El agresor sexual en serie Jeffrey Epstein murió en una prisión de EEUU en 2019.

El agresor sexual en serie Jeffrey Epstein murió en una prisión de EEUU en 2019.

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Una testigo clave del caso Epstein alertó al FBI de la vinculación de Trump con el escándalo hace casi 30 años

Maria Farmer, primera mujer en acusar a Epstein y Maxwell de abusos sexuales, señaló al expresidente tras un inquietante encuentro en Nueva York hace casi 30 años.

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Una de las primeras mujeres que denunció los abusos sexuales de Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell aseguró haber advertido al FBI sobre Donald Trump hace casi tres décadas, como cuenta The Guardian.

Así lo reveló una entrevista publicada este domingo por The New York Times, en la que la artista Maria Farmer detalla que ya en 1996 pidió a las autoridades investigar no solo a Epstein Epstein y Maxwell, sino también a otros hombres poderosos de su entorno, incluido el presidente de EEUU.

Farmer, que trabajó para Epstein en 1995 y 1996, declaró haber mantenido un inquietante encuentro con Trump en la oficina del financiero en Manhattan.

Según relata, una noche fue convocada por Epstein mientras vestía pantalones cortos deportivos. Trump apareció poco después, vestido con traje, y se quedó observándola en silencio.

Farmer recuerda que Epstein intervino diciéndole a Trump: “No, no. Ella no está aquí para ti”. A continuación, los dos hombres abandonaron la habitación. Desde fuera, la mujer asegura haber escuchado cómo Trump comentaba que pensaba que ella tenía 16 años.

Aunque Farmer aclara que no volvió a tener interacciones preocupantes con Trump ni le vio comportarse de manera inapropiada con otras mujeres, su testimonio aporta contexto sobre por qué el nombre del presidente podría figurar en los archivos no publicados del caso Epstein.

Esos documentos, que contienen testimonios, pruebas, nombres y pistas recogidas a lo largo de las investigaciones, son ahora objeto de una fuerte controversia política y mediática.

Negación oficial

La Casa Blanca ha negado categóricamente las afirmaciones de Farmer. El director de comunicaciones de Trump, Steven Cheung, aseguró que el presidente “nunca estuvo en esa oficina” y reiteró que Trump expulsó a Epstein de su club de Mar-a-Lago “por ser un pervertido”.

Por su parte, la portavoz Karoline Leavitt calificó el reportaje de The New York Times como un “intento patético de distraer de los logros del presidente”.

El propio Trump ha variado su discurso sobre Epstein a lo largo de los años. En 2002 lo calificó como un “tipo fantástico”, y existen vídeos que los muestran juntos en fiestas.

Pero en 2019, tras la detención de Epstein por tráfico sexual de menores, Trump declaró repetidamente que no era “fan” suyo y que había roto con él veinte años antes.

Ese mismo año, tras el supuesto suicidio del financiero en prisión, Trump alimentó teorías conspirativas al retuitear que Bill Clinton podría estar implicado en su muerte.

Promesas incumplidas

Durante la campaña presidencial de 2024, el ahora presidente llegó a insinuar que desclasificaría los expedientes federales sobre Epstein, en respuesta a la presión de sus seguidores, muchos de los cuales creen que las autoridades encubrieron una red criminal más amplia en la que estarían implicados influyentes demócratas.

Sin embargo, esa promesa quedó en entredicho recientemente. Tanto la fiscal general, Pam Bondi, como el director del FBI, Kash Patel -ambos nombrados por Trump- se retractaron de su compromiso de hacer públicos los archivos, generando una oleada de críticas desde su propio partido.

Para intentar calmar los ánimos, el presidente ha pedido ahora la divulgación de los testimonios ante el gran jurado relacionados con Epstein, insistiendo en que no tiene nada que ocultar.

En 2008, Epstein alcanzó un polémico acuerdo con fiscales federales en Florida que le permitió evitar cargos más graves al admitir delitos estatales menores.

Maxwell, por su parte, fue condenada en 2022 a 20 años de prisión por tráfico sexual. Farmer, que en 1996 fue la primera mujer en acusarlos formalmente, lleva décadas preguntándose qué hizo realmente el FBI con la información que ella aportó en sus entrevistas de 1996 y 2006.

El nuevo testimonio de Maria Farmer podría abrir una nueva fase en uno de los escándalos más turbios y politizados de las últimas décadas en EEUU, con implicaciones que tocan los más altos niveles del poder.