Un grupo de iraníes celebran el aniversario de la revolución islámica en Teherán.

Un grupo de iraníes celebran el aniversario de la revolución islámica en Teherán. Reuters Reuters

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La amenaza nuclear permanece: el ataque de Donald Trump no logra frenar la carrera de Irán hacia la bomba atómica

Lejos del triunfalismo de la Casa Blanca, los informes de Inteligencia reflejan que Teherán mantiene su capacidad para cumplir casi todas las fases necesarias para construir un arma nuclear.

Más información: Trump enfurece por un informe de inteligencia que dice que el programa nuclear iraní no se ha destruido y culpa a los medios

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El supuesto éxito de la operación Martillo de Medianoche con la que EEUU atacó las principales plantas nucleares de Irán el pasado 22 de junio sigue rodeado de incógnitas y versiones contradictorias.

Mientras el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y algunos servicios de Inteligencia occidental ofrecen informes no concluyentes sobre los daños causados, la administración Trump sostiene que las capacidades nucleares iraníes fueron totalmente destruidas y tilda de falsas todas las informaciones discrepantes.

Concluida la Guerra de los Doce Días, los análisis sobre las distintas fases necesarias para construir un arma nuclear chocan con el triunfalismo de Trump y prueban que existen razones para pensar que el camino de Irán hacia la bomba atómica aún es viable.

La ofensiva iniciada por Israel y apoyada por EEUU tenía por objetivo atacar las tres principales instalaciones nucleares de Irán: Natanz, Fordo e Isfahán.

Aunque Irán forma parte del Tratado de No Proliferación (TNP) y siempre ha sostenido que su programa tiene fines civiles, los tres enclaves reunían las características para completar las fases necesarias para fabricar armamento nuclear.

Las sospechas de Israel y EEUU los llevaron a realizar una intervención que no contaba con el permiso del Consejo de Seguridad de la ONU, pero que perseguía, según sus tesis, garantizar su seguridad y la paz en la región.

Mapa de las instalaciones nucleares iraníes bombardeadas por EEUU y ataques israelíes.

Mapa de las instalaciones nucleares iraníes bombardeadas por EEUU y ataques israelíes. Arte E. E.

Mientras Trump celebró un "éxito histórico" el Pentágono, la OIEA y los aliados de Irán apuntan a que el programa nuclear iraní tan solo ha sufrido "retrasos".

La rotundidad del mensaje de Trump, motivado por las presiones internas, podría chocar con una realidad sobre el terreno en la que aún priman la opacidad y la falta de pruebas concluyentes. Sin una evaluación independiente, las hipótesis son infinitas.

Por un lado, se cree que Irán trasladó el material clave fuera de las instalaciones antes del ataque; mientras otros informes apuntan a que la República Islámica posee enclaves ocultos donde continuará enriqueciendo uranio.

De hecho, si se observan las diferentes fases necesarias para construir una bomba nuclear, hay elementos para concluir que Irán aún posee los mimbres para conseguir su supuesto objetivo en el corto-medio plazo.

Investigación científica

La carrera hacia la construcción de la bomba atómica comienza por el conocimiento científico y en las últimas décadas, Irán ha fortalecido su investigación en materia de ingeniería nuclear.

Durante el conflicto con Israel, se estima que 16 científicos expertos en energía nuclear iraníes han muerto en los bombardeos. Un duro golpe, pero no definitivo, ya que aún hay profesionales capaces de acceder a la información acumulada.

Misiles iraníes durante una demostración militar en Teherán.

Misiles iraníes durante una demostración militar en Teherán. Europa Press Europa Press

Minas de uranio

Además del know how, el siguiente requisito es extraer uranio de una mina natural. En la actualidad, Irán cuenta con dos minas activas (Saghand y Narigan) en el centro del país que han permanecido intactas tras los bombardeos enemigos.

No existen datos oficiales sobre la cantidad de uranio extraído por Irán en los últimos años, pero fuentes de la agencia estadounidense consultadas por The New York Times estiman que una de estas dos minas posee el material suficiente para fabricar más de 50 bombas.

Convertir uranio en gas

El siguiente paso implicaría convertir el uranio extraído en gas (hexafluoruro de uranio). Siempre que no existan instalaciones secretas, como se sospecha, la única planta iraní capaz de lograrlo es Isfahán, donde Irán alberga el 60% de sus reservas de uranio enriquecido.

A diferencia de las instalaciones de Fordo y Natanz, donde los B-2 lanzaron bombas antibúnkeres, Isfahán fue atacado con misiles Tomahawk provenientes de submarinos, según explicó el pasado jueves el jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine.

La Inteligencia norteamericana apunta que los ataques dañaron la instalación y diezmaron la capacidad de Irán para convertir el uranio en gas. Reconstruir la planta gasificadora podría implicar años de trabajo, pero se da por hecho que Irán posee esta tecnología en enclaves ocultos.

Un grupo de mujeres, durante el funeral de este sábado en Teherán.

Un grupo de mujeres, durante el funeral de este sábado en Teherán. Reuters Reuters

Enriquecer uranio

Una vez convertido en gas, la siguiente fase (enriquecerlo) es la más compleja de todas. Para lograrlo, es necesario contar con gran cantidad de centrifugadoras de última generación.

