Anthony Blinken, boicoteado por manifestantes propalestina, durante su intervención en el Senado de EEUU.

Anthony Blinken, boicoteado por manifestantes propalestina, durante su intervención en el Senado de EEUU. Reuters

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Israel propone dividir Gaza en zonas bajo control de potencias extranjeras tras aniquilar a Hamás

El gobierno de Netanyahu está estudiando junto a Estados Unidos diferentes alternativas para después de la invasión, tal y como confirmó Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano, ante el Senado de su país.

2 noviembre, 2023 02:47

Estados Unidos, Reino Unido o Francia son tres de los países mencionados en el comienzo de las negociaciones, pero podría haber más. Israel, dentro de las diferentes opciones que está barajando, habría propuesto a sus interlocutores norteamericanos imitar la solución que se adoptó en la Conferencia de Yalta en 1945 y dividir la Franja de Gaza en diferentes zonas bajo control de potencias extranjeras tal y como se hizo con Berlín al final de la Segunda Guerra Mundial.

Pese a que desde Washington se considera que adelantar estas cuestiones es muy precipitado, Israel, sorprendida positivamente por el rápido avance de sus tropas sobre el terreno en Gaza, ya ha asumido que debe comenzar a plantear qué pasará después de aniquilar a Hamás y tomar el control total de la Franja. Porque Israel no tiene ninguna duda de que eso sucederá.

"No podemos volver a un statu quo en el que Hamás mande en Gaza como tampoco podemos tener a Israel controlando o gobernando en la Franja. Entre esas dos opciones hay una variedad de posibles permutaciones que estamos analizando muy de cerca", señaló ante el Senado estadounidense Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano que aterrizará una vez más en Jerusalén este viernes.

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Israel, en cualquier caso, no se engaña a sí mismo. Desde el gabinete de Benjamin Netanyahu afirman que "se han valorado un gran número de opciones" para la Franja de Gaza, pero reconocen abiertamente la existencia de un "prerrequisito". "Hamás debe ser destruido y una vez que Hamás sea destruido, todas las opciones sobre la mesa pasan por la premisa de una desmilitarización de Gaza", afirma a Bloomberg Ophir Falk, consejero de Asuntos Exteriores israelí.

Berlín 1945

Al igual que Roosevelt, Churchill y Stalin decidieron en Yalta dividir Alemania y su capital en zonas de influencia controladas por ellos mismos y Francia con el objetivo de impedir un resurgir del nazismo, Israel está planteando la posibilidad de que esos mismos tres aliados -y probablemente también Alemania- vuelvan a ejercer de pacificadores tras la invasión de Gaza y la aniquilación total de los milicianos de Hamás y de Yihad Islámica para que estos no tengan opción de renacer entre los escombros.

Churchill, Roosevelt y Stalin durante la Conferencia de Yalta en 1945.

Churchill, Roosevelt y Stalin durante la Conferencia de Yalta en 1945.

Esta solución presenta, sobre el papel varios problemas antes siquiera de comenzar. El principal de ellos sería la idea de que colocar a tropas estadounidenses sobre el terreno, algo que desde la Casa Blanca consideran un riesgo de escalada del conflicto regional más que una medida disuasoria para el resurgir de Hamás. Además, cualquier decisión en este sentido, tendría que contar con el beneplácito de las potencias regionales, ya que la lógica a punta a que tanto Egipto como Arabia Saudí o Irak e Irán quieran opinar al respecto, en tanto que su seguridad también estaría comprometida.

Diferentes fuentes israelíes han insistido desde el primer ataque de Hamás el pasado 7 de octubre que volver a una situación en que Gaza siga controlada por la milicia es "inaceptable". Además, la Autoridad Palestina, que está al frente de Cisjordania, no parece dispuesta a asumir responsabilidades en el otro gran territorio palestino.

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Con estos mimbres, sin embargo, la partición de la Franja en varios territorios controlados por potencias extranjeras no parece la única opción que Israel y Estados Unidos están barajando ahora mismo. De hecho, como mínimo hay tres variables más sobre la mesa.

Tres alternativas

Inevitablemente, una de las principales teorías, defendida entre otros por Pedro Sánchez y el Gobierno de España, habla de la posibilidad de reconocer un estado palestino independiente y soberano que coexista con Israel. Hoy día esta opción, por lógica que pueda parecer, pierde fuerza ante la posibilidad de que una fuerza militar internacional y con tropas de países occidentales y de países árabes como Arabia o Emiratos Árabes, todos ellos con sede en la península del Sinaí, ejerza de pacificador durante el tiempo que sea preciso.

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Por supuesto, la tercera opción a tener en cuenta sería establecer a los cascos azules de la ONU como fuerza de paz. Con unos 100.000 efectivos de más de 120 países disponibles los objetivos de las misiones de paz de la organización se centran en facilitar procesos políticos, proteger a los civiles, ayudar en el desarme de la zona, promover los derechos humanos y restaurar el Estado de derecho. Exactamente los principales problemas a los que se enfrentará Gaza toda vez que Israel consiga sus objetivos (o no).

La ONU cuenta en la actualidad con misiones de paz en República Centroafricana, Malí, República Democrática del Congo, Sahara Occidental, Sudán del Sur, India, Pakistán, Chipre y Kosovo. Además, en Oriente Medio ya tiene presencia en los Altos de Golán y en Líbano, donde España tiene desplegados unos 650 efectivos repartidos entre la base Miguel de Cervantes y el Cuartel General de la misión en Naqoura, donde 15 militares españoles ya han fallecido.

Esta opción tiene la baza en contra del enfrentamiento que António Guterres, actual presidente de la ONU, está protagonizando con Israel por su defensa de la necesidad de mantener la ayuda humanitaria a la población civil de Gaza y por sus desafortunadas declaraciones sobre los ataques de Hamás el pasado 7 de octubre. Un empeño que desde Jerusalén interpretan como "apología del terrorismo" islamista y que han llevado a las autoridades israelíes a revocar los visados de los trabajadores de la ONU y a exigir la dimisión del propio Guterres.