una reunificación pacífica, pero en ningún caso vamos a renunciar al uso de la fuerza ante una declaración de independencia o una intervención directa de fuerzas extranjeras. Usted como española debe entender mejor que nadie; ya vimos la firmeza de acción del Gobierno español en 2018 en Cataluña para defender su soberanía e integridad territorial. 

[Nancy Pelosi, toda una vida contra la Muralla China: de Tiananmen a la crisis de Taiwán]

Desde hace más de un año se dice que China ha estado observando la invasión de Rusia en Ucrania para tomar el mismo camino con Taiwán…

¿Quién es el que está agujereando un statu quo con provocaciones injustas e injustificables? ¿Para qué Nancy Pelosi visitó Taiwán sin hacer caso a las reiteradas peticiones de China? Nosotros simplemente respondemos. Somos los primeros que queremos evitar la guerra, está claro que Estados Unidos, no. En Afganistán ya quiso que el conflicto continuara hasta el último afgano, y en Ucrania quiere que la guerra continúe hasta el último ucraniano. En el caso de Taiwán incluso ha creado un plan para destruir su capacidad de fabricación de semiconductores. El futuro de la isla no le importa un bledo. Sólo la quiere por sus intereses geopolíticos.

¿A su juicio, cómo se puede evitar ese conflicto?

Nosotros ante las provocaciones no podemos retroceder. Pero poder evitar un enfrentamiento persuadiendo a los otros de que no les conviene un conflicto. Eso es precisamente lo que estamos haciendo. 

Parece que la tensión con EEUU por Taiwán se encuentra ahora en niveles máximos. ¿Mejor con Trump o con Biden? 

Con Trump no vimos provocaciones a este nivel. Ahora han aumentado. La número tres de la jerarquía política de Estados Unidos, Nancy Pelosi, nos provocó en agosto. Lo mismo que el ahora presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, que ha insistido en reunirse con Tsai Ing-wen y encima ha intentado engañarnos diciendo que no era una visita oficial.

¿Cree que es posible restaurar los lazos con EEUU?

Los canales están abiertos, pero la comunicación debe realizarse en pie de igualdad. ¿Para qué hablar si luego se deja de lado el contenido de las conversaciones?