Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de EEUU, este lunes en el Tribunal Penal de Manhattan.

Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de EEUU, este lunes en el Tribunal Penal de Manhattan. Reuters

EEUU

Empieza el juicio a Trump, el primero a un presidente de EEUU: ¿Podría ir a las elecciones desde la cárcel?

Si el magnate es condenado a prisión, no podrá votar, pero sí presentar su candidatura e incluso convertirse en el próximo presidente de EEUU.

16 abril, 2024 02:21

Este lunes, por primera vez en la historia, un expresidente de Estados Unidos se ha sentado en el banquillo en un tribunal. En el caso Stormy Daniels, el republicano Donald Trump es acusado de 34 delitos graves de falsificación de registros comerciales que podrían suponerle hasta cuatro años de cárcel.

Pero el magnate no sólo se enfrenta a una batalla legal, sino también a una política, ya que es candidato a las elecciones presidenciales del próximo noviembre. Ante esto, muchos se preguntan: ¿podría Trump concurrir a los comicios incluso si fuera encarcelado?

En el estado de Nueva York, las personas sin antecedentes penales que cometen delitos no violentos no suelen ser condenadas a prisión. Si el caso de Trump sigue la línea de sus antecedentes, el expresidente se enfrentaría a la libertad condicional, a alguna multa o, a lo sumo, a un año o menos de cárcel.

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En este último caso, Trump podría librar la recta final de su batalla electoral entre barrotes. Y esto no contradice la Constitución de EEUU: la carta magna no prohíbe que un presidente acceda al puesto con una condena penal o una pena de prisión a sus espaldas.

En teoría, el candidato podría incluso jurar el cargo desde la cárcel o su confinamiento domiciliario. Sin embargo, Trump no podría indultarse a sí mismo en el caso Stormy Daniels si regresa a la Casa Blanca tras las elecciones de este año.

Hacer campaña desde el banquillo

Trump ha utilizado los cuatro casos penales que tiene abiertos para recaudar fondos para su campaña y difundir la teoría de que todas las acusaciones forman parte de una persecución política y no legal. Y lo ha conseguido: los informes financieros de su campaña del año pasado mostraron un aumento de las donaciones tras sus acusaciones.

En febrero, la mitad de los republicanos encuestados por Reuters/Ipsos dijo que votarían por Trump incluso si un jurado lo condenaba. Pero el enfrentamiento con la Justicia no sólo ha sido beneficioso, como sería de esperar. Este mes, la misma encuestadora reveló que una cuarta parte de los republicanos no votaría a Trump si fuera condenado por un jurado por un delito grave.

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Además del caso Stormy Daniels, Trump ha sido acusado en Georgia y Washington por sus esfuerzos para revertir su derrota electoral de 2020 ante el demócrata Joe Biden y en Florida por su manejo de documentos clasificados al dejar el cargo. Aún no se conoce la fecha de los juicios, aunque el candidato podría sentarse de nuevo en un banquillo antes del 5 de noviembre.

En los casos de Washington y Florida, Trump lo tendría fácil para salir airoso si fuera votado por la mayoría de los estadounidenses. Al ser casos federales, el republicano podría nombrar a un fiscal general que los desestimara si fuera el próximo presidente, o indultarse a sí mismo. En el caso de Georgia, llevado por un tribunal estatal, el expresidente tendría que vérselas con la Justicia como está haciendo ahora en Nueva York.

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Si bien podría ser elegido presidente desde prisión, Trump no podría ejercer su derecho al voto si es condenado por un delito grave. El expresidente está registrado para votar en Florida, donde la mayoría de convictos recuperan el derecho al voto después de cumplir su condena completa, incluida la libertad condicional, y pagar todas las multas y tasas. Según el New York Times, es muy poco probable que Trump tuviera tiempo para completar su sentencia antes del día de las elecciones.

Lo que sí podría hacer es solicitar clemencia, pero para ello necesitaría la aprobación del gobernador de Florida y de dos miembros de su gabinete. Teniendo en cuenta que el mandatario del estado es Ron DeSantis, adversario de Trump en las primarias republicanas, esta alternativa también es improbable. La situación es paradójica: si el magnate fuera condenado a prisión, no podría votar en las elecciones de noviembre, pero sí presentarse a ellas y convertirse en el próximo presidente de EEUU.