Dos niños sudaneses en el campo de refugiados de Tine, Reuters
Las rebeldes RSF anuncian una tregua de tres meses en Sudán a pesar de que el Ejército rechaza el plan de paz de EEUU
El movimiento se produce después de que Donald Trump asegurara que intervendría directamente para poner fin al brutal conflicto.
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El líder de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) ha anunciado una tregua humanitaria de tres meses en el conflicto que asola desde hace más de dos años y medio Sudán. Un movimiento que se produce después de que el presidente estadounidense Donald Trump asegurara la semana pasada que intervendría directamente para poner fin a la guerra.
"En base de nuestra responsabilidad y en respuesta a los esfuerzos internacionales encabezados por la iniciativa (de paz) del presidente estadounidense, Donald Trump, (...) anunciamos una tregua humanitaria de tres meses", prometió Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti, en un discurso difundido por los canales del grupo.
Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Arabia Saudí -llamados el Cuarteto- propusieron a principios de este mes un plan para una tregua de tres meses seguida de conversaciones de paz. Las RSF respondieron afirmando que habían aceptado el plan, pero poco después atacaron territorio militar con una lluvia de drones.
Dos niños refugiados tras la masacre de Al Fasher portando un bidón de agua. Reuters
El anuncio de este lunes parece significar, ahora sí, un alto el fuego unilateral. Sin embargo, se registra un día después de que el jefe del Ejército sudanés rechazara el plan de paz y criticara la inclusión de Emiratos Árabes Unidos, acusados de armar a las RSF, como mediadores.
Durante su discurso, el general Abdelfatah al Burhan denunció que el proyecto tiene la finalidad de debilitar a sus tropas y permitiría a los paramilitares mantener buena parte del territorio que han conquistado. "Nadie en Sudán aceptará la presencia de estos rebeldes ni que formen parte de ninguna solución en el futuro", dijo, negando las acusaciones de influencia islamista en su Gobierno.
Al Burhan añadió, sin embargo, que está abierto a los esfuerzos de paz de EEUU y Arabia Saudí, y afirmó haber entregado a los mediadores un "mapa de ruta" con sus condiciones para detener la guerra, entre las que destacó la retirada de las FAR de las ciudades y excluir a EAU del Cuarteto para Sudán por su "ayuda a los rebeldes".
El Gobierno de Jartum ha tildado el anuncio de las RSF de "maniobra política que contradice rotundamente la dura realidad de las atrocidades cometidas por sus fuerzas sobre el terreno".
La promesa de las RSF se produce en un momento en que los paramilitares han sido objeto de fuertes críticas y condenas internacionales por los brutales ataques contra civiles -desde asesinatos a sangre fría hasta violaciones de mujeres y niñas- tras la toma de la ciudad de Al Fasher a finales de octubre, una conquista que consolidó su control de la región de Darfur. Posteriormente han intensificado los ataques contra la región de Kordofán en un intento por tomar el control del país.
Hemedti, cabecilla de los paramilitares, insistió en que la tregua de tres meses tiene el objetivo de "reforzar la seguridad para los civiles, facilitar la llegada de ayuda y dar un rayo de esperanza a la gente". Asimismo, se comprometió a proteger los convoyes y almacenes de la ayuda enviada a los damnificados y desplazados, facilitar el acceso del personal humanitario a las zonas afectadas por el conflicto y a cooperar con la ONU y las organizaciones humanitarias.
La guerra en Sudán estalló el 15 de abril de 2023 y desde entonces han muerto decenas de miles de personas, más de 13 millones se han visto obligadas a abandonar sus hogares y más de la mitad de la población del país africano se enfrenta a niveles de inseguridad alimentaria aguda, según Naciones Unidas.
Esta situación ha convertido al país en escenario de la peor crisis humanitaria y de desplazamientos del planeta, y tanto EEUU como la ONU acusan a ambas partes del conflicto de cometer crímenes de guerra.