Antes de la Guerra de los Doce Días, Irán poseía más de 18.000 en sus instalaciones subterráneas de Natanz y Fordo con las que había logrado enriquecer uranio al 60%, cerca del 90% necesario para producir armas nucleares.

Con esa cantidad, siempre que esta sea la intención del programa iraní, se podría fabricar una decena de bombas; pero después de los ataques, hay versiones dispares.

El Director General del OIEA, Rafael Grossi, habla en una entrevista

El Director General del OIEA, Rafael Grossi, habla en una entrevista Reuters

Trump aseguró que sus bombardeos habían “arrasado” las instalaciones por completo, pero tanto el Pentágono como la OIEA contradicen su triunfalismo.

Este domingo, el director de la OIEA, Rafael Grossi, ha señalado que Irán puede volver a enriquecer uranio a niveles peligrosos "en cuestión de meses" durante una entrevista en la CBS.

"Ha habido un retroceso, pero Irán tiene capacidades para tratar y enriquecer uranio. Irán es un país muy sofisticado en tecnología nuclear y el conocimiento y las capacidades que tienen no pueden ser desmanteladas", declaró.

Sus palabras coinciden con el primer análisis de Inteligencia del Pentágono, cuya conclusión despertó la ira de Trump al reflejar que los ataques solo "retrasaron el programa unos meses" y que Irán podría tener otras plantas de enriquecimiento de uranio en enclaves secretos.

Después de que medios como la CNN o The New York Times se hicieran eco de esa información, Trump pidió el despido de los periodistas implicados a través de sus redes sociales por haber difundido "noticias falsas".

Donald Trump, en la sala de crisis de la Casa Blanca.

Donald Trump, en la sala de crisis de la Casa Blanca. Reuters / Casa Blanca

Almacenar uranio enriquecido

Antes de los ataques, la OIEA estimaba que Irán contaba con unas reservas de más de 400 kilogramos de uranio enriquecido al 60%. Con esa cantidad, si se enriquece al 90%, se podrían fabricar diez bombas atómicas.

La Casa Blanca aseguró que todas las reservas permanecieron en Fordo, Natanz e Isfahán y fueron "totalmente destruidas" en el bombardeo del 22 de junio, aunque no se han aportado pruebas de ello.

De nuevo, tanto la OIEA como varias agencias de Inteligencia estadounidenses y europeas han señalado que es muy probable que la mayoría del stock de uranio enriquecido iraní fue trasladado a otros lugares para protegerlo de potenciales bombardeos.

El vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, prácticamente confirmó esta hipótesis al reclamar que Irán volviese a la mesa de negociaciones y que el destino de ese uranio debía ser uno de los puntos a tratar.

Convertir uranio en metal

La última fase antes de construir una bomba nuclear consiste en convertir el uranio enriquecido en metal. Irán poseía esta capacidad gracias a un edificio de su planta de Isfahán ahora destruido tras un ataque israelí.

Sin embargo, Irán ya ha convertido uranio en metal en el pasado en otros enclaves y podría volver a hacerlo en el futuro si es que estos siguen operativos.

Imagen satelital de las instalaciones de Fordo antes y después del ataque estadounidense del 22 de junio.

Imagen satelital de las instalaciones de Fordo antes y después del ataque estadounidense del 22 de junio. Reuters Reuters

Hacer una bomba

Una vez conseguido el metal de uranio enriquecido, es necesario comprimir los elementos de la bomba atómica y fabricar un sistema de detonación a medida para que quepan en una cabeza nuclear.

La Inteligencia occidental no ha podido concluir si Irán posee esta capacidad, pero los ataques de las últimas semanas también han perseguido este objetivo.

En concreto, Israel ha bombardeado varios edificios de la fábrica de Sanjarian, donde Irán suele realizar pruebas con diferentes tipos de explosivos y donde se sospecha que podían fabricarse estos detonadores.

De nuevo, los ataques israelíes podrían paralizar o retrasar las presuntas ambiciones nucleares de Irán, pero es posible que Teherán cuente con otras fábricas similares.

El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, durante su discurso a la nación.

El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, durante su discurso a la nación. Reuters / WANA

Lanzar la bomba

Una vez construida la bomba, Irán podría probarla en un simulacro. Para ello, es necesario contar con un avión o un misil con capacidad para transportar bombas atómicas.

Uno de los objetivos de los ataques israelíes era diezmar el ingente arsenal de misiles iraníes, de los cuales, muchos podían portar ojivas nucleares.

Aunque Israel asegura que ha destruido cientos de lanzamisiles y almacenes, Irán todavía tiene la capacidad de lanzar la bomba en caso de construirla.

Rusia e Irán

Irán también ha enviado mensajes opuestos sobre la magnitud de los daños causados. En su único discurso pronunciado desde el inicio de la guerra, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, afirmó que los ataques no habían logrado nada significativo.

Otra reacción interesante llegó desde Rusia, gran aliado de Irán en los últimos años.

El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédevconsiderado el número dos de Vladímir Putin— fue el primero en apuntar que la infraestructura iraní no había sufrido "daños relevantes".

También confirmó que Irán “continuará” con su programa nuclear para producir “futuras armas nucleares” y que incluso algunos países estaban "listos" para ceder parte de su arsenal nuclear a la República Islámica.

Su mensaje era todo un órdago contra Occidente, pero también sirve un argumento a los enemigos de Irán en bandeja de plata al confirmar que Irán trabaja y trabajará para hacerse con la bomba atómica.