Fiasco de Boric en Chile: la ultraderecha le gana la partida y podrá vetar la reforma de la Constitución

Boric accedió al Palacio de La Moneda con un gran proyecto: derogar la Constitución de la época de Pinochet y confeccionar una nueva carta magna que estableciera el Estado de bienestar y reconociera a "grupos históricamente excluidos". Sin embargo, el texto que su Gabinete propuso fue rechazado por un 61,86% del electorado que lo había elegido como presidente apenas un año atrás.

La 'toma dos' del proceso constituyente fue convocar elecciones este domingo. En un clima de desencanto con el Gobierno por la gestión de la crisis migratoria y la criminalidad en el país, se preveía que el resultado de las urnas iban a tender a la derecha. Pero los chilenos han dado al ultraderechista Partido Republicano (PLR) casi la mitad de los votos este domingo.

José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, durante una rueda de prensa este lunes. Reuters

El asunto es paradójico: la redacción de la carta magna con la que Boric pretende superar la Constitución de Pinochet recaerá principalmente en un partido que simpatiza con el dictador. Dirigido por José Antonio Kast, el PLR emergió en 2019 de una escisión de la derecha conservadora que es considerada ultraderechista, autoritaria, y también pinochetista.

El partido de Kast ha recibido el 35,48% de los 12 millones de votos del pasado domingo. Con ellos, los republicanos consiguen 22 de los 50 asientos de la comisión que elaborará la nueva constitución. Esto garantiza a la ultraderecha "el poder de veto al interior del órgano redactor, ya que se necesitaban tres quintos del pleno, es decir, 21 representantes para obtenerlo", dice el periodista chileno Jesús Martínez.

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Aunque gozan del veto, los republicanos buscan unir fuerzas con la otra gran agrupación de derechas: Chile Seguro, una alianza de partidos de derecha tradicionales —de los que un día se escindió el PLR— ha obtenido el 21,07% de los votos. Si se unieran, ambas listas reunirían el 56,5% de las papeletas emitidas el domingo.

Pero para unirse, la derecha clásica y la derecha dura tendrán de convenir qué camino tomar de cara al proceso constituyente: mientras el PLR está abiertamente en contra de renovar la carta magna chilena, el diputado Juan Antonio Coloma, de Unidad Democrática Independiente (UDI), se posicionó a favor de seguir el proceso constituyente.

Un ciudadano acude a votar este domingo en un colegio de Valparaíso. Europa Press

"Tenemos una oportunidad histórica para darle a Chile una Constitución que le haga sentido común a los ciudadanos", dijo Coloma después de conocer los resultados de los comicios, aunque seguidamente apeló a la colaboración con los republicanos para ello. Habrá que aguardar a las primeras conversaciones entre ambas vertientes de la derecha para saber qué rumbo tomará el proyecto.

La izquierda gobernante consiguió el 28,59% de los votos en unas elecciones para las que, a diferencia de septiembre de 2022, el presidente Boric ni siquiera organizó una campaña.

Bajo una coalición llamada Unidad para Chile, los partidos adeptos a Boric contarán con 17 comisionados en la mesa constituyente, que empezará a trabajar a partir del 7 de junio en el proyecto de código fundamental. Las cifras son desastrosas para quienes confiaban en una constitución al estilo de la propuesta de 2022, considerada 'la más progresista del mundo'.

Las posibilidades de alianza para Boric son pocas: la unión de centroizquierda Todo por Chile obtuvo el domingo apenas 8,96% de los votos, que no se traducen en ningún asiento en la Comisión Constituyente. Los partidos de los antiguos gobiernos de la Concentración (1990-2010), de signo político parecido, obtuvieron resultados residuales. Al Partido de la Gente, de centroderecha populista, el Servicio Electoral de Chile (Servel) atribuye un 5,5%.

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La derrota del oficialismo ha animado al presidente Boric a invitar al PRL "a no cometer el mismo error que cometimos nosotros en su momento", haciendo referencia a la redacción prácticamente unilateral que la izquierda hizo del proyecto de constitución que acabo siendo rechazado en septiembre.

"Este proceso no puede ser de vendettas, sino de poner por delante a Chile y a su gente antes que los intereses partidistas o personales", avisó Boric, después de decir que el proceso anterior "fracasó entre otras cosas porque no supimos escucharnos entre quienes pensábamos distinto".

El líder del ultraderechista Partido Republicano, José Antonio Kast, en una rueda de prensa. Efe

José Antonio Kast ha acusado a Boric de haber "sido incapaz de enfrentar la crisis de la inseguridad migratoria, económica y social". Quizá lo mismo piensen todos los chilenos que, de votar por la izquierda progresista del presidente en 2021, han pasado a apoyar a un candidato de extrema derecha nostálgico de la dictadura de Pinochet.

¿Quo vadis, Chile?

El futuro del proceso constituyente chileno se antoja incierto. Tras la victoria de una ultraderecha que no ve necesidad de cambiar la carta magna de la época de la dictadura, la pregunta es si se llevará a cabo la reforma constitucional.

Imágenes de un colegio electoral en Chile, este domingo. Reuters

A partir del 7 de junio, se reunirán los 22 de Kast, los 17 de Unidad para Chile y los 11 de Chile Seguro. Ya se conocen los perfiles, después de que se llevaran a cabo seis correcciones tras los resultados para garantizar la paridad en el Consejo Constitucional, con 25 mujeres, 25 hombres, más un representante de los pueblos originarios.

"Ellos estuvieron siempre en contra del proceso constituyente y hoy día tienen la oportunidad de escribir la Constitución que quieran", señala Claudia Heiss, de la Universidad de Chile, en una entrevista con BBC Mundo. Heiss cree que se redactará un nuevo código fundamental, y que "lo más probable" es que la nueva constitución que se redacte en Chile sea igual o más conservadora que la actual.