Una refugiada sudanesa de El Fasher es tratada en un centro de Médicos Sin Fronteras en Tawila.

Una refugiada sudanesa de El Fasher es tratada en un centro de Médicos Sin Fronteras en Tawila. Mohamed Jamal Reuters Sudán

Historias

El Gobierno sudanés denuncia "crímenes salvajes" contra mujeres, niños y ancianos en la capital de Darfur

Las oenegés, por su parte, alertan de la hambruna y carencias graves que sufre la población civil de la capital de la región de Sudán.

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La violencia en Sudán no cesa. El Estado de Darfur del norte vuelve a vivir situaciones que recuerdan al genocidio sucedido en 2003 en un país que todavía no se ha recuperado de aquella guerra con la que entró en el milenio.

Ahora, vuelven a repetirse atrocidades que ya sucedieron entonces y que la encargada de Negocios de la embajada de Sudán en España, Shza Abdelaziz Kamil Abdelaziz, denomina como "asesinatos indiscriminados", "violaciones masivas" y "crímenes salvajes contra mujeres, ancianos y niños".

Y es que, asegura, lo que está ocurriendo en su país serían "crímenes de lesa humanidad" que los propios perpetradores —las Fuerzas de Apoyo Rápido o RSF, por sus siglas en inglés— "graban y distribuyen para jactarse de las barbaridades que hacen".

Por el momento, asegura Abdelaziz Kamil Abdelaziz, la respuesta de la comunidad internacional ha sido escasa, pero Sudán necesita más contundencia, "si no los crímenes quedarán impunes y la milicia se creerá con legitimidad para seguir actuando".

"La paz solo será posible cuando las RSF sean consideradas un grupo terrorista y deponga las armas", insiste la representante sudanesa en España. Asimismo, acusa a Emiratos Árabes Unidos como principal facilitador de "apoyo, armas y logística" para este grupo rebelde que se levantó contra el Gobierno en abril de 2023.

"Tenemos pruebas suficientes para condenar la actuación de Emiratos y se las hemos entregado a la Asamblea General de la ONU", dice. Y lo que piden desde el Gobierno sudanés es que la comunidad internacional "intervenga" y obligue a la milicia a, al menos, "abrir corredores humanitarios" para evitar que miles de personas sigan muriendo por inanición.

Crisis sin precedentes

Precisamente este contexto, y a tenor de los asesinatos en masa cometidos en El Fasher —capital de Darfur del norte—, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha decidido convocar una sesión de emergencia a partir del 14 de noviembre para evaluar la situación, puesto que el grupo paramilitar controla más de un cuarto del territorio del país.

Ahora, la mayor parte de la población desplazada de esta ciudad ha acabado en la localidad vecina de Tawila, donde, como indica Giulia Chiopris, pediatra de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el municipio, llegan centenares de "niños con desnutrición aguda y adultos con heridas de bala, por torturas o bombardeos".

Abdelaziz Kamil Abdelaziz teme que, de continuar el asedio de las RSF, la próxima ciudad en caer sea Tawila, "donde los desplazados internos ni siquiera tienen un mínimo de seguridad". Esto es, dice, lo que el Gobierno sudanés quiere evitar con su llamamiento a los líderes mundiales para intervenir.

Desde Plan Internacional recuerdan que se estima que unas 260.000 personas seguirían atrapadas en El Fasher. La oenegé también lamenta que los informes sobre el terreno indiquen que la mayoría de los civiles optan por quedarse en la ciudad por miedo a morir si intentan huir de la violencia.

Como cuenta el personal de Plan Internacional en Sudán, "la situación en las carreteras es terrible, con cuerpos sin vida por todas partes. Otras personas también están heridas —la mayoría por balas— y no pueden recibir la ayuda que necesitan. Muchas de las familias con las que nos encontramos y hablamos no han tenido acceso a alimentos durante más de un año y, tras recorrer largas distancias a pie, llegan en condiciones extremadamente precarias